domingo, 27 de diciembre de 2020

rostros descubiertos

 


Este año 2020 entrará en la historia como el año de las máscaras o de los rostros cubiertos. Este año nos forzó a hacer algo que no era nuestra costumbre: usar tapabocas o máscaras. Tengo que admitir que es algo a lo cual no me he acostumbrado. A veces lo percibo difícil hablar con alguien quien tiene el rostro cubierto o cuando alguien se conecta por ZOOM y apaga su cámara. ¿Y qué decir de aquellas máscaras que tienen muecas o imágenes impresas? No sé si la persona me esta sonriendo o si me esta sacando la lengua, si está brava conmigo o si se está burlando. De verdad que el rostro descubierto comunica mucho de las emociones, del estado interno de la persona y de cómo ella responde a lo que yo quiero transmitir; cosas que con una máscara fácilmente se pueden tapar (Neh.2:2-3 / Prov.15:13 / Prov.27:19 / Ecl.8:1).

Pero la realidad es que aun antes de la pandemia andábamos con máscaras - tratamos de dar una cierta impresión; queremos impresionar con nuestra generosidad, oraciones, esfuerzos religiosos; nos cuidamos para no mostrar debilidad (Mt.6:1-18 / Lc.18:9-14). Jesús llama esto ser hipócritas o actuar mostrando algo diferente a lo que de verdad somos, es esconder los verdaderos sentimientos, expresar emociones que no queremos que otros vean, es ostentar o tratar de impresionar para ganar aplausos (Lc.18:9-14).

Dios quiere que nos acerquemos a Él con un corazón sincero (Hebr.10:22) - un corazón genuino, nada de máscara. Dios ve en lo secreto y conoce muy bien nuestros motivos escondidos. Dios ve detrás de nuestra máscara (Mt.6:4,6,18). Además nos llama a amar al hermano con amor sincero (1Pe.1:22 / Rom.12:9) - amor no fingido, sin hipocresía. En Cristo las relaciones y la vida misma tampoco funcionan muy bien usando máscaras.

Como sea, el tapabocas finalmente no es el problema, pero la máscara con la cual queremos impresionar o esconder algo, sí lo es. Tenemos que aprender a ponernos el tapabocas y a quitarnos la máscara.

Moisés bajó del Monte Sinaí después de un encuentro con Dios. Y su rostro resplandecía. Los que vieron el resplandor en el rostro de Moisés tuvieron miedo de acercarse a él. Moisés termina cubriendo su rostro con un velo. Sin embargo, cada vez que entraba en la carpa para hablar con Dios se quitaba el velo y volvía a salir con el rostro brillante (Ex.34:28-35). El encuentro con Dios a cara descubierta hacía que la gloria de Dios se le pegara a Moisés. El pueblo no sabía cómo manejar ese esplendor. Nunca olvidemos: Dios se nos acerca con rostro descubierto y desea que nosotros también nos acerquemos a Él con rostros descubiertos; eso tendrá su efecto en nosotros.

¿Cómo me acerco a Dios? ¿Me acerco a Dios con confianza o cubierto con dudas, temor, falsas expectativas, religiosidad falsa, corazón duro y falto de entendimiento? Quiero acercarme a Dios con un corazón sincero (Hebr.10:22); nada de apariencias, nada de show religioso, con el rostro descubierto delante de Él.

"Pero cuando alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado. Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad. Pero todos nosotros, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu" (2Cor.3:16-18) NBLA

Elías había confrontado la idolatría de Israel. Dios se había manifestado en aquella ocasión con poder y ahora Jezabel, la líder idólatra, quería matar a Elías. Elías emprende la huida. Sin embargo, Dios no deja a Elías en la depresión ni en la soledad. Dios viene al encuentro con Elías. En el momento que Elías reconoce la presencia de Dios se cubre la cara con su capa. Dios fortalece a Elías, le da nuevas instrucciones y Elías puede seguir su camino y ministerio (1Re.19:1-18). ¿Por qué se cubre Elías? Es verdad que nos podemos acercar a Dios con el rostro descubierto, pero no nos podemos acercar a Dios sin la necesaria reverencia y sin el verdadero temor de Dios (Is.59:2 / Jer.21:10). Quiero acercarme a Dios con la respectiva actitud, con un corazón sincero y con el correcto temor a Dios, con reverencia.

Pedro sigue a Jesús de lejos - curioso por ver lo que pasaría con Jesús quien acababa de ser arrestado. En esa situación Pedro desconoce a Jesús y niega que es uno de sus discípulos. El gallo canta. Pedro había fracasado. PERO precisamente en ese momento Jesús se volvió y miró a Pedro. Pedro recuerda entonces las palabras de Jesús y reconoce su fracaso. Pedro sale corriendo y llora amargamente (Lc.22:54-62). Cuando Jesús mira a Pedro, no lo mira cubierto con una máscara. ¿Qué cara vio en Jesús? ¿Salió Pedro corriendo porque vio una cara que le comunicaba juicio? ¿Qué cara vio que lo haya llevado a salir corriendo y llorar amargamente? ¿Qué hubiera pasado si Jesús hubiera tenido el rostro cubierto?

La bendición sacerdotal incluye la petición: "El SEÑOR haga resplandecer Su rostro sobre ti, Y tenga de ti misericordia; El SEÑOR alce sobre ti Su rostro, Y te dé paz" (Nm.6:25-26) NBLA. Que importante es que Dios nos mire favorablemente y sin máscara. Sin embargo, no olvidemos, Dios esconde Su rostro cuando nos alejamos de Él y cuando seguimos dioses falsos (Dt.31:16-18). Definitivamente no quiero que Dios me dé la espalda. Deseo que Dios y Su sonrisa me acompañen todos los días de mi vida (Sal.13:1 / Sal.27:9 / Sal.44:24 7 Sal.67:1 / Sal.80:19 / Sal.104:29 / Sal.143:7).

"El SEÑOR te bendiga y te guarde; El SEÑOR haga resplandecer Su rostro sobre ti, Y tenga de ti misericordia; El SEÑOR alce sobre ti Su rostro, Y te dé paz" (Nm.6:24-26) NBLA

lunes, 21 de diciembre de 2020

manténganse despiertos

 


"Por lo tanto, manténganse despiertos, porque no saben cuándo volverá el dueño de la casa, si al atardecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga de repente y los encuentre dormidos. Lo que les digo a ustedes, se lo digo a todos: ¡Manténganse despiertos!" (Mr.13:35-37) NVI.

Cuando de los acontecimientos del futuro se trata hay siempre preguntas que no se dejan contestar fácilmente. ¿Cuándo regresa Cristo por segunda vez? ¿Cuándo se cumplirán ciertas promesas del Señor? ¿Qué cosas podemos esperar en el futuro? ¿Qué oportunidades y desafíos voy a enfrentar? Todo esto se presta para mucha especulación, pero también para alimentar el temor y la confusión. De lo que puedo estar seguro es que la historia tiene un rumbo. Hay cosas que vienen y que aparecen de repente, otras demoran, algunas nunca ocurren. Lo que Dios dijo que ocurrirá acontecerá - sin embargo, no siempre conocemos los tiempos. Viendo esta realidad es importante estar preparados para recibir ese futuro bien posicionados.

Como vemos, existe un gran peligro: la posibilidad de perder el estado de alerta, de vigilancia espiritual. Por eso se nos dice: "manténganse despiertos". El apóstol Pablo conocía ese peligro y por eso les advirtió, en un cierto momento, a los de Éfeso que estén alertas porque falsos maestros pueden aparecer en cualquier momento y con sus enseñanzas destruir lo que Dios está haciendo en nuestra vida (Hch.20:25-32). En otra oportunidad escribe el apóstol a los de Éfeso y los llama a que despierten del sueño espiritual y que cuiden la manera como viven (Ef.5:13-17). Tristemente leemos que los creyentes de Éfeso, en algún instante de descuido, perdieron el primer amor (Apoc.2:4). 

A los de Tesalónica les dice Pablo: "Así que manténganse en guardia, no dormidos como los demás. Estén alerta y lúcidos" - lúcidos o en sano juicio describe el estado de alerta moral. A Timoteo, su compañero de milicia le recuerda que para ser un buen soldado, batallador eficaz en los conflictos espirituales, y que agrada al que lo reclutó, debe cuidarse y no enredándose en asuntos secundarios - es posible desenfocarse y andar en peleas y asuntos que no avanzan la causa (2Tim.2:3-4 / 2Tim.4:10 / Lc.8:14 / 1Cor.9:24-27 / 1Tim.6:9-12). Para mantenernos en guardia, alertos, lúcidos y bien enfocados debemos usar toda la armadura de Dios protegiendo así nuestra fe en el Cristo crucificado, viviendo intencionalmente en la luz y en amor a Dios y al prójimo (1Tes.5:6-11 / 1Cor.16:13).

El apóstol Pedro nos dice que debemos permanecer alertas frente a las amenazas y tentaciones del diablo (1Pe.5:8); igualmente nos anima a mantenernos lúcidos y tener una mente clara al orar (1Pe.4:7). La iglesia de Sardis tuvo que escuchar el llamado fuerte a despertar porque sus obras no eran perfectas delante de Dios (Apoc.3:2).

Jesús conoce el peligro y nos manda a mantenernos despiertos, ya que no sabemos la hora de la venida de nuestro Señor (Mr.13:35-37 / Mt.24:42-44 / Mt.25:13). Él nos quiere encontrar pendientes de su llegada, preparados, fieles y enfocados en el trabajo que Él nos encomendó (Lc.12:37-48 / Mt.25 / Mt.26). Eso lo podemos hacer al estar vigilantes y orando para que no caigamos en tentación (Mt.26:38-44 / Hebr.4:15) - Jesús se mantuvo despierto y en oración -se preparó espiritualmente- para estar listo y poder enfrentar el evento más grande de su paso por la tierra (Lc.22:41-44 / Ef.6:18). Los discípulos no se mantuvieron, en aquella ocasión, despiertos y, consecuentemente fracasaron terriblemente (Mt.26:56 / Mr.14:50/72).

De Jesús aprendemos que el mantenernos despiertos, el vigilar, tiene que ver con la preparación espiritual y el estado espiritual. En este contexto el llamado es a mantener nuestra ropa lista -ropa libre de manchas de inmoralidad y pecado- para no ser un día avergonzados. Tenemos que entonces cuidar nuestra ropa, nuestro carácter; y remover toda mancha y arruga para ser santos e intachables delante de Dios (Apoc.16:15 / Apoc.3:4,18 / Ef.5:27 / 2Pe.3:14 / Stg.5:2). Siempre preparados para su segunda venida, no importando cuan pronto o inesperadamente llegue ese momento. Entender todo acerca de los últimos tiempos y de los sucesos mundiales no sirve para nada si no nos esforzamos por desarrollar nuestro carácter, por cambiar a la imagen de Cristo y por estar enfocados en la Misión de Dios (1Cor.13:2 / Gal.4:19 / 2Tim.2:3-4 / 2Tim.3:10 / 2Tim.4:1-5).

"¡Tengan cuidado! No dejen que su corazón se entorpezca con parrandas y borracheras, ni por las preocupaciones de esta vida. No dejen que ese día los agarre desprevenidos, como una trampa. Pues ese día vendrá sobre cada ser viviente de la tierra. Manténganse siempre alerta. Y oren para que sean suficientemente fuertes para escapar de los horrores que vendrán y para presentarse delante del Hijo del Hombre" (Lc.21:34/36) NTV.

'TENGAN CUIDADO' significa devoción de pensamiento y esfuerzo a una cosa (Vine); mantener la mirada fijada en un destino. Jesús advierte y dice que es importante vivir enfocados en el camino correcto y poner mucha atención a cualquier cosa que nos quiera desviar. Podemos ser desviados del camino al no tomar en serio los mandatos de Dios, al dejarnos llevar por los deseos pecaminosos y por las preocupaciones de este mundo. Cuidado con todo tipo de distracciones (Ef.5:14-21 / Hebr.12:14-17 / Gal.5:17 / Mt.13:3-9,18-23). 

