jueves, 11 de enero de 2018

Viviendo en la Plenitud del Espíritu Santo - la práctica diaria

“Pero la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control propio. ¡No existen leyes contra esas cosas! Los que pertenecen a Cristo Jesús han clavado en la cruz las pasiones y los deseos de la naturaleza pecaminosa y los han crucificado allí. Ya que vivimos por el Espíritu, sigamos la guía del Espíritu en cada aspecto de nuestra vida” (Gal.5:22-25) NTV

Primeramente es importante recordar que en la Biblia encontramos diferentes expresiones que hablan de la bendición pentecostal y su significado para el creyente. Estas expresiones describen además la experiencia con el Espíritu Santo en sus diferentes niveles:


  • “Promesa del Padre” – Esta descripción tiene un aspecto profético (Hch.1:4 / Lc.24:49 / Is.44:4 / Joel 2:28-29 / Jn.14:6). Recordemos que no es una promesa solamente para los primeros creyentes.
  • “Bautismo con el Espíritu Santo” – Esta descripción enfatiza una experiencia que tiene un inicio. Es un punto de entrada para una relación con Dios enfocada en extender el Reino de Dios. También tiene la idea de inmersión – un atributo de abundancia que nos capacita para desarrollar el carácter y para hacer el ministerio al cual Dios nos ha llamado (Jn.7:38 / Jn.4:14 / Lc.4:1 / Mt.3:11 / Hch.1:5-8 / Jud.20 / Ef.6:18).
  • “Llenos del Espíritu” – Este término habla de una experiencia continua (Ef.5:18 / Hch.6:5 / Hch.4:8.31 / Hch.7:55 / Hch.13:9). La expresión: “sed llenos” (‘pleroo’ – rebosar, rellenar) en Ef.5:18 está escrita en presente continuo imperativo. Esto significa un llamado a hacer algo en un permanente y repetido ejercicio e incluye rebosar abundantemente.1
  • “La unción del Espíritu Santo” – Esta expresión enfatiza el ser revestidos con poder especial para el servicio o ministerio (Lc.4:1.18 / 2Cor.1:21-22).*

Podemos concluir que el Bautismo con el Espíritu Santo es una experiencia que tiene su punto de partida, pero no es estática. El creyente debe mantenerse constantemente lleno (rebosante) del Espíritu Santo, no importando cuánto tiempo lleve como seguidor de Cristo, para así poder vivir y ministrar como Jesús lo hizo. Hay dos dimensiones de la experiencia con el Espíritu que deben ser consideradas: el Espíritu que recibimos en la conversión nos afirma que somos hijos de Dios y nos ayuda a crecer en nuestra relación con Dios; y el mismo Espíritu que rebosa nos empodera para extender el Reino de Dios en el mundo.

Las evidencias del Bautismo con el Espíritu Santo:

La Palabra de Dios insta a cada creyente a buscar a Jesús como su Salvador y como el “Bautizador con el Espíritu Santo”. La pregunta que nos surge ahora es ¿qué sucede cuando pedimos por el bautismo con el Espíritu Santo? (Lc.11:10-13 / 1Cor.12:4-11).
Los sucesos relatados en el Nuevo Testamento nos muestran que la llenura con el Espíritu Santo se revela en poder y evidentemente. Las siguientes citas en el libro de los Hechos relatan la experiencia inicial de los involucrados: Hch.2:1-13 / Hch.8:9-24 / Hch.10:44 / Hch.19:1-6. Algunas de las evidencias son manifiestas de inmediato, mientras que otras se manifiestan a lo largo de una vida llena del Espíritu.
Debemos estar abiertos a hablar en lenguas mientras el Espíritu se manifiesta (Hch.1:8 / Hch.2:4); no solo como requisito para verificar la propia experiencia del bautismo con el Espíritu Santo, sino como gracia que pretende ser parte de nuestro diario caminar con Cristo. La Biblia nos enseña la conveniencia de hablar en lenguas y de su aporte provechoso para la vida diaria de un creyente (1Cor.14:15-18 / Jud.20 / Rom.8:26-27 / Ef.6:18).
Es importante recordar que el bautismo en el Espíritu Santo inicial no es el final de un camino, sino más bien el inicio de una vida que busca estar siempre llena (rebosando) del Espíritu Santo (Hch.4:8,31 / Hch.13:9,52 / Ef.5:18-20).

Hablar en nuevas lenguas (Hch.2:4 / Hch.10:44-46 / Mr.16:17).

Generalmente se espera que el hablar en lenguas sea buscado como parte de la experiencia del bautismo con el Espíritu Santo. Sin embargo, es importante entender: El hablar en lenguas no es en sí el bautismo en el Espíritu Santo – es más bien una expresión de un creyente lleno del Espíritu Santo, pero no es la única. Las lenguas espirituales privadas, como una práctica diaria y continua, las considera Pablo como parte de una vida llena del Espíritu Santo de cada creyente (1Cor.14:4.15-18). Lucas presenta el hablar en lenguas como un elemento que suele aparecer cuando una persona es bautizada con el Espíritu, sin embargo leemos de momentos en los cuales también se profetizaba y alababa a Dios (Hch.10:44s / Hch.19:1-7).Jesús profetizó que los creyentes iban a hablar en otras lenguas (Mr.16:17).

