jueves, 11 de enero de 2018

Asegurando un buen comienzo como cristiano

“Y Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa es para vosotros y para vuestros hijos y para todos los que están lejos, para tantos como el Señor nuestro Dios llame” (Hch.2:38-39) LBLA

El apóstol Pedro predica su primera prédica después de haber recibido el poder del Espíritu Santo y la gente está tocada, quiere acercarse a Dios, quiere reconciliarse con Dios y pregunta: ¿Qué debemos hacer? La respuesta de Pedro es interesante y a la vez importante. Pedro menciona algunos elementos fundamentales para entrar en el camino como seguidor de Cristo (Hch.2:38-39).


– – – El primer elemento es: ¡Arrepiéntase! – el arrepentimiento incluye confesar y dejar el pecado (reconocer que esta en mal camino y dar la vuelta) y volverse a Dios (de cara a Dios / no es solamente dejar algo malo para ser ahora buena gente / el camino ahora es con Dios); éste es el camino que deben seguir todos aquellos que quieren nacer de nuevo y comenzar una vida con Cristo. Esta verdad fundamental fue predicada por los apóstoles como punto de entrada a una vida reconciliada con Cristo (Hch.3:19 / Hch.17:30 / Hch.20:21 / Hch.26:20 / Mt.3:2,8-9 / Mt.4:17 /Lc.24:47 / Jn.3:3 / 2Cor.5:17-21 / 1Cor.12:13).

– – – Otro elemento predicado y practicado por la primer iglesia para asegurar un buen comienzo de un creyente en Cristo fue el bautismo en agua. El bautismo en agua no es solamente un paso de obediencia (Mt.28:18-20). Tampoco es una ceremonia con elementos mágicos. Éste es una acción con la cual declaramos que dejamos la vida de pecado y de rebeldía para con Dios, expresamos públicamente nuestra fe en Cristo y nuestro compromiso a seguirlo fielmente, y confesamos que la muerte y la resurrección de Cristo es la base de nuestra salvación y nada se le puede quitar y nada se le puede añadir al plan divino de salvación (Hch.8:36-38 / Hch.16:15 / Hch.16:31-34 / Hch.22:16 / 1Pe.3.21 / /Mr.16:16 / Rom.3:22-26 / Rom.5:10-11 / Rom.10:9-10 / 1Jn.5:10-12 / Ef.2:8-10).

– – – Finalmente habla del regalo del Espíritu Santo que todo creyente recibe cuando nace de nuevo – nacer del Espíritu (Jn.3:3,8 / 1Cor.12:13). Para el apóstol Pablo la presencia del Espíritu Santo es la característica distintiva de ser un cristiano (Rom.8:9s). Lucas nos enseña cómo los apóstoles aseguraban que todo aquel quien se volvía a Dios por medio de Cristo recibiera el Espíritu Santo. Lucas lo llama ser bautizados en el Espíritu Santo. Lucas además describe el bautismo en el Espíritu Santo como poderosos encuentros subsiguientes con el Espíritu Santo (más no expriencias fuera de control, raras, indebidas o humillantes), más allá de nuestra experiencia inicial de salvación. (Hch.2:1s / Hch.8:5-17 / Hch.9:15-17 / Hch.10:44s / Hch.19:1-7). Tanto Lucas como Pablo nos enseñan que después del bautismo inicial en el Espíritu Santo el creyente debe buscar vivir una vida llena (rebosante) en el Espíritu Santo (Ef.5:17-20 / Rom.12:11 / Hch.4:31).

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