No podemos acomodarnos, hay que emplear esfuerzo y concentración. Mantenerse despierto requiere esfuerzo. Para crecer en carácter y ser vencedores se requiere disciplina y entrega (1Cor.9:26-27 / Rom.8:13 / Col.3:4 / 2Tim.2:22 / 1Pe.2:11 / Stg.1:21-27). Saber cosas acerca de Dios, ministrar y hacer milagros no es suficiente, la obediencia a los mandatos de Cristo hace la diferencia (Mt.7:21-27 / Mt.28:18-20 / Tit.1:16).

"Esto es aún más urgente, porque ustedes saben que es muy tarde; el tiempo se acaba. Despierten, porque nuestra salvación ahora está más cerca que cuando recién creímos. La noche ya casi llega a su fin; el día de la salvación amanecerá pronto. Por eso, dejen de lado sus actos oscuros como si se quitaran ropa sucia, y pónganse la armadura resplandeciente de la vida recta. Ya que nosotros pertenecemos al día, vivamos con decencia a la vista de todos. No participen en la oscuridad de las fiestas desenfrenadas y las borracheras, ni vivan en promiscuidad sexual e inmoralidad, ni se metan en peleas, ni tengan envidia. Más bien, vístanse con la presencia del Señor Jesucristo. Y no se permitan pensar en formas de complacer los malos deseos" (Rom.13:11-14) NTV.


martes, 1 de diciembre de 2020

enfoque ministerial de Jesús

 

"Jesús recorrió todas las ciudades y aldeas de esa región, enseñando en las sinagogas y anunciando la Buena Noticia acerca del reino. Y sanaba toda clase de enfermedades y dolencias. Cuando vio a las multitudes, les tuvo compasión, porque estaban confundidas y desamparadas, como ovejas sin pastor" (Mt.9:35-36) NTV.

Cuando observo la vida y el ministerio de Jesús inmediatamente noto que su enfoque de vida y de ministerio era la gente y no las cosas. Jesús vino a este mundo para dar su vida en rescate por los humanos (Mt.9:12-13). En los capítulos 8 y 9 de Mateo leo una historia tras otra de cómo Jesús se acercaba a la gente, gente que muchas veces fue rechazada por la sociedad o por los mismos líderes religiosos de aquel tiempo (Mt.9:9-13) - Jesús se acercaba para sanarla, liberarla y traer esperanza. Impresiona ver que los fariseos no temían ajustar su teología para atacar a Jesús y desestimar su trabajo para con los necesitados. Pero hay que decirlo, tampoco conocían a Dios (Mt.9:32-34). ¿Cuál era el enfoque de los fariseos? ¿Qué pensaban ellos acerca de sí mismos y de su labor como líderes religiosos? ¿Cómo se compara la actitud de los fariseos con la de Jesús?

El capítulo 9 termina con una escena que revela el corazón de Jesús y Su deseo de alcanzar a todos. Él ve la necesidad de "expulsar" (enviar - 'ekbalo') a pastores obreros al campo donde estaban las multitudes necesitadas. Jesús no dijo que para poder alcanzar a la gente y ayudarla se requería necesariamente de dinero, de edificios o de programas especiales. Él pedía por obreros, ya que la necesidad urgente y principal eran pastores. Sin ellos la gente anda confundida y desamparada (Mt.9:35-38).

¿Será posible que en algún momento nos podemos desenfocar y caer en la tentación de invertir más de lo necesario en cosas que no representan, a la luz de la eternidad, tesoros duraderos? Seamos sinceros, es fácil priorizar la inversión de tiempo, dinero y esfuerzos en edificios, programas, reglas, proyectos, y descuidar los tesoros verdaderos, que según Jesús, son las personas - esa es la impresión que surge cuando vemos a los fariseos y sus actuaciones (Mt.9:12-13 / Mt.9:34 / Mt.11:19 / Lc.15:1-6 / Lc.13:10-17). ¿Cómo es posible que los fariseos se indignen al ver a Jesús alcanzándole la mano al descarriado, al enfermo, al endemoniado? ¿Cómo podemos llegar al punto de no ser considerados con los necesitados y descarriados, a ser gente falta de sincera compasión y preferir cumplir ritos religiosos vacíos por encima de ver por el prójimo? ¿No es una persona más valiosa que una oveja? (Mt.9:12-13 / Mt.12:12 / Mt.6:26 / Mr.3:4).

"Jesús recorrió todas las ciudades y aldeas de esa región, enseñando en las sinagogas..." (Mt.9:35). Jesús literalmente iba a todo lugar para cumplir con la tarea e ir tras la gente. Él iba a las ciudades y pueblos (Mt.9:35), al campo y a las montañas (Mt.5:1), a las sinagogas - si le daban oportunidad (Mt.9:35), a las orillas del mar (Mt.4:18), a las barcas (Mt.8:23), a las casas (Mt.8:14 / Mt.9:10). Notemos: la mayoría de los milagros no ocurrieron en el templo. Jesús salía a donde estaba la gente (Mt.4:23-24 / Mt.11:4-5 / Mt.14:14 / Mt.15:32 / Mr.6:56 / Hebr.4:15 / Hebr.5:2). Jesús predicó el mensaje del Reino de Dios, enseñó y sanó a los enfermos en cualquier lugar donde había gente deseosa de Su toque (Mt.9:35 / 2Tim.2:2 / 2Tim.4:2 / Hch.10:38-39 / Hch.11:19-30).

"Cuando vio a las multitudes, les tuvo compasión,. . . ". Él veía la multitud y les tuvo compasión (movido en las entrañas, es una compasión que mueve a una persona en lo más profundo de su ser) (Mt.9:13,36 / Mt.14:14 / Mt.15:32 / Mt.20:34), porque estaban confundidas (desmayadas) y desamparadas (derribadas), como ovejas sin pastor. La motivación de Jesús al ministrar, sanar, liberar y ayudar a la gente es la compasión. 

"... como ovejas sin pastor". Aunque habían líderes religiosos en Israel, estos no estaban preocupados por el bienestar de la gente, ellos más bien se aprovechaban de la gente, no ofrecían verdadera ayuda, cargaban a la gente con reglas y leyes humanas que los líderes mismos no cargaban - ofrecían una religión que era un impedimento para acercarse a Dios (Mt.9:32-34 / Lc.13:10-17 / Jn.8:1-11 / Ez.34:1-10). Jesús critica fuertemente a los líderes religiosos que no cumplen con su labor y que andan enfocados en sí mismos y que olvidan los aspectos más importantes de la ley: la justicia, la misericordia y la fe (Mt.23). Una crítica similar la leemos en el Antiguo Testamento (Ez.34:1-10). Jesús, por el otro lado, el buen pastor, estaba hambriento por ver a la gente siendo tocada por el poder de Dios (Jn.4:34-35 / Ez.34:11-16). ¿Qué intereses nos mueven cuando vemos a las personas? ¿Las vemos como Jesús la vio? ¿Cómo nos mueve el ver gente necesitada de Dios? ¿Extendemos la mano al confundido y desamparado como lo hizo Jesús?

"...pídanle que envíe más obreros a sus campos" (Mt.9:38). Jesús con seguridad no estaba pensando en enviar obreros como los que se describen en Mateo 23 y en Ezequiel 34. Jesús llamó y preparó a Sus discípulos para hacer de ellos pescadores de hombres y no constructores de monumentos (Mr.3:14-15 / Mt.4:19 / 1Sam.15:12). Jesús siempre vivía enfocado en el ministerio a la gente (Mt.9:35-38 / Mt.14:14 / Mt.15:32 / Hebr.4:15). Dios ama a la gente y por eso dio Jesús Su vida en rescate por el mundo y además entrenó a unos pocos para enviarlos a las naciones como sus embajadores predicadores del Reino de Dios - las Buenas Noticias (Jn.3:16 / 1Tim.2:1-4 / Mt.4:19 / Mt.28:18-20). Jesús compartió Su autoridad con los discípulos con el propósito de que sirvieran a otros con humildad y para que cumplieran con la misión de predicar las Buenas Noticias sanando, liberando y llevando esperanza en Cristo (Mt.10:1). La visión de Dios es gente y no necesariamente edificios, programas, proyectos. Y para completar esa tarea Jesús necesita a otra gente que va y hace lo que Jesús hizo (Apoc.7:9-10 / Jn.14:12 / Mt.10).

'Jesús pasó más tiempo acercándose a la gente y hablando con ella que en alguna otra actividad. El Señor Jesús no estaba obsesionado por Sus tareas o metas, a pesar de que sabía que sólo tenía tres años para entrenar a doce hombres que siguieran con el movimiento religioso que iba a transformar al mundo. El modelo de nuestro Señor era seguir vendando heridas, aun hallándose en medio de una insoportable presión por cumplir con Sus tareas y metas (Col.1:28-29)'.1

¿Son para mi las reglas eclesiásticas humanas, los legalismos y las estructuras religiosas rígidas más importantes que servir, amar y ministrar con gracia, misericordia, amor y poder a la gente? ¿Qué me impide hoy día el acercarme a las personas, especialmente a aquellas que pueden haber fallado, que me hirieron, que andan por caminos errados? ¿Qué me lleva a excluir a cierta gente de ser servida como Cristo lo haría, especialmente a aquellos que buscan ayuda?

Como líder no puedo estar solo preocupado por el presupuesto, por los números de asistencia o que se cumplan ciertas reglas (Lc.13:10-17). Nunca debo olvidar que Jesucristo murió y resucitó para salvar a los perdidos y que nos llamó a buscar a esos perdidos, desdichados y sin esperanza humana, para que sean ganados para Cristo y que todo creyente llegue a ser todo lo que Dios quiere que sea  (Mt.9:35-38 / Mt.10:6 / 1Tim.2:1-4 / Gal.4:19 / Ef.4:10-16). Dios quiere ver el cielo poblado con gente rescatada por Jesucristo y que adora al único verdadero Dios (Apoc.5:8-14 /  Apoc.7:9-10).

El verdadero trabajo de la obra del ministerio no es llevar a que se cumpla con el trabajo, sino a que se utilice el trabajo para alistar a la gente. El rendimiento es secundario. Todos los eventos y actividades de nuestra iglesia son una oportunidad para que el discipulado y el entrenamiento se enfoquen en un ser humano.2

¿Qué tanto aporta o frena un cierto evento, un programa, un edificio, los estatutos de una iglesia el ver gente salva, discipulada, involucrada en el ministerio, tocada por el poder de Dios? ¿Qué debe cambiar, ser ajustado o renovado?

ORO: Padre celestial, no deseo ser un constructor de monumentos. Y si me permites construir un edificio, planear un evento o establecer un programa, que sea entonces con el propósito de ayudar al cumplimiento de la Misión de Dios, para alcanzar las personas que Tu quieres tocar con Tu Evangelio y poder, y para ver vidas cambiadas que Te adoran a Ti. 

Perdóname porque frecuentemente veo la gente como instrumentos para un proyecto, en vez de ver el proyecto como una herramienta para bendecir a la gente.

Gracias Padre por aquellos que se me acercaron en algún momento y que aun se me acercan con el plan de acercarme a Ti - sin cobrar, sin exigir, sin calcular si ganaban algo con ello o no, si les caía bien o no. Ellos fueron para mi como el buen samaritano para el golpeado y herido por los ladrones (Lc.10:25-37). Aquel samaritano no dejó al herido en el piso, no tuvo pretextos personales o religiosos, su ayuda fue motivada por un profundo y sincero interés por el bienestar del afligido y por verlo recuperado.

Ayúdame Padre a ver a la gente como Tu la ves y a servir con la actitud con la que Cristo sirvió y sirve. Quiero ser Tu embajador para ver a la gente acercándose a Ti. Gracias por empoderarme para esa misión.