Tres maneras del uso de las nuevas lenguas:

  • Hablar misterios a Dios (1Cor.14:2,4,5,14 / Rom.8:26 / Hch.2:4,11 / Hch.10:45-46 / Hch.19:6-7). Éste hablar está dirigido a Dios. El contenido son misterios que nadie entiende – solo Dios los entiende. Se expresan en oración y en cánticos espirituales. El propósito de este hablar en lenguas es la edificación personal (1Cor.14:4 / Jud.20). Es una herramienta para la oración y la intercesión eficaz (Rom.8:26-27) – también es una herramienta para resistir al enemigo de la manera más eficaz (Ef.6:18). En la práctica es para todos los creyentes en Jesús (Hch.2:38-39 / Hch.10:34-35.44-48 / Hch.11:15-18 / 1Cor.14:14-15).
  • El mensaje de Dios a los hombres (1Cor.14:3-5 / 1Cor.14:6.26). En el caso del punto anterior notábamos que el hombre habla a Dios. En este caso es Dios hablando a los hombres. El mensaje es dirigido a través de creyentes a los hombres y a la iglesia (1Cor.14:3-5). El propósito es la edificación de toda la iglesia, es para convencer de pecado y para revelación (1Cor.14:3-6 / 1Cor.14:24-26). Dios da ese don como Él quiere a unos cuantos creyentes (1Cor.12:11.14.26-28). Este mensaje en lenguas debe ser interpretado en la lengua conocida por los presentes, para que sea de beneficio a la iglesia.
  • Un mensaje de Dios a una persona o iglesia en particular en el idioma que todos entienden. Dios se dirige a cierta gente en el idioma que ellos entienden, también puede ser dirigido a gente no creyente. El contenido son frecuentemente palabras a los incrédulos. Habla de las obras maravillosas de Dios. El propósito es una demostración de la realidad de Dios. En la práctica lo vemos en Hch.2:4,6,11.

Hablar en lenguas es bíblico y es para hoy día (Hch.2:3-4 / Hch.2:38-39 / Ef.6:18 / 1Cor.14). El que habla en lenguas tiene total control sobre sí mismo – esto también es verdad referente a todos los dones espirituales (1Cor.14:32,33,40). Otras razones bíblicas para hablar en lenguas las encontramos en la siguientes citas: 1 Cor.14:4-5 / Jud.20 / Rom.8:26-27 / 1Cor.14:14-15 / 1Cor.14:6,26.

Otras evidencias:

Otras evidencias y resultados del bautismo y de la llenura del Espíritu Santo que se observan en aquellas personas que experimentan esta verdad bíblica en su vida, son:

  • Declaraciones proféticas y alabanzas a Dios (Hch.2:4.17 / Hch.10:46 / 1Cor.14:2).
  • Gozo sobreabundante (Hch.2:46).
  • Mayor carga y mayor deseo sincero por predicar (compartir) el Evangelio de Jesús (Hch.1:8 / Hch.2:14 / Hch.3:11 / Hch.4:31-33 / Hch.5:29-33 / Hch.19:6) con las respectivas manifestaciones de poder que acompañan este ministerio (Mr.16:17-18 / Hch.5:16 / Hch.19:12-16).
  • Mayor sensibilidad al pecado que aflige al Espíritu Santo (Jn.16:8).
  • Mayor deseo de vivir una vida que glorifica a Jesús (Jn.16:13-14 / Hch.4:33 / Ef.5:10-20). La plenitud del Espíritu Santo desarrolla el carácter – los frutos del Espíritu son desarrollados (Gal.5:22-23).
  • Mayor libertad para fluir en los dones del Espíritu Santo (1Cor.12:4-10 / Rom.12:6-8 / Ef.4:11). Pablo define estas manifestaciones como el resultado de la vida llena con el Espíritu. Lucas las define como el resultado de estar bautizado en el Espíritu, un bautismo que registra como una experiencia de iniciación, sin embargo también habla de una experiencia continua (Hch.4:31).
  • Mayor deseo de orar (Hch.2:41-42 / Hch.3:1 / Hch.4:23-32 / Hch.6:4 / Hch.13:1-3 / Rom.8:26).
  • Mayor amor y entendimiento de la Palabra de Dios (Jn.16:13 / Hch.2:42).

¿Cómo mantenernos llenos del Espíritu?

Aseguremos estar continuamente unidos a Jesús – creciendo en el entendimiento de Dios y de Su voluntad por medio de la Palabra de Dios (Jn.15:1-15 / Mt.4:4 / Col.3:16 / 2Pe.1:3-4). Practicando obediencia a la Palabra de Dios es central en el proceso de mantenernos llenos del Espíritu.

Vivamos regularmente bajo la influencia del Espíritu viviendo una vida íntegra, de adoración a Dios y de gratitud a Dios (Ef.5:15-20 / Ef.4:30 / Sal.78:40 / Sal.95:10 / Is.63:10 / Mr.3:5 / Hch.7:51 / 1Tes.5:19 / Hebr.3:17).

Practicando la verdadera adoración a Dios. La oración igual nos va llenando una y otra vez (Hch.4:31 / Ef.5:15-20 / Rom.12:1 / Hebr.13:15-16).

Aprovechar los beneficios de ser parte de una congregación local y de las dinámicas ministeriales que allí ocurren (1Cor.12:7 / Ef.4:10s / 1Cor.14:1.39).

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1 Elberfelder Studienbibel mit Sprachschlüssel. Wuppertal und Zürich: Brockhaus Verlag 1994.*Compare con: Hch.4:27 / Hch.10:38 / 1Sam.10:1 / Ex.28:41 / 1Re.19:16.

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