miércoles, 20 de marzo de 2019

Alégrense en el Señor

"Por lo demás, hermanos míos, alégrense en el Señor. Para mí no es molestia volver a escribirles lo mismo, y a ustedes les da seguridad" (Filp.3:1) NVI

El apóstol Pablo escribió la carta a los filipenses durante un tiempo en el que permanecía bajo arresto por predicar el Evangelio. Él escribió esta carta para agradecerle a los filipenses por su generosidad y preocupación por él. En esta carta notamos que Pablo anima a los filipenses a seguir diferentes ejemplos. Ellos son: Jesús (Filp.2:1-11), Timoteo (Filp.2:19-24), Epafrodito (Filp.2:25-30), y el mismo Pablo (Filp.3:17). También es una carta que advierte de falsos profetas y falsos maestros que predican un evangelio diferente; ellos predican un mensaje que apunta a confiar en los esfuerzos humanos como medio de salvación y de conexión con Dios (Filp.3:2-21).

Uno de los puntos clave en esta carta tiene que ver con el gozo del cristiano. Pablo insiste que como verdaderos cristianos podemos tener un gozo que no depende de las circunstancias externas que lo rodean. Él habla del gozo en el Señor. Este gozo en el Señor tiene raíces muy profundas y está basado en el mismo Señor - no es un gozo aparte de Dios (Filp.3:1 / Filp.4:4 / Filp.1:18 / Filp.2:17-18 / Filp.2:28 / Filp.4:10). 

El apóstol estaba viviendo una situación difícil y de mucha incertidumbre - estaba encarcelado por causa del Evangelio. Él no sabía si iba a salir con vida de aquellos momentos y circunstancias o si iba a ser ejecutado. Sin embargo, notamos en la carta a los filipenses que Pablo se mantiene muy confiado ante la perspectiva de morir porque Cristo ha llenado su vida (Filp.1:19-26). 
En ese contexto el apóstol nos llama a nosotros a seguir su ejemplo y a gozarnos en el Señor. ¿Qué significa gozarnos en el Señor? Revisemos lo que Pablo nos dice al respecto en la carta a los filipenses.

  • Pablo se goza cuando el Evangelio es predicado. No importa los motivos que tengan algunos predicadores del por qué lo hacen; para Pablo es importante que el nombre de Cristo sea conocido. No se trata de tener gozo en falsos motivos, en falsas enseñanzas, en promociones de envidias o peleas. El que Cristo sea predicado es lo que alegra al apóstol. Podemos alegrarnos acerca de todo aquel quien predica la Palabra de Dios aunque no pertenezca a nuestro grupo en particular (Filp 1:18). (Mr.9:38-40 / Lc.9:50 / 1Cor.15:8-11 / 2Jn.1:9-11).
  • Pablo se goza por poder servir a Dios, aun si esto representa un gran sacrificio o aun morir. Él se goza que los filipenses siguen el camino de entrega, de servicio, de fe y de fidelidad a Dios. El apóstol llama a los filipenses a que no se pongan en plan de duelo si él muere, sino que más bien se sumen al gozo que él tiene por el privilegio de servir a Dios aun dando su vida como un sacrificio. Él anima además a que los filipenses igual estén dispuestos a dar su vida y que se alegren por tener ese privilegio. Podemos gozarnos por cada persona que se entrega fielmente al servicio a Dios y al prójimo (Filp.2:17-18 / 1Tes.3:7-9 /1Pe.2:5 / Filp.4:18 / Rom.12:1 / Hebr.13:15-16 / Col.1:24).
  • El gozo por ver gente que está dispuesta a pagar un gran precio por servir a Dios, jugándose la vida por servir a Dios y al prójimo, y por verlos de nuevo o verlos bien. Debemos gozarnos por cada persona que paga un alto precio por servir a Dios, quienes bajo amenazas de perder la vida siguen dedicados a la obra del ministerio. Nos podemos gozar de manera especial si nos volvemos a encontrar con gente que salió de entre nosotros y que después de haber servido fiel a Dios, aun en circunstancias difíciles, retornan bien (Filp.2:26-30 / Gn.45:27-28 - Gn.46:29-30 / Jn.16:22 / Hch.20:38 / 2Tim.1:4 / 2Cor.2:3 / 1Jn.1:3-4).
  • El gozo del cristiano es real en medio de los desafíos de la vida y en especial en medio de los desafíos que se presentan al seguir a Cristo. Puede haber persecución, pero nadie puede quitarnos el gozo en el Señor quien comenzó la buena obra en nosotros y quien la perfeccionará hasta el día de Su venida. El gozo se basa en Cristo y su fidelidad, en sus promesas y en la esperanza de su retorno. Podemos gozarnos en que tenemos un Dios quien es el mismo ayer, hoy y por siempre. (Filp.3:1 / Jn.16:22 / Rom.8:35-39 / Sal.5:11 / Mt.5:12 / Rom.5:2-3 / Stg.1:2 / 1Pe.1:6-8 / 1Pe.4:13 / Hch.5:41).
  • Nos regocijamos porque nuestros nombres están escritos en el Libro de la Vida. Nos regocijamos porque sabemos que el Señor vuelve pronto, porque podemos acercarnos a Dios en oración, porque Él se manifiesta en nuestras vidas con poder, porque experimentamos la paz de Dios que protege nuestros corazones y nuestra mente mientras vivimos en Cristo Jesús.  (Filp.4:3-7 / Sal.34:1-2 / Sal.145:1-2 / Sal.146:2 / Rom.5:2-3 / 1Tes.5:16-18).
  • Pablo se goza por el amor generoso y práctico que manifestaron los filipenses hacia él quien estaba viviendo momentos difíciles. Cuando los filipenses tuvieron la oportunidad manifestaron su amor y aprecio de manera práctica - eso generó mucho gozo en la vida de Pablo. El apóstol no había exigido nada de los filipenses - sin embargo, la generosidad y el amor de ellos lo llenó de gozo. Él aprendió a contentarse cualquiera que fuera la circunstancia en su vida - Pablo era independiente de las circunstancias y de personas para ser feliz; la base de su contentamiento era Cristo quien lo llenaba todo. Nos podemos gozar cuando vemos a otros cristianos avanzando en los caminos de Dios y cuando vemos como crecen cada día más a la imagen de Cristo (Filp.4:10-18 / 2Cor.7:6-7 / Filp.3:8 / Mt.6:31-34 / Lc.3:14 / 1Tim.6:6-9 / Hebr.10:34 / Hebr.13:5-6).