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1 FINZEL, Hans. Los Líderes – sus diez errores más comunes. Puebla, México: Las Américas, A.C., 1998. P.42

2 BROWN, Daniel A. The other side of pastoral ministry. Gran Rapids, Michigan,: Zondervan, 1996. P.126 (Traducción hecha por el autor)

lunes, 23 de noviembre de 2020

no permitas que cedamos ante la tentación

 

"Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno" (Mt.6:13) NVI.

Mantener el curso correcto en la vida es un desafío, no podemos ser ingenuos y pensar que no vamos a enfrentar momentos que nos pueden provocar a tomar un rumbo equivocado. ¿Pero de dónde vienen esas provocaciones? ¿Es el diablo el único o existen otros elementos que nos pueden incitar a tomar decisiones malas? 

No hay duda, a veces viene el ataque de personas. Hay pecadores, gente malintencionada que nos quiere engañar y llevar por caminos claramente identificados como de muerte. Esta es gente que se quiere aprovechar injustamente de otros, dan mal ejemplo, incitan al mal, gente que hace mucho daño al prójimo y también así misma (Prov.1:8-19 / Sal.1:1-3).  Ahí está la mujer inmoral que con palabras dulces seduce al falto de discernimiento hundiéndolo en pozos de amargura y de mucho dolor (Prov.5 / Prov.7:21-23). ¿Y qué decir de los falsos maestros que con ideas y enseñanzas malas engañan e invitan a estilos de vida errados y corrompidos (1Cor.15:30-34 / 2Tim.2:16-18 / 2Pe.2:2,18-20 / Mt.18:6-9 )? Asimismo hay gente bien intencionada, pero equivocada y falta de conocimiento de los propósitos de Dios, como en el caso de Pedro cuando quiso evitar que Cristo fuera a la cruz; es gente que no discierne los caminos de Dios y cuyos consejos son equivocados (Mt.16:21-28 / 2Sa.19:22 / Mt.10:34-39). ¿Y qué de aquellos cristianos que hacen halagos de sus libertades y hacen tropezar a otros (Rom.14:13,21)?

Otro enemigo es ese algo en nosotros que constantemente nos está jalando o empujando a tomar decisiones equivocadas; estoy pensando en lo que la Biblia llama los deseos pecaminosos. Si estos no fueran un asunto tan serio -aún para los creyentes-, las tentaciones no serían tan peligrosas. Todos somos vulnerables porque todos tenemos aquellos puntos débiles, es ese viejo hombre que se corrompe según los deseos engañosos, es una fuerza que nos incita a violar las reglas de vida (Ef.4:22 / 1Pe.2:11 / Mr.4:19 / 1Tim.6:9 / Stg.4:1-3 / 1Pe.1:14 / 1Jn.2:16).

Y el diablo también juega un papel. Este anda como león rugiente buscando a quien devorar (1Pe.5:8 / Mt.13:39 / Lc.22:31 /  Ef.6:11 / Ef.4:27 / Job 1:8-11 / Job 2:3-6 / Apoc.12:10).

¿Y qué de Dios? ¿Cómo así que no nos metas en tentación? ¿Es que Dios tienta? Aclaremos, Dios no tienta a nadie ni nos incita a hacer el mal - Dios es bueno en todo y siempre es bueno (Stg.1:12-15). Pero la Biblia sí nos enseña que Dios nos puede someter a una cierta prueba o 'evaluación' para revelar nuestro corazón, nuestra entrega y fidelidad, y nuestra obediencia a Dios. Así lo hizo con Abraham (Gn.22:1 / Hebr.11:17) y con el pueblo de Israel (Ex.15:25-26 / Ex.16:4 / Dt.8:2 / Dt.13:3), y lo hace con nosotros (Prov.17:3 / 1Pe.1:7). Sin embargo, Dios nunca nos llama a tomar el rumbo equivocado. La prueba más bien muestra lo que ya existe. En el caso de Job notamos que lo que Dios conocía de este hombre iba a ser revelado a todo el mundo en medio de la prueba (Job 1). El diablo quería llevar a Job a la desgracia, pero Dios buscaba afirmar a Job en sus caminos caracterizados por el temor a Dios (1Cor.10:13 / 1Cor.7:5 / Stg.1:3-7,12).

El Espíritu Santo llevo a Jesús al desierto, pero fue el diablo quien buscaba la caída de Jesús. Padre quería más bien presentar al vencedor (Mt.4:1-11). Por eso oramos "líbranos del maligno"(Mt.6:13). El diablo es el acusador y calumniador y es él quien busca por todos los medios frustrar los planes de Dios (1Pe.5:8). 

Para que podamos resistir al diablo Dios nos da herramientas para defendernos contra toda acechanza del enemigo. Los siguientes puntos me parecen importantes y me han ayudado en el proceso de la resistencia al maligno: [1] Sometimiento a Dios y resistencia al diablo por medio de la Palabra de Dios (Stg.4:7). Jesús se sometió al Padre reconociendo y siguiendo la verdad de Dios; resistió al diablo declarando y ateniéndose a la Palabra de Dios para su situación particular (Mt.4:1-11). [2] No dar oportunidad al diablo evitando los caminos contrarios a lo que nos dice la Palabra de Dios (Ef.4:27) - que el maligno y su gente digan todo tipo de mal contra nosotros, pero que no encuentren ninguna evidencia, nuestro testimonio de vida es una defensa segura (1Pe.2:12 / 1Pe.3:16 / Mt.5:16. [3] Permanecer alertas y resistir firmes en la fe - creemos en la verdad de Dios; entendemos que somos pecadores redimidos por Su gracia; vivimos según Sus preceptos y amamos a Dios, aun si esto nos cuesta la vida (1Pe-5:8-9 / Apoc.12:9-11 / Ef.6:11-12). [4] Oramos que Dios no permita que cedamos a la tentación, que nos salve, nos libere, nos de una salida en cada tentación, nos preserve (mantenga a salvo) para que lleguemos bien a la meta (Mt.4:13 / Jn.17:15 / 2Tim.4:17-18 / 1Cor.10:13 / 2Cor.12:7-9 / 2Pe.2:9 / 1Jn.5:18-19 / Apoc.2:10 / Apoc.7:14-17 /  Prov.30:8).

Padre en el cielo, no permita que yo ceda ante la tentación. Aunque ésta trate de diferentes maneras desviar mi atención de Ti, no me deje a la deriva. Dame discernimiento y valor para tomar las decisiones correctas en todo tiempo (las decisiones correctas, aquellas que no son siempre populares, aquellas que a Ti te honran). Padre, que en toda tentación yo vea la salida y pueda resistir, salir victorioso y mantener el rumbo correcto. Nunca olvidaré que el que está en mi es mayor que el que está en el mundo - Tú siempre estas conmigo y nada me separará del amor de Cristo (1Jn.4:4 / Mt.28:20 / Rom.8:31-39). Líbrame de aquellas tentaciones que ponen en peligro mi fidelidad a Ti. Cuando vengan las pruebas, no permitas que ellas me aparten de ti, y líbrame del maligno.
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lunes, 16 de noviembre de 2020

perdona nuestros pecados (Mt.6:12)

 


"Perdona nuestros pecados, así como hemos perdonado a los que pecan contra nosotros. . . . Si perdonas a los que pecan contra ti, tu Padre celestial te perdonará a ti. Pero, si te niegas a perdonar a los demás, tu Padre no perdonará tus pecados" (Mt.6:12,14-15) NTV.

Esta petición que encontramos en el "Padre Nuestro" es probablemente la que más nos exige. Ésta trata de aquel asunto que afecta nuestra relación con Dios y con el prójimo. La Biblia es clara en decirnos que somos pecadores. Además, si queremos arreglar relaciones dañadas, entonces este asunto debe ser tratado sinceramente y sin disculpas. Pero, ¿tengo que admitir que soy pecador y que necesito ayuda  - ayuda más allá del pan diario? ¿Es esta oración para todos o solo para unos cuantos terribles (lea Lc.18:9-14)? 

¿Nuestros pecados? Pues así es. Todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios. No hay disculpa que valga. Como sea, tenemos que enfrentar esta realidad (Rom.3:10-19,23 / 1Jn.1:8-10). No damos en el blanco; fallamos en ser todo lo que debemos ser en la familia, en el trabajo, en la sociedad (Lc.15:18-21). De alguna manera quebrantamos la ley de Dios; constantemente traspasamos la linea que separa lo bueno de lo malo (Rom.5:14). A veces somos sorprendidos porque hemos bajado la guardia y caemos en la trampa (Gal.6:1 / Rom.11:11-12). 

"Todos nosotros nos hemos extraviado como ovejas; hemos dejado los caminos de Dios para seguir los nuestros" (Is.53:6) NTV. ¿O habrá alguien quien pueda decir que siempre cumplió a la perfección con todo lo que Dios pide? Si somos sinceros notamos que el pecado es un mal universal y todos estamos afectados (Gn.6:5 / Gn.8:21 / Mt.15:19 / Ef.2:1-3). Externamente podemos aparecer respetables, pero a los ojos de Dios todos necesitamos ayuda. Sí, esta oración es para todos los que entienden que son pecadores y desean ponerse a cuentas con Dios.

"El Padre celestial te perdonará a ti". La situación tiene salida. Jesús cuadró nuestra cuenta (Is.53:6). "La paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor" (Rom.6:23 / Jn.3:14-17 / Jn.5:24). Gracias a Dios que en el nombre de Jesucristo tenemos salvación; nuestra relación con Dios (Hch.4:12 / Hch.10:42-43 / Mt.1:21 / Jn.14:6 / 1Tim.2:5-6 / Apoc.7:9-10). Bien hacemos en arrepentirnos de nuestros pecados, volver a Dios, confesar nuestros pecados y recibir el perdón de nuestro Salvador y Señor y ser limpiados de toda maldad (1Jn.1:8-10).

Pero aguarde, ¿cómo así? ¿Que nos perdone como nosotros perdonamos a los que nos ofenden? ¿Cierto que esto suena a salvación por obras? Y esta obra es demasiado pedir. ¿Quién puede cumplir con esta demanda? Sinceramente, ninguno de los mandatos de Cristo los puedo cumplir cabalmente partiendo de mis propias fuerzas y buenas intenciones. ¿No dice La Biblia que "nadie llegará jamás a ser justo ante Dios por hacer lo que la ley manda"? (Rom.3:20) NTV. ¿Y no es que la salvación es por gracia cuando creemos en Jesucristo (Ef.2:1-10)? Siendo francos, nada de lo que se nos dice en el Sermón del Monte lo podemos cumplir con nuestras propias fuerzas, no importa cuánta energía invirtamos (Gal.2:16 / Gal.3:11 / Sal.142:2). ¿Qué nos está entonces diciendo Jesús acá en el "Padre-Nuestro"?

Primeramente noto que el apóstol Pablo no hacía lo que hizo en sus propias fuerzas. Él nos dice que lo que él es lo es por la gracia de Dios y, fue capacitado por la gracia para trabajar mucho (1Cor.15:19). Es la gracia de Dios la que lo hizo competente, capaz, suficiente para cumplir con el llamado de Dios (2Cor.3:5-6). Por la gracia y por el poder de Dios pudo servir a Dios anunciando la Buena Noticia (Ef.3:7). Dios le dio fuerzas para llevar a cabo el ministerio encomendado y hacerlo a la manera de Dios (1Tim.1:11-12 / Rom.15:18-19). Además, notemos lo que escribe el apóstol acerca de nosotros: "Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás" (Ef.2:10) NTV.

Además leemos en Rom.1:5: "Por medio de Cristo, Dios nos ha dado a nosotros, como apóstoles, la gracia y la autoridad de anunciar por todas partes a los gentiles lo que Dios ha hecho por ellos, a fin de que crean en él y lo obedezcan, lo cual dará gloria a su nombre" NTV. Él menciona que 'Dios ha dado' para que posteriormente podamos hacer. Después menciona primero creer y luego obedecer - se trata de la obediencia que procede de la fe. 

Nosotros podemos y debemos vivir una vida que marca la diferencia porque la gracia de Dios nos trae salvación y nos instruye, entrena, enseña, disciplina, fortalece, empodera para vivir de tal manera que le agrademos a Dios en un mundo malo - es desde el pozo de la gracia experimentada que somos avivados, energizados, capacitados,  impulsados, empoderados para vivir agradando a Dios (Tit.2:9-15 / 2Tim.2:1). Solo al estar conectados a la vid es que podemos producir buenos frutos; separados de Jesús no podemos hacer nada (Jn.15:5). Viviendo por el Espíritu es que somos capaces de dejar de seguir los malos deseos de la naturaleza humana y más bien producir el fruto del Espíritu (Gal.5:16-26). Como hijos nacidos de nuevo por el Espíritu nos enfocamos en los deseos del Espíritu y así podemos vivir conforme al Espíritu que vive en nosotros (Rom.8:1-14).

Regresemos ahora a nuestro texto en el "Padre-Nuestro" - "Si perdonas a los que pecan contra ti, tu Padre celestial te perdonará a ti". Creo que para entender mejor lo que Jesús nos enseña acá debemos mirar de cerca la parábola que aparece en Mt.18:21-35. Recordemos: El primer y grande deudor clama por misericordia al rey al cual le debía una suma que no podía pagar. El rey sintió lástima y le perdona toda la deuda - no demanda la reparación. Luego este deudor perdonado se encuentra con un compañero que le debía una suma irrisoria, nada comparable con lo que le había sido perdonado por el rey. Sin embargo, éste no tuvo lástima de su compañero y lo hizo pagar toda la deuda. Este suceso no queda en el secreto y el rey escucha lo que había sucedido. 

El hombre perdonado e incapaz de perdonar es confrontado por el rey y le dice: "¡Siervo malvado! Te perdoné esta tremenda deuda porque me lo rogaste. ¿No deberías haber tenido compasión de tu compañero así como yo tuve compasión de ti?" (Mt.18:32-33) NTV. Como perdonado debería haber perdonado, pero no lo hizo porque no consideró lo que se le había perdonado, eso le impidió/estorbó extender perdón. La compasión experimentada personalmente de alguna manera no generó compasión hacia otros. Lo que se siembra se siega. La consecuencia es la pérdida del perdón. Jesús termina esta parábola declarando: "Eso es lo que les hará mi Padre celestial a ustedes si se niegan a perdonar de corazón a sus hermanos" (Mt.18:35) NTV. 

Padre en el cielo nos perdona sobre la base de lo que Cristo ha hecho por nosotros. El no espera que perdonemos para poder perdonarnos, pero una vez perdonados no podemos dejar de perdonar a los que nos ofenden. El perdonar debe ser la lógica consecuencia de haber sido perdonados - como hijos de Dios tenemos la base para perdonar. Si no perdonamos sufriremos consecuencias (Ef.4:32 / Ef.5:1 / Gn.50:17-21 / Rom.12:20-21 / 2Cor.2:7-10 / Col.3:12-13). 

"Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te suceda algo peor" (Jn.5:14) NBLA. "Yo tampoco te condeno. Vete; y desde ahora no peques más" (Jn.8:11) NBLA. - 1Pe.2:1-5

Padre celestial, perdóname, tenga misericordia de mi, soy un pecador y necesito de Tu gracia. Gracias por Tu perdón. Hoy perdono a todos aquellos que me han herido o hecho mal - su deuda no se compara con la que me has perdonado. Soy Tu hijo y Tu me das la vida, la fuerza, las capacidades, la gracia para perdonar a todos los que me hieren, hablan mal de mi, cometen toda clase de mal contra mi o contra aquellos que amo; aunque repetidas veces lo tenga que hacer - les perdono. No quiero ser egocéntrico buscando el perdón tuyo y no querer dar perdón a otros - ayúdame a perdonar. Perdona mis pecados, yo perdono a los que pecan contra mi.

"Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo" (Ef.4:32) NTV.


viernes, 6 de noviembre de 2020

el pan de cada día

 "Danos hoy el alimento que necesitamos" (Mt.6:11) NTV

Esta oración, de manera sencilla, está pidiendo a Dios por la provisión diaria o por la provisión para el próximo día. No hay nada malo en pedir que Dios nos provea con lo necesario, de hecho, Jesús nos enseña a hacerlo. Sin embargo, es importante entender que esta petición nos está constantemente recordando que dependemos siempre de Dios, aun por las cosas básicas de la vida. Esta petición me recuerda que Él es mi proveedor y que podemos confiar en la ayuda de Dios día tras día.

Él es quien viste hermosamente las flores que hoy son y mañana ya no son; Él es quien se preocupa por alimentar a las aves que no plantan ni guardan en graneros. Padre en el cielo me cuida maravillosamente, igualmente lo hace con todos los que dependen de Él y confían en Él (Mt.6:25-34 / Lc.12:29-30 / Hebr.13:5-6). Claro, pedimos por la provisión diaria, pero oramos desde una posición de confianza en el Padre que está en el cielo, y no negamos la responsabilidad de trabajar diligentemente. Pedimos porque conocemos a nuestro buen Padre quien generosamente nos da todo lo que necesitamos (Mt.6:33).

Es el Señor quien nos guía, y aun en el desierto nos da el maná que requerimos para seguir adelante. Es verdad, no vivimos sólo de pan, sino de cada palabra que sale de la boca del Señor. Y precisamente, cuando pedimos por el pan diario, es que debemos recordar que dependemos de Él y que hacemos bien en poner atención obediente a cada palabra que sale de Su boca. Cuando andamos de la mano de Dios vamos a ver como Él nos lleva a buena tierra, con arroyos y lagunas, con fuentes de agua y manantiales que brotan a chorros de los valles y colinas y donde la tierra es fructífera (Dt.8:2-10). Qué equivocados podemos estar cuando olvidamos al Señor en nuestro diario vivir y si ponemos nuestra confianza y seguridad en nuestras propias fuerzas y energías (Dt.8:17). Sí, trabajamos y seremos diligentes en lo que requiere diligencia (Rom.12:11 / Prov.6:6-11 / 1Tes.4:11-12 / 1Tes.5:14), pero también entendemos que si Dios no edifica la casa, en vano trabajamos, y en vano nos levantamos de madrugada para conseguir preocupados el alimento. Dios da descanso a sus amados, y prospera nuestro camino (Sal.127:1-2 / Sal.3:5 / Sal.4:8 & Sal.1). Haremos planes, seguiremos adelante en los negocios, pero nunca haremos los planes sin Dios, no haremos alarde de nuestros propios planes ni nos jactamos de nuestras ideas, capacidades o fuerzas. Dios tiene el control, dependeremos de Él, y siempre confiaremos en Él (Stg.4:13-17 / Prov.27:1 / Lc.12:17-20). 'Padre en el cielo, danos el pan de cada día.'

EL ALIMENTO ESPIRITUAL:

También debemos desear y pedir a gritos el alimento espiritual que da vida y contribuye al verdadero crecimiento espiritual (1Pe2:1-3). Debemos deleitarnos y meditar de día y de noche en la Palabra de Dios, la cual es verdadero alimento (Sal.1:1-3). Como ya mencioné, Dios nos dice que el hombre no vive solo de pan, sino de cada Palabra que sale de la boca de Dios (Dt.8:3 / Mt.4:4).

Cuidado - existe un peligro. Podemos buscar alimento espiritual en el lugar equivocado. Muchas veces hasta estamos dispuestos a pagar mucho por aquello que no nos alimenta (Is.55:1-3 / Is.44:20). Hay cosas que no satisfacen ni alimentan - hay muchas ofertas que solo producen vacío, desesperación, frustración, desvío, destrucción (Os.12:1 / Lc.15:15-16 / Rom.10:2-3 / Filp.3.4-7 / Hebr.13:9). Hay cosas que simplemente no debemos comer. Sin embargo, hay una dieta que sí debemos cuidar - y ésta sí que es importante para la vida en la tierra como para la eternidad.  No se trata de comer nuestra dieta o cualquier dieta. Y aunque una dieta nos parezca buena, no quiere decir que es de verdad buena. Se trata de comer el pan que Dios quiere que comamos. Hay una dieta que lleva a la vida y una dieta que lleva a la muerte (Gn.2:16-17 / Sal.1:1-3).

Además, recuerde que el diablo siempre estará pendiente de ofrecernos otro alimento - él ofrece el alimento que promueve la duda, la vida desordenada, la rebelión contra Dios, la desnutrición espiritual y la muerte (Gn.3:1s / Jn.8:44).

Así que buscaré alimentarme con alimento sólido (Hebr.5:12-13 / 1Cor.3:1-3).

PADRE en el cielo, todos dependemos de Ti para recibir el alimento según nuestra necesidad. Tu provees y nosotros recogemos. Abres Tus manos para alimentarnos y quedamos sumamente satisfechos. Si Te alejas de nosotros entramos en pánico. Cuando nos quitas el aliento morimos. Cuando nos das aliento se genera la vida y la faz de la tierra se renueva (Sal.104:27-30). Tu rectitud es como las poderosas montañas, tu justicia, como la  profundidad de los océanos. Tú cuidas de la gente y de los animales  por igual, oh SEÑOR. ¡Qué precioso es tu amor inagotable, oh Dios! Todos los  seres humanos encuentran refugio a la sombra de tus alas. Los alimentas con la abundancia de tu propia casa y les permites beber del río de tus delicias. Pues tú eres la fuente de vida, la luz con la que vemos (Sal.36:5-9).

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lunes, 2 de noviembre de 2020

hágase Tu voluntad

 "Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo" (Mt.6:10 (NVI)

En un momento crucial, de mucho estrés y de gran relevancia en la historia, Jesús ora al Padre y dice: “Ahora Mi alma se ha angustiado; y ¿qué diré: “Padre, sálvame de esta hora”? Pero para esto he llegado a esta hora. Padre, glorifica Tu nombre»” (Jn.12:27-28) NBLA - (lea también - Mt.26:38-39 / Hebr.5:7).

En momentos de angustia es ‘lógico’ pensar en una oración que pida el rescate y el alivio pronto del dolor, del estrés, del peligro y de la adversidad. Sin embargo, Jesús, en tiempos de mucha angustia procede inmediatamente a alinear su oración con la voluntad y el propósito de Su Padre (Jn.12:27-28). Jesús no eleva su necesidad como prioridad de su oración sino el nombre de Dios Padre y Sus propósitos. Él quiere que el Padre en el cielo reciba la gloria final. Mientras Jesús pasaba por los momentos más oscuros de su vida terrenal, Dios Padre estaba completando la obra de salvación para toda la humanidad. En la hora más oscura de la estancia de Jesús sobre la tierra, el velo en el templo se rasgó y el camino al Padre fue liberado.

Jesús le enseñó a los discípulos, como también nos enseña a nosotros, a orar: “Padre nuestro que estás en los cielos, Santificado sea Tu nombre. - Venga Tu reino. Hágase Tu voluntad, Así en la tierra como en el cielo” (Mt.6:9-10) NBLA.

Orar de acuerdo a la voluntad de Dios nos lleva a orar con confianza y nos asegura una respuesta de Dios (1Jn.5:14-15 / 1Jn.3:22). La lectura de la Biblia es esencial para conocer la voluntad de Dios. Por eso podemos decir que una parte clave para orar bíblicamente tiene que ver con aceptar la Palabra de Dios (Jn.15:7 / Jos.1:8), y entender a la luz de la Palabra de Dios los tiempos y lo que Dios quiere hacer en cada situación (1Cron.12:32 / Mt.16:3 / Lc.12:56-57). 

Elías no oró por capricho para que dejase de llover por un tiempo. Elías discernió los tiempos; conocía el corazón de Dios y lo que había anunciado mucho antes. Él interpretó con la ayuda del Espíritu lo que Dios iba a hacer en ese momento y circunstancias, no usando versículos aislados y mal interpretados. Es entonces que este hombre común y corriente ora con autoridad, una autoridad no basada en títulos, trasfondos familiares especiales o palabras bonitas, sino basada en una vida vivida en la presencia de Dios - ya que separados de Dios nada podemos hacer (Stg.5:16-18 / 1Re.16:30-31,34 / 1Re.17:1 / 1Re.18:18,42-45). Elías, un hombre justo que aprendió a vivir en la presencia de Dios, ora de acuerdo a la Palabra de Dios pidiendo que Dios actúe de acuerdo a lo que había dicho - aunque eso no sea siempre popular (Dt.11:16-17). Elías buscaba un propósito más alto - que la gente que se había apartado de Dios se arrepintiera y volviera a Dios. Lea también Daniel en Dn.9:1-19.

‘La palabra de Dios es el alimento por el cual la oración es nutrida y hecha fuerte’ (E. M. Bounds).

El Espíritu Santo también nos ayuda cuando no sabemos cómo orar (Rom.8:26-27 / Ef.6:18 / Jud.1:20-21).

La oración enfocada en la Misión. Como líderes en una “Iglesia en Movimiento” necesitamos entender que nuestras oraciones deben ir más allá de un enfoque meramente centrado en las necesidades personales, en el aquí y ahora, en la conservación del status quo o en la bendición inmediata. Las oraciones deben crecer a un nivel más alto, a un nivel estratégico generado por una perspectiva eterna; ellas deben enfocarse en la Misión de Dios y su avance. El mantenerse enfocado en la Misión y en los propósitos de Dios, aun en tiempos de crisis y necesidad, ayuda a perseverar en el cumplimiento de ellos y a ver más allá del solo alivio de la tensión o de la necesidad presente. Nunca debemos olvidar que Dios puede más que solamente proveer para las necesidades actuales (2Re.3:5-18 / 1Re.3:11-13 / 1Re.17:13 / Ef.3:20 / Is.49:6 / Mt.6:31-34 / Jn.6:27).

En Hch.4:23-31 leemos acerca de la respuesta de los cristianos en un momento difícil. Ellos reconocen la situación difícil como algo que sí le puede ocurrir a los cristianos fieles. Pero ellos también reconocen la soberanía de Dios en los hechos vividos. Y rodeados de esas circunstancias el enfoque de su petición es en favor de la Misión. Ellos no oraron por un alivio de la persecución; tampoco oraron por la seguridad personal y familiar; tampoco oraron por provisión económica, sino por el avance del Reino de Dios. Es verdad que podemos orar por cosas personales; sin embargo, no limitemos el potencial de impacto.

En Mr.6:34-44 leemos acerca de Jesús y cómo él, en el desierto, alimentó a unos 5 mil hambrientos. Los discípulos estaban sinceramente preocupados por la multitud que no tenía qué comer. Además, se estaba haciendo tarde y la necesidad era grande. Los discípulos entonces se acercan a Jesús con la petición de que envíe a la gente a casa. Ellos querían solucionar la situación sin entender los propósitos más profundos de Jesús en esos momentos y circunstancias. ¿Cuántas veces nos parecemos a los discípulos?

En este orden de ideas, es bueno estudiar las oraciones del apóstol Pablo por las iglesias. El apóstol oraba por las iglesias enfocado en la Misión (Ef.1:15-23 / Ef.3:14-21 / Filp.1:3-11 / Col.1:3-14).

"Me deleito en hacer Tu voluntad, Dios mío; Tu ley está dentro de mi  corazón" (Sal.40:8) NBLA

"Mientras tanto, los discípulos le rogaban: «Rabí, come». Pero Él les dijo: «Yo tengo para comer una comida que ustedes no saben». Entonces los discípulos se decían entre sí: «¿Le habrá traído alguien de comer?». Jesús les dijo: «Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo Su obra" (Jn.4:31-34) NBLA.

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martes, 27 de octubre de 2020

venga tu reino, . . .

 


"... venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo" (Mt.6:10) NVI.

Dios creó la tierra y puso en ella a los humanos para que como administradores dependientes de Dios manejaran los asuntos de la tierra - al comienzo todo era bueno a los ojos de Dios (Gn.1:25,31). Sin embargo, pronto aparecen algunos cambios. Los humanos nos dejamos engañar por Satanás y desobedecemos los mandatos de Dios. Las consecuencias de la desobediencia no tardan. Satanás toma el control de este mundo (1Jn.5:19 / Lc.4:6); el ambiente se altera y la muerte, la enfermedad, la discordia, la pelea, la injusticia, el desorden, la inmoralidad ejercen ahora dominio (Gn.3:17-19 / Is.24:5-6 / Rom.8:20-21 / Ef.2:3). Y la tendencia común de los humanos es hacia el mal (Gn.6:5-8 / Mt.15:19 / Rom.1:28-32 / Rom.3:23).

¿Se echó todo a perder? Gracias al gran Rey hay una luz de esperanza. Dios va en busca de Adán y de Eva para ayudarles en su problema - el Reino de Dios pronto comienza a influir sobre los asuntos de la tierra (Gn.3:8-9). La lucha para rescatar y restaurar lo perdido ha comenzado - Dios lidera este proyecto. 

Aunque Satanás sigue robando, matando y destruyendo (Jn.10:10 / 1Pe.5:8), el gran Rey viene con poder y autoridad para entrar en la casa del fuerte y saquear sus bienes - gracias a Dios hay alguien quien se le opone al insubordinado, al enemigo, y lo enfrenta con eficacia (Jn.12:22-32 / Col.2:13-15). Jesús entra en escena y reprime el poder y la influencia de Satanás. Además, Él nos da a los que en Él creemos autoridad y por eso podemos resistir al diablo (1Pe.5:8) y detectar sus maquinaciones (1Cor.2:11). Finalmente el enemigo será vencido por completo por el gran Rey (Apoc.20:1-4) y, entonces habrá un nuevo cielo y una nueva tierra (Apoc.21:1).

El plan original acerca del ejercicio de autoridad delegada en la tierra a través de los humanos experimentó un golpe, pero Dios nunca dejó la tierra a la deriva, siempre fue y es el Rey soberano quien ejerció y ejerce influencia en su historia y en sus eventos (Sal.96:10-13 / Sal.145:11). Por un tiempo escogió influir en el mundo por medio de un pueblo - Israel. Para ello escogió primeramente a Abram (Gn.12:1-3) y en su momento al Rey David - a través de él vendría el Rey de reyes cuyo reino no tiene fin (1Cron17:10-15). El enfoque de reino que tenía Israel era muy limitado; solo se enfocaban en sí mismos, en lo terrenal y en el ahora (Hch.1:1-8). Dios, sin embargo, tiene una perspectiva mucho más amplia. Su panorama acerca del reino de Dios tiene dimensiones que incluye a todas las naciones y tiene aspectos espirituales trascendentes.

El plan sigue su desarrollo, de repente se escucha una voz que clama en el desierto: "Arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios, porque el reino del cielo está cerca" (Mt.3:1-2) - el reinado del Señor Dios sobre la gente y sobre el mundo que Él ha creado viene con poder. 

La expresión 'El Reino del Cielo' o 'El Reino de Dios' aparece frecuentemente en el Nuevo Testamento y es un tema central en el mensaje y ministerio de Jesús (Mr.1:14-15,38 / Lc.4:16-19,43 / Lc.8:1 / Mt.8:11). 

La segunda parte del versículo en mención (Mt.6:10) nos aclara lo que significa el Reino de Dios: 'hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo' - por eso podemos decir que el Reino de Dios es una sociedad donde la voluntad de Dios se cumple como se cumple en el cielo. Ese reino ya está entre nosotros (Lc.17:20-21 / Mt.12:28), pero el mundo está aun lejos de cumplir perfectamente la voluntad de Dios; la consumación del Reino está aun en el futuro; vivimos en una tensión entre el reino ya es, pero aun no lo es del todo (Mt.19:28 / Mr.10:30) - por eso oramos 'venga tu Reino' (Mt.6:10).

El Reino de Dios tiene que ver entonces con obedecer y someterse al Rey - tiene que ver con someter a Dios mi voluntad, mi corazón y toda mi vida. Aclaremos, no es un sometimiento que nace en la resignación ante un Dios lejano, desinteresado, que no cede y siempre gana. No, más bien nos sometemos por amor a un Padre que está en el cielo, que es bueno, que está cerca, quien es sabio, cuyos pensamientos son más altos que los nuestros, y en quien podemos confiar sin temor (Rom.8:32). Cuando vemos la cruz no podemos dudar del amor de Dios (Jn.3:16).

El reino se manifiesta liberándonos primeramente del poder de Satanás y reconciliándonos con Dios (2Cor.5:18-19 / Col.1:13-14) para vivir para la gloria de Dios (Ef.1:12). Como hijos de Dios somos cambiados a la imagen de Cristo (Gal.4:19 / Rom.12:1-2 / Mt.5 a Mt.7 - la ética del reino) y llamados a servirle motivados por amor (1Jn.4:7-11 / Jn.13:34-35 / 2Cor.8:8-9 / Ef.4:31-32), haciendo buenas obras que Dios dispuso de antemano (Ef.2:10 / Mt.5:16 / Col.1:10 / 2Tim.3:17 / Hebr.13:21). Como embajadores de Cristo y agentes de Su reino predicamos y enseñamos las verdades del reino con poder y autoridad, y oramos 'hágase tu voluntad Padre en la tierra como en el cielo' (Mt.28:18-20 / Hch.28:30-31 / Mt.10:8 / Lc.10:17 - compare con Gn.1:28 / Lc.5:17 / Hch.1:1 / Mt.16:18-19 / 1Cor.2:4-5). Con poder Jesús andaba sanando enfermos, liberando a los endemoniados, resucitando muertos (Mt.11:5 Lc.4:18-19). Jesús incluye a sus discípulos para acercar el reino a la gente otorgándoles autoridad para que hicieran lo mismo que Él hizo (Lc.10:1-24). 

Aguarde, hay un tema que debemos aclarar, ¿sanó Jesús a todos los enfermos en Israel? De todos los inválidos en Bethesda solo sanó a uno (Jn.5:2-9). Después de la ascensión de Jesús aun habían enfermos en Israel (Hch.3:2). La muerte no desparecerá sino hasta la Segunda venida de Jesucristo (Mt.24:3 / Lc.20:34-36). Estamos seguros, Su muerte en la cruz compró todo lo que Su reino provee para el cuerpo, el alma y el espíritu, la tierra y el mundo, etc. Sin embargo, toda esa provisión aun no se manifiesta completamente en la experiencia humana, no importando cuanta fe y autoridad tengamos en el Espíritu. Tenemos que entender que hay un período de espera hasta que la muerte definitivamente sea consumada (1Cor.15:26,54 / 2Cor.1:10 / Hebr.2:14-15 / Apoc.20:14 / Apoc.21:4). 

Notemos lo siguiente: Ya obtenemos el perdón completo y gratuito de Dios, pero todavía no hemos sido perfeccionados (Filp.3: 7-14). La victoria sobre la muerte ya es nuestra (1Cor.3:22), pero todavía tenemos luchas y también morimos (Filp.3:20-22 / Col.2:15 - 1Pe.5:8 / 1Tes.2:18 / Rom.6:14 - 1Jn.1:8). Ya hemos sido justificados y no enfrentamos condenación (Rom.8:1), pero aún hay un juicio futuro (2Cor.5:10). Hay provisiones que se desprenden de la cruz que podemos experimentar ahora, pero muchas veces son solo destellos y no siempre se manifiestan de la misma manera. Hay cosas que solo vamos a ver cuando Jesús regrese (Rom.8:23-25 / Rom.12:12 / Sal.37:7-9 / Hebr.6:12,15 / Hebr.10:36). Incluso el apóstol Pablo, bajo inspiración divina, no pudo comprender completamente el misterio de algunas de las acciones de Dios (Rom.9:6-33).

En una ocasión los discípulos no entendieron por qué no pudieron liberar a un endemoniado. La respuesta de Jesús fue que ese tipo de cosas solo pueden ser solucionadas por medio de oración (Mr.9:14-29). Es obvio que para tener un ministerio del reino efectivo la oración juega un papel muy importante (Lc.18:1 / Lc.5:16 / Mt.6:10 / Ex.32:7-14 / Nm.14:13-20 / 1Re.17 a 1Re.18). Por medio de la oración contribuimos y hacemos avanzar los asuntos del reino de Dios en la tierra. Así que, manos a la obra.

Algunas de las oraciones de reino apuntan hacia los siguientes temas: 

Es tu voluntad Padre que muchos lleguen al conocimiento de la verdad y sean salvos - 'hágase tu voluntad, Señor' (1Tim.2:1-4 / Lc.18:9-14 / Lc.10:2); es tu voluntad Padre equiparnos con el Espíritu Santo para que podamos servir con poder - 'hágase tu voluntad' (Lc.11:13 / Jn.16:5-15 / Hch.1:8); es tu voluntad Padre guiarnos por caminos correctos, tanto en mi vida personal como en el ministerio - 'hágese tu voluntad' (Mr.1:35-39); es tu voluntad Padre que yo persevere en medio de dificultades - 'hágase tu voluntad' (2Cor.1:11); es tu voluntad Padre que la iglesia sea valiente al predicar la Palabra de Dios con claridad, aun en medio de persecución - 'hágase tu voluntad, Señor' (Hch.4:31); es tu voluntad Padre que estemos alerta a los ataques del enemigo, le resistamos debidamente y salgamos victoriosos - 'hágase tu voluntad, Padre' (Ef.6:18-20 / 1Pe.5:8); es tu voluntad Padre que crezcamos en el conocimiento de Dios y Sus promesas, que cambiemos a la imagen de Dios - 'hágase tu voluntad, Señor' (Ef.1:15-23 / Ef.3:14-21 / Filp.1:9-11 / Gal.4:11); es tu voluntad Padre que las autoridades gobiernen buscando el bien del pueblo y que te honren a ti -'hágase tu voluntad, Señor' (1Tim.2:1-4 / Rom.13); es tu voluntad Padre que los líderes y la iglesia en general tengan puertas abiertas para hablar del misterioso plan acerca de Cristo - 'hágase tu voluntad, Señor' (Col.4:2-3 / Rom.15:30-32 / Ef.6:19 / Hebr.13:18-19).

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martes, 20 de octubre de 2020

Padre . . .

 


'Padre nuestro que estás en los cielos, Santificado sea Tu nombre" (Mt.6:9) (lea Mt.6:1-18).

Los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara a orar. Es obvio que se habían dado cuenta que la vida de oración de Jesús era diferente a lo que conocían. Es que hay una manera incorrecta de orar y una correcta (Mt.6:5-6). Jesús entonces les presenta la oración o el bosquejo que encontramos en Mt.6:9-13 y en Lc.11:1-4. Aunque esta oración puede muy bien ser usada así como la encontramos para orar - siempre y cuando no se torne en una repetición vacía -, hacemos bien en verla también como un bosquejo, como una guía.

Que maravilloso es poder acercarme a ti Dios y entender que tu eres mi Padre. 'Padre nuestro' me anuncia inmediatamente la relación que tu Dios quieres tener conmigo y con aquellos que se acercan a ti. Tu eres el Padre que está en los cielos, tu estás por encima de todos y de todo, tu eres el único verdadero Dios. Si eres Padre, entonces tu también eres Dios cerca, Dios con nosotros (Mt.1:23). Eres el Padre de una gran familia (Jn.16:27). Qué privilegio ser miembro de esta familia. Es especial conocerte a ti Dios como el verdadero Padre eterno.

¿Qué clase de padre eres? Jesús nos dice que eres nuestro Padre en el cielo - Dios de amor y Dios santo, Dios majestuoso y lleno de poder. En tu santidad y majestad eres nuestro Padre. Por eso me acerco a ti con reverencia, admiración, temor y adoración. Llamarte Padre no me da el permiso para tratarte sin respeto o para vivir como quiera. Tu eres el Santo y yo soy llamado a honrar tu nombre - 'santificado sea tu nombre' (Mt.6:9 / Jn.5:23 / Jn.8:49 / Jn.15:8 / Rom.6:4).

Dios, cuando te llamo Padre siento confianza y seguridad. Padre, tu haces que el sol y la lluvia bendigan al malo y al bueno - mi Dios es generoso (Mt.5:45). Tu provees para los pájaros y para toda la naturaleza - cómo es que no vas a proveer para nosotros sus hijos (Mt.6:26,32 / Mt.10:29 / Jn.6:32). Tu das buenas dádivas a los que le piden. Cuando pedimos pan no nos das piedras - no eres tramposo (Mt.7:11). Tu te preocupas por los pequeños y despreciados - todos podemos acercarnos a Ti con confianza y seguridad (Mt.18:10-14). Solo Tu sabes cuándo es que regresa Cristo - los tiempos, también los míos, están en tus manos (Mt.24:36 / Hch.1:7). Tu me estás preparando una herencia en el cielo (Mt.25:34). Padre, Tu eres Dios perdonador - gracias por darme siempre nuevas oportunidades, me recibes con manos abiertas (Lc.15:21-22 / Lc.23:34). Tu levantas a los muertos - qué esperanza tenemos en Ti, aquí en esta tierra no termina todo (Jn.5:21). Eres un juez justo (Jn.8:16) y el buen maestro - enséñame a vivir de tal manera que te agrade a ti (Jn.8:28). Como Padre amoroso y verdaderamente interesado en mi bienestar me reprendes, me disciplinas, me corriges - gracias, tu quieres que viva y que participe de tu santidad. Padre me someto a ti al único verdadero Dios, dependo de ti (Hebr.12:3-17).

Así como Jesús estaba involucrado en el negocio de Su Padre, también yo quiero estar involucrado en ese negocio (Lc.2:49); así como tu Padre eres misericordioso, yo deseo aprender a ser misericordioso - aun con mis enemigos (Lc.6:35-36).

Padre en el cielo, oro por aquellos que aun no te conocen - que te conozcan y se enamoren de ti y de Jesucristo el Salvador. Oro por aquellos que no han tenido un padre terrenal bueno, y que más bien han experimentado abuso y rechazo, y que tienen una idea distorsionada de lo que es un padre, que puedan ver en ti la verdadera imagen de Padre y puedan ser sanados. Así como un padre se compadece de sus hijos, tu oh Dios Padre te compadeces de nosotros los que te tememos (Sal.103:13).

Pido que tu, Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, me des el Espíritu de sabiduría y de revelación, para que te conozca cada día mejor (Ef.1:17).

Padre, de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la  tierra. Te pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de tus gloriosas riquezas, me fortalezcas en lo íntimo de mi ser, para que por fe Cristo habite en mi corazón. Y pido que, arraigado y cimentado en amor, pueda comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozca ese amor que sobrepasa mi conocimiento, para que sea lleno de la plenitud de Dios. Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que pueda imaginar o pedir, por el poder que obra eficazmente en mi, ¡a ti sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos! Amén (Ef.3:14-21).


martes, 13 de octubre de 2020

conexión verdadera con la fuente de vida (Mt.6:1-18)

 


"¡Tengan cuidado! No hagan sus buenas acciones en público para que los demás los admiren, porque perderán la recompensa de su Padre, que está en el cielo. . . . Cuando ores, no hagas como los hipócritas a quienes les encanta orar en público, en las esquinas de las calles y en las sinagogas donde todos pueden verlos. Les digo la verdad, no recibirán otra recompensa más que ésa" (Mt.6:1,5) NTV. (*lea Mt.6:1-18*).

Jesús no está en el negocio del espectáculo religioso - los discípulos vieron eso muy pronto. Dios busca la verdadera conexión con el Padre celestial. Hacer sonar las trompetas, buscar el aplauso y la admiración de la gente al exponer públicamente mi tal espiritualidad es apuntar a lo pasajero, a lo terrenal, es la pérdida de la conexión con la fuente de vida (Mt.6:1,5). Así que orar y orar no es lo mismo. Recuerdo al fariseo, que después de orar salió del templo con manos vacías; y el publicano salió justificado (Lc.18:9-14). ¿Cuál es la diferencia? ¿Cuál es el resultado? ¿Qué es lo que deseo ver?

Jesús impresionó a las multitudes y a los discípulos de manera diferente. La gente se asombraba de sus enseñanzas porque lo hacía con verdadera autoridad, algo que no se veía entre los maestros de la ley religiosa de aquellos tiempos (Mt.7:28 / Lc.4:22). Su sabiduría y el poder para hacer milagros asombró a la gente de Nazaret, la ciudad donde creció (Mt.13:54 / Jn.7:15). Cuando Jesús calmó una tormenta los discípulos se preguntaron: '¿Quién es este hombre? ¡Hasta el viento y las olas lo obedecen!' (Mt.8:27). La vida de oración de Jesús, que ocurría frecuentemente en los lugares apartados, exhibía poder y autoridad verdadera (Mr.1:35  Mr.6:46-48 / Lc.4:42 / Lc.6:12 / Lc.22:39-46). Jesús entendía lo que es estar conectado en lo íntimo con la fuente de vida. Él sabía apartarse para estar alejado de todo bullicio interno y externo y pasar tiempo valioso a solas con el Padre. Desde aquella conexión con el Padre, quien ve en lo profundo de nuestros corazones, fluyen luego los caudales de vida a través de su vida. No me sorprende que los discípulos hayan entonces pedido que les enseñara a orar (Lc.11:1) - obviamente fue esa parte en la vida y en el ministerio de Jesús que más fascinó a los discípulos. Señor, deseo tener esa clase de conexión con la fuente de vida, con el Padre celestial.

Hacer con falsos motivos las cosas que Dios quiere que hagamos es grave, especialmente cuando tratamos de hacer las cosas, que decimos son para Dios, buscando nuestra gloria (Mt.6:1). ¿Será que le robamos así la gloria a Dios? La oración y el hacer votos a Dios son prácticas cristianas con las cuales sutilmente podemos tratar de impresionar al mundo sin verdaderamente estar conectados con Dios. Podemos hacer mucho ruido y sí, saldremos con una recompensa, pero, ¿con cuál recompensa (Mt.6:2,5,16)? Es obvio, no podemos cosechar en ambos lados.

A veces no tenemos porque no pedimos, pero más crítico es orar con propósitos equivocados (Stg.4:2-3). No hay duda, los judíos tomaban en serio el asunto de la oración. Sin embargo, leemos acerca de un problema serio que no solo les puede ocurrir a ellos, también a nosotros. Ellos no fallaban por no orar, sino por orar de manera equivocada. Ellos tenían todo un paquete de oraciones que usaban para orar en distintos horarios del día. No hay nada malo si oramos usando oraciones preestablecidas - lo he hecho y lo sigo haciendo, por ejemplo usando los salmos. El problema es cuando esas oraciones no van con el corazón y cuando se tornan formalistas, ritualistas y vacías. Pero cuidado, no critique. Examinémonos: ¿Son mis oraciones vanas repeticiones (aunque no hayan sido aprendidas de memoria), oraciones sin corazón, oraciones con un cierto aire de encantamiento, oraciones para ser admirado? ¿Son mis oraciones discursos - algo así como prédicas subliminales dirigidas a los que me escuchan? ¿Son esas oraciones verdaderas oraciones?

¿Importa el lugar dónde oramos? Muchos conectan la oración eficaz a ciertos lugares 'especiales', como pueden ser el templo o la sinagoga - y es verdad que ciertos lugares inspiran de manera especial a la oración. Como sea, lo que es cierto es que Dios no está confinado en un lugar particular. Así que no importa el lugar. Sin embargo, donde sea que oremos, si lo hacemos con los falsos motivos ya hemos recibido la recompensa y hemos perdido la conexión con Dios. La forma y el lugar no son tan importantes, pero sí el corazón, la actitud y el que las oraciones estén dirigidas sinceramente a Dios - es yo y Dios y Dios y yo en cualquier lugar.

Ah, y el tema de las oraciones largas y las frases repetitivas, aquellas con las cuales parece que tratamos de convencer a Dios - por lo menos así parece. ¿Son las oraciones largas más efectivas? ¿Revelan ellas una devoción más profunda? ¿Qué hacemos con lo que nos enseña Eclesiastés? - "No te apresures, ni con la boca ni con la mente, a proferir ante Dios palabra alguna; él está en el cielo y tú estás en la tierra. Mide, pues, tus palabras" (Ecl.5:2) NVI. ¿Es posible que algunas oraciones deban hacerse en silencio? ¿Es menos al final más? No tenemos que hipnotizar a Dios con vanas palabrerías - Dios Padre vive, esta presente, ve, sabe, escucha, responde y recompensa (1Re.18:26 / Hch.19:34 / Mt.7:7-11). Si conocemos mejor a Dios con seguridad veremos un cambio en nuestras oraciones. 

Pero, ¿qué diferencia hay entre oraciones marcadas por palabras repetidas una y otra vez y la oración perseverante? ¿Qué importancia tiene el tener buenos modelos en cuanto al proceso de aprender a orar?

SEÑOR, enséñame a orar.

martes, 6 de octubre de 2020

mirando el espejo (Stg.1:19-25)

 


"Mis amados hermanos, quiero que entiendan lo siguiente: todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarse. El enojo humano no produce la rectitud que Dios desea. Así que quiten de su vida todo lo malo y lo sucio, y acepten con humildad la palabra que Dios les ha sembrado en el corazón, porque tiene el poder para salvar su alma. Pero no sólo escuchen la palabra de Dios, tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se engañan a sí mismos. Pues, si escuchas la palabra pero no la obedeces, sería como ver tu cara en un espejo. Te ves a ti mismo, luego te alejas y te olvidas cómo eres. Pero, si miras atentamente en la ley perfecta que te hace libre y si la pones en práctica y no olvidas lo que escuchaste, entonces Dios te bendecirá por tu obediencia" (Stg.1:19-25) NTV.

Hay quienes odian los espejos, pero creo que a todos nos conviene que pasemos cerca de un espejo antes de salir a la calle. Una mirada al espejo nos puede decir mucho - si estoy bien peinado, si la camisa está bien, si la cara está limpia. En esos momentos podemos intervenir y arreglar lo que no está como lo deseo. Pero un momento, no es el espejo quien me hace el trabajito de poner las cosas en su lugar, eso sí es una decisión mía. Yo debo moverme. Si me retiro pensando que las cosas se ordenan por sí solas, entonces estoy muy equivocado. 

Parece que la iglesia en tiempos de Santiago tenía un problema - los cristianos escuchaban la Palabra de Dios, pero había una distancia entre escuchar y obedecer. ¿Cierto que esto nos suena conocido? Parece que también tenemos ese problema. Escuchar la Palabra de Dios y no vivir según ella es una enfermedad bastante propagada y un gran desafío. ¿Cómo explicamos eso? Vemos, entendemos, aprendemos, sabemos, reconocemos y sabemos enseñarlo, pero algo nos detiene ponerlo en práctica. ¿Qué es lo que nos detiene? ¿Qué debo tener en cuenta para que al escuchar y entender lo que debe cambiar finalmente resulte en verdadera transformación? Es obvio que el resultado de la enseñanza bíblica no es la acumulación de conocimiento, de certificados y diplomas. ¿Cierto que el conocimiento es solo una etapa hacia el resultado? La meta tampoco es sentirse bien o emocionado, o que se le paren los pelos de punta. La bendición, la verdadera libertad, la transformación radica en la obediencia a la Palabra de Dios - así lo sugiere Santiago.

La mirada atenta e intencional es uno de los primeros pasos para ver transformación (Stg.1:25). Alejarnos de lo que nos distrae, nos desvía o detiene, y luego alimentarnos con lo correcto, son pasos en la dirección correcta (1Pe.2:1-2 / Sal.1:1-3). Finalmente el tomar la decisión de obedecer nos lleva a ser constructores sabios, gente que construye sobre fundamentos sólidos y terminando resistiendo las tormentas de la vida (Lc.6:47-49 / Jn.13:17).

Padre eterno, como un verdadero discípulo tuyo escucharé atentamente tu voz, no me rebelaré contra tus mandatos, viviré en el temor a Dios siguiendo fielmente tus enseñanzas. Me dedicaré sin pereza a meditar en las enseñanzas de tu Palabra. Tendré mucho cuidado de cómo vivo y de lo que enseño. Me mantendré firme en lo que es correcto por el bien de mi propia salvación y la de quienes me oyen. Gracias Padre celestial, porque no solamente me das el deseo, sino también el poder para hacer lo que a ti te agrada.

(c) PJO - https://caudalesdevida.blogspot.com

lunes, 28 de septiembre de 2020

Si no fuera por Jesús, ningún pecador tendría esperanza (Lc.18:9-14)


Si no fuera por Jesús, los pecadores no tendrían cómo rehacer su vida. En esta historia leemos de dos hombres que van al templo -al mismo templo- a orar. Sin embargo, salen de allí con diferentes resultados. ¿Cómo así? ¿No es que la oración siempre mueve la mano de Dios? (lea Lc.18:9-14). Del fariseo, de un hombre religioso y un maestro de la ley, esperamos que vaya al templo a orar, que sepa cómo acercarse a Dios, que tenga una buena conexión con Dios y que nos instruya cómo conectarnos debidamente con Dios. Pero, orar consigo mismo, 'bañarse' en su ego mientras se acerca a Dios, el creerse mejor que todo el mundo y el deseo insaciable de impresionar a la gente con sus 'credenciales', con su aparente espiritualidad y elocuencia, lo llevó a segregarse de los que aparentemente no daban con su talla y a generar un ruido extraño que impedía que la oración llegara a los oídos de Dios (Lc.7:39 / Lc.15:2 / Lc.15:30 / (Lc.19:7 / Mt.6:5). Me parece tremendo que alguien se acerque a Dios y trate de convencer a Dios de la maldad del otro para así pasar la prueba personalmente. ¿Por qué se acerca el fariseo a orar atacando al pecador, haciéndolo sentir peor de lo que ya está, enviando mensajes subliminales discriminatorios y partidistas? ¿No conoce el fariseo las condiciones y las maneras correctas para acercarse a Dios? ¿Es que nos ganamos algún puesto especial por ciertos esfuerzos religiosos o por posiciones, títulos y credenciales? ¿Quién nos da el permiso para despreciar al que metió la pata?

El publicano, el recolector de impuestos, el ladrón, el estafador, el traicionero, hombre tenido en baja estima y evitado por la gente, consciente de sus malas decisiones y malos procederes recurre a la única dirección donde podría haber alguna esperanza y para encontrar ayuda. ¿Sí será escuchado? ¿O será que Dios también lo hace sentir persona de segunda clase, persona no grata? El paquete que este hombre tiene que ofrecer no impresiona a nadie. De hecho, él mismo no podía con esa carga. Avergonzado y totalmente arrepentido no se atreve a levantar la mirada al cielo. ¿Y será que a esa distancia física, moral y espiritual Dios sí lo escucha? ¿Y qué de esa oración nada impresionante? - "Oh, Dios, ten compasión de mí, porque soy el pecador". Como sea, es una declaración de bancarrota y de un fracasado. ¿Admitir que necesito ayuda? Como sea, en la gran necesidad: Si Dios no perdona, ¿entonces quién?

El fariseo y el publicano hablaron. Ahora queremos escuchar a Dios. Estábamos esperando este momento. No necesitamos una votación ni una recopilación de opiniones humanas; el veredicto del Alto es lo que finalmente vale y trae paz. Pero, espere, a quien le dice algo es al pecador: "Justificado delante de Dios". ¿Cómo así? ¿Sobre cuál fundamento? No olvidemos: "Dios nos ha mostrado cómo podemos ser justos ante él sin cumplir con las exigencias de la ley. . . . cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo. . . ." (Rom.3:21-24). 

 ¿Y el fariseo? Admitámoslo, él también es pecador. Compararnos con nuestros semejantes no es un buen camino a seguir. Al acercarnos a Jesús notamos que lo más brillante de las personas es oscuro junto al Gran Yo Soy. Creo que todos debemos orar honestamente la oración del publicano.

PADRE BUENO, no sé que pensamos cuando tratamos de impresionarlo con cosas que nos parecen como buenas - con ciertas 'credenciales' y acciones. Eso no Te conmueve. Solo Tú conoces nuestros corazones y sabes muy bien lo que allí se esconde. "¿Cómo puedo conocer todos los pecados escondidos en mi corazón? Límpiame de estas faltas ocultas. ¡Libra a tu siervo de pecar intencionalmente! No permitas que estos pecados me controlen. Entonces estaré libre de culpa y seré inocente de grandes pecados. Que las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón sean de tu agrado, oh SEÑOR, mi roca y mi redentor" (Sal.19:12-14).

martes, 22 de septiembre de 2020

 

Si no hubiera sido por Jesús, las tantas diferentes voces hubieran apagado la esperanza y la fe de Jairo (lea Mr.5:21-43). Jairo fue un líder importante en la comunidad y líder de la sinagoga local. No sabemos si Jairo pertenecía a aquellos religiosos que cuestionaban y despreciaban a Jesús o si pertenecía al grupo que admiraba en secreto al Maestro. Pero, ¿qué importa eso cuando la necesidad toca su propia casa? Su única hija de doce años estaba muriendo (Lc.8:41-42). Cualquier padre en su desesperación por ver a su hija sana busca como sea la ayuda necesaria. En el momento que tenemos que enfrentar la muerte todos somos iguales, nos encontramos en el mismo ruedo con las mismas condiciones. Los títulos, las posiciones y el dinero ya no importan, y tampoco es que sirvan mucho en ese momento crucial. Cuando Jairo ve a Jesús nadie ni nada lo pueden parar. Jairo se tira al piso rogando que Jesús intervenga en favor de su hija, y de toda la familia.

La voz de los prejuicios no lo pudo frenar. El qué dirán los religiosos y los colegas pasó a un segundo plano. Las habladurías acerca de Jesús, de si era o no un profeta, si era o no el Mesías, ya no importaban. Jairo había escuchado que Jesús sanaba enfermos, liberaba a los oprimidos, hacia bien por doquier - y eso era lo que necesitaba urgentemente. Otros hablaban mucho y pocos resultados verdaderos tenían. Jairo avanza esperanzado mirando a Jesús.

La voz del sentimiento de dignidad y del orgullo puede impedir mucho el que nos acerquemos al gran Yo Soy. ¿Cómo puede un líder respetado en la comunidad admitir su necesidad y buscar ayuda y hacerlo además de rodillas? ¿Puede pedir algo de aquel quien era despreciado por la mayoría de los líderes religiosos? ¿Puede permitirle a aquel quien come con los pecadores y los despreciados entrar en su casa? 

Esta historia me recuerda a Naamán quien tuvo que venir a visitar al profeta de Israel, a Eliseo (2Re.5), para ser curado. Viajar a territorio enemigo en busca de ayuda fue un primer paso que aportó al desmoronamiento del orgullo del comandante del ejército Sirio. Y ahora bañarse siete veces en el Jordán no era para nada de su agrado. Que el profeta envíe a un mensajero con la nota y no dignarse a ver al alto mando de Siria personalmente tampoco era la manera de tratar a un comandante de un ejército. Naamán en su desesperación tuvo que finalmente tragarse su orgullo, y fue sanado.

Cuándo el asunto es de vida o muerte el orgullo tiene que hacerse a un lado, no importa cuan duro grite.

La voz de las circunstancias adversas pueden llevar a cualquiera a la desesperación. El asunto era urgente, pero en el camino la multitud no deja avanzar rápidamente. Además aparece de repente aquella mujer que acercándosele por detrás busca igualmente ayuda del Maestro. El avance de Jesús se retrasa. Jesús se toma todo el tiempo necesario para atender otro caso. Todo parece estar en contra.

La voz de los mensajeros - la noticia que traen cae como un balde de agua fría. ¿Y qué decir de los consejos que estos dan? ¿Qué no moleste más al Maestro? ¿Es que todo se apagó de verdad? ¿Por qué me ocurre esto a mí? Pero Jesús quien también oye las voces que quieren apagar toda esperanza y toda fe le habla a Jairo: "No tengas miedo. Sólo tenga fe". Qué contraste. ¿A quién va a escuchar Jairo? ¿A quién le va a creer este padre?

Finalmente arriba Jesús a la casa de Jairo. No nos debe sorprender que la gente esté afligida. Para la gente cualquier poquito de esperanza se había apagado - es que sin Jesús no hay mucho que esperar. Los hechos son los hechos - la chica había muerto. 

Ahora, la voz de la burla se mezcla con el llanto y el lamento - vaya uno a entender al ser humano. La gente no puede creer lo que Jesús dice. La voz de la incomprensión no permite ver más allá. Lo cierto es que la historia no terminó para Jesús con los hechos inmediatos y visibles. Él entra al cuarto donde está la chica. Jesús deja afuera a los burlones, a los mensajeros, a los que no pueden creer y a los que desinflan la fe de toda persona. Creo que es bueno alejarse de aquellos que no entienden lo que Jesús quiere hacer en dado momento para poder ver el poder de Dios en acción. 

¡La voz de Jesús es diferente!

PADRE CELESTIAL hay tantos ruidos que quieren acallar Tu voz en mí - las preocupaciones, las comparaciones, las incomprensiones, las circunstancias adversas, las ideas de la gente, el mucho correr y mucho más. Quiero ser sensible a Tu voz y dejarme guiar por ella. SEÑOR, siempre sabes lo que ocurre en mi vida. Por favor ayúdame a seguirte fielmente. Tus palabras son mi gozo y la delicia de mi corazón. En Ti esperaré y veré Tu poder actuando para Tu gloria.

viernes, 18 de septiembre de 2020

si no fuera por Jesús, la mujer no pararía de sufrir


Si no fuera por Jesús, la mujer con el flujo de sangre no pararía de sufrir (lea Mr.5:24-34). Ya llevaba muchos años con esa enfermedad que nadie y nada podía controlarla. Muchos médicos trataron de ayudar a esta mujer, sin embargo, ella había empeorado. La enfermedad la llevó a la ruina económica. Esa enfermedad no solamente la mantenía debilitada físicamente, sino que ahora también era considerada impura, lo que le impedía participar de los cultos a Dios y de la comunión cercana con otros - un caso serio de distanciamiento social y religioso (Lv.15:25-27). Qué desesperación: años buscando ayuda, tremendos gastos económicos, marcada por la sociedad y la ayuda parece cada día más lejos. ¿A dónde ir con ese paquete de problemas?

Esta mujer había escuchado de Jesús y de cómo este sanaba a los enfermos. ¿Quién le habló de Jesús? Esta historia me recuerda a la chica quien como trofeo de guerra y en cautiverio le contó a la familia desesperada de Naamán, el comandante del ejercito de Aram, que en Israel había una posible cura para su lepra. Naamán visita luego al profeta en Israel, allí es sanado y se convierte en un adorador del Dios de Israel. La chica le había contado (2Re.5).

Es obvio que al escuchar semejante mensaje surge la esperanza. ¿Pero cómo acercarse a Jesús? Las multitudes apretujaban a Jesús; tampoco había muchas opciones para una cita personal con él. Además, Jesús estaba en camino a atender otro caso. ¿Y cómo acercarse a Jesús sin crear alboroto y una posible expulsión? ¿Una mujer calificada como inmunda acercándose a Jesús quien estaba rodeado de una multitud? Asunto complicado.

Sin embargo, esta era su última esperanza. Ella había probado todo lo que el mundo le ofrecía como una cura, pero nada ayudó verdaderamente. Si Jesús no le ayudaba, nadie lo iba a hacer. Ahí estaba la oportunidad. Ella se arma de valor, supera el temor, vence las barreras y se acerca a Jesús pensando: "Si tan solo toco Sus ropas, sanaré". No, no fue el toque en sí ni fue el manto, es la fe en el Poderoso. Y aunque parecía una sanidad 'robada', de Jesús salió poder y él le confirma: "Hija, tu fe te ha sanado. Ve en paz. Se acabó tu sufrimiento" (Mr.5:34). 

Muchos apretujaban a Jesús y no recibieron nada, pero ella quien lo tocó tímidamente por fe y en gran expectativa recibió sanidad y su vida cambió. Ella se conectó con la fuente de verdadero poder y de vida eterna.

PADRE ETERNO, a veces nos creemos la fuente que tiene todas las respuestas para los problemas de la gente, pero como los médicos en esta historia, nuestros alcances y ayudas son limitadas. El camino está marcado de decepciones si pensamos que son las personas o las cosas las que nos dan la última solución a nuestros problemas y las respuestas a nuestras preguntas. Ayúdanos a ver que las respuestas definitivas a nuestras necesidades más profundas las tienes solo Tu.

No sabemos quién haya sido la persona que le contó a esta mujer de Jesús, sin embargo, quiero seguir su ejemplo; quiero ser alguien quien le muestra a la gente el camino a Jesús, quien es la solución verdadera. El protagonista eres Tu Oh Dios - no importa si mi nombre es mencionado o no. Padre, quiero ser Tu embajador fiel quien conecta a la gente necesitada del toque eterno con la fuente de poder y de vida, con JESÚS. Ayúdame. 

(La foto la tomé de un cuadro que estaba colgado en las oficinas centrales de las Asambleas de Dios en Springfield EEUU 2007).

martes, 15 de septiembre de 2020

si no fuera por Jesús, el leproso tendría los días contados


"Cuando Jesús bajó del monte, grandes multitudes lo seguían. Y se acercó un leproso y se postró ante Él, diciendo: «Señor, si  quieres, puedes limpiarme». Extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: «Quiero; sé limpio». Y al instante quedó limpio de su lepra. Entonces Jesús le dijo: «Mira, no se lo digas a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio a ellos" (Mt.8:1-4) NBLA.

El encuentro con Jesús que cambió la vida de un leproso - esta historia ocurre inmediatamente después de las enseñanzas del Sermón del Monte. Si no fuera por Jesús, el leproso tendría los días contados (Mt.8:1-4 / Mr.1:40-45 / Lc.5:12). Con una lepra avanzada este hombre vivía aislado, no tenía un futuro prometedor, estaba enfrentando una muerte lenta y muy dolorosa. Lo terrible, la gente ya lo consideraba prácticamente muerto. El leproso tenía que vivir distanciado de la sociedad aguantando una soledad horrible e insoportable (Lv.13:46). Nadie lo quería tener cerca. Frecuentemente le tiraban piedras para que permaneciera suficientemente lejos y no infectara o contaminara a los sanos. Lepra - una enfermedad que separaba brutalmente a una persona de sus semejantes. Es difícil comprender lo que todo esto hacía en su mente, sentimientos y emociones. La esperanza de ser sanado eran mínimas.

No sabemos el trasfondo de la enfermedad. ¿Fue un simple descuido y entonces se contagió? ¿O fue un pecado que llevó a esta enfermedad, como en el caso de Giezi o Uzías? - (2Re.5:1,27 / 2Cron.26:19-20). Como sea, la necesidad existía, era seria y la desesperación grande.

Pero aguarde un momento - el leproso se acerca a Jesús. ¿Atrevido? ¿Está desafiando las reglas sociales? ¿Y qué de la ley? ¿O será que entiende que ésta es su oportunidad para ver un cambio? El leproso ve en Jesús el rayo de luz que le da esperanza. ¿Pero querrá Jesús sanarlo? ¿Será que Jesús lo rechazará como lo hace el resto del mundo? Es obvio que cuando Jesús aparece nadie se debe sentir imperdonable ni incurable ni rechazado. Jesús llama: "Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso" (Mt.11:28) NVI.

El leproso ora: "Señor, si quieres, puedes limpiarme". Este hombre no demanda de Jesús la sanidad. El sabe que a Jesús no se le ordena. Una sumisión humilde y expectante a su soberana voluntad, y la confianza en Su Gracia, es la actitud correcta para acercarse a Jesús. Pero hay algo más. El hombre se postra ante Jesús - él comprende de alguna manera que Jesús no es cualquier persona; Jesús merece adoración, a él hay que rendirle tributo y por eso se postra delante de él (gr.: proskynein). 

Todos los tres Evangelios revelan algo de la intensidad y actitud de este hombre al acercarse a Jesús: Mateo nos dice que el se postró ('proskuneo' - adoró) (Mt.8:2), Marcos dice que el le suplicó cayendo de rodillas (Mr.1:40), Lucas dice que el leproso cayó rostro en tierra (Lc.5:12). El leproso entiende que si Jesús, el Hijo de Dios, no le ayuda, nadie lo hará. Él cree en el poder de Dios obrando a través de Jesús. "Puedes limpiarme" es más que sanidad física, es purificar y limpiar de toda mancha y de toda contaminación por el pecado, es restauración completa. La obra de Jesús siempre va más allá de lo visible y el ahora.

La ley decía que nadie se le podía acercar a un leproso. Todos debían mantenerse alejados - por lo menos dos metros. El contacto significaría exponerse a una contaminación seria y a las consecuencias respectivas. ¿Pero quién puede parar a Jesús cuando éste entiende lo que el Padre quiere hacer? Jesús no hacía nada por su propia cuenta; solo lo que veía hacer al Padre el Hijo lo hacía igualmente. Así como el Padre levanta a los muertos y les da vida, asimismo el Hijo da vida a los que Él quiere (Jn.5:19-21). 

Vemos a Jesús extendiendo su mano, y tocando a este hombre le dice las más maravillosas y esperanzadoras palabras que alguien puede escuchar: "Quiero; sé limpio". Jesús toca al intocable, perdona al imperdonable, sana al quien ningún otro puede sanar, aprecia al despreciado, ama al difícil de amar ( Mt.9:35-38 / Mt.14:14 / Mt.15:32 / Mr.2:17 / Mr.6:34 / Sal.103:13 / Is.63:9). Y allí donde Jesús pone la mano la muerte tiene que huir y la vida surge con poder (Hch.10:38). 

Aprendemos lo siguiente acerca de Jesús:
[a] Movido por compasión se preocupa por la persona en necesidad, aun por el más impuro.
[b] Jesús posee todo el poder de Dios para sanar física-, espiritual-, emocional- y mentalmente a la gente, aun a los más desesperanzados.
[c] También vemos a un Jesús sabio - él envía al sanado a ver al sacerdote quien iba a certificar la sanidad - este era el proceso que se requería para volver a la sociedad, y más aun, poder volver al templo a adorar.

PADRE CELESTIAL, qué terrible es cuando nos distanciamos de aquellos que Tú quieres tocar. Perdóname por no entender siempre Tu corazón y por la insensibilidad a la necesidad de aquellos que andan por un valle oscuro en su vida. Ayúdame a ser sensible a la necesidad del otro. Deseo escuchar Tu voz con claridad, entender las maneras y los momentos cuando deseas que yo sea Tu mano extendida para amar, consolar, sanar, restaurar.

ASIMILANDO

[1] ¿Qué nos quieren comunicar los textos arriba anotados? ¿Qué significan estos pasajes para nosotros hoy día? ¿Qué le está diciendo Dios a usted personalmente? ¿Hay algo de lo cuál deba arrepentirse? ¿Hay algo que deba cambiar en su vida, alguna actitud, alguna costumbre? ¿Qué pasos debe tomar para cumplir con el mandato de Cristo? 

[2] Use este estudio para reflexionar y dialogar al respecto con otra persona, con la familia o con un grupo pequeño. ¿Con quién y cuándo quiere compartir lo aprendido?

[3] ORE(n) a Dios Padre en el cielo usando estos versículos.