APLICACIÓN / REFLEXIÓN:
  • ¿Qué lecciones aprendió durante este estudio? Escriba en un cuaderno de notas una o dos frases completas que resuman las lecciones aprendidas.
  • ¿Debe arrepentirse de algo? - sea específico/a ¿Qué pasos debe tomar para ser obediente a los mandatos de Cristo? Sea específico.
  • Anote una petición de oración; y use este asunto para orar en este instante a Dios.
  • Comparta con una persona lo aprendido en esta lección. ¿A quién le compartirá? ¿Cuándo le compartirá?
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miércoles, 6 de marzo de 2019

Rendir cuentas es bíblico y es espiritual

“Yo te di la gloria aquí en la tierra, al terminar la obra que me encargaste. Ahora, Padre, llévame a la gloria que compartíamos antes de que comenzara el mundo. »Te he dado a conocer a los que me diste de este mundo. Siempre fueron tuyos. Tú me los diste, y ellos han obedecido tu palabra. Ahora saben que todo lo que tengo es un regalo que proviene de ti, porque les he transmitido el mensaje que me diste. Ellos aceptaron el mensaje y saben que provine de ti y han creído que tú me enviaste”(Jn.17:4-8) NTV 

“¿Alguno de ustedes está pasando por dificultades? Que ore. ¿Alguno está feliz? Que cante alabanzas. ¿Alguno está enfermo? Que llame a los ancianos de la iglesia, para que vengan y que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. Una oración ofrecida con fe, sanará al enfermo, y el Señor hará que se recupere. Y, si ha cometido pecados, será perdonado. Confiésense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros, para que sean sanados. La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos” (Stg.5:13-16) NTV 

Jn.17 / Lc.16:2 / Mt.18:23 / Ez.20:36 / Ecl.11:9 / Ecl.4:9-10 / Mt.12:36 / 2Cor.5:10 / Gal.6:1-2 

Hay muchas directrices bíblicas acerca del rendimiento de cuentas y del hacernos responsables el uno al otro. Pero para muchos, la idea de revelar información personal parece restrictiva o incluso una invasión de la privacidad. El rendir cuentas parece un obstáculo para la búsqueda del placer, la prosperidad y el prestigio. La mayoría de las personas prefieren mantenerse aisladas y no involucrar a otros en sus negocios, mucho menos en su vida privada. La Biblia, sin embargo, deja en claro que los cristianos deben rendir cuentas y ser responsables los unos a los otros. El rendir cuentas en el cuerpo de Cristo es un principio bíblico. (Dr. Charles Stanley). 

EL EJEMPLO DE JESÚS:
Jesús fue enviado por su Padre con una misión específica. Llegando al final de Su recorrido en la tierra Jesús rinde cuentas al Padre quien lo había enviado. En Jn.17 notamos que Jesús por propia voluntad rinde cuentas de su trabajo realizado. Sabemos que Jesús no era un sospechoso de malos andares, sin embargo, Él pone sobre la mesa lo que hizo y los resultados. 

EL EJEMPLO DEL APÓSTOL PABLO:
El apóstol Pablo también rindió cuentas de su trabajo. Cuando regresó de su primer viaje misionero fue inmediatamente a la iglesia que lo había enviado e informó todo lo que Dios había hecho a través de ellos (Hch.14:24-28). 
La palabra ‘informar’ que aparece en Hch.14:27 significa: anunciar, dar aviso, dar cuentas (Diccionario Vine Nuevo Testamento en e-Sword) (Hch.15:4-6 / Hch.15:12 / Hch.21:19-22). Notamos que Pablo no tenía ningún problema en rendir cuentas de su vida y de su ministerio. Igual se presenta Pablo ante los líderes en Jerusalén para rendir cuentas en cuanto a lo que enseñaba (Gal.2:1-9). El saber que debemos rendir cuentas nos va a ayudar a vivir una vida diferente y a hacer el trabajo de acuerdo a lo que se espera de nosotros (Rom.14:12). El rendir cuentas nos ayuda a guardar una buena reputación (Prov.22:1), a mantenernos enfocados en aquello que sí tiene valor, y en cumplir con integridad la obra encomendada. 

¿Cuál es la importancia de rendir cuentas? (Lc.16:2 / Lc.12:42 / Rom.14:12)

Tanto en el mundo secular como en la iglesia se habla mucho de la necesidad de rendir cuentas para evitar la corrupción y la falta de integridad en las personas y en las instituciones. El rendir cuentas es esencial en toda sociedad. De alguna manera todos somos llamados a rendir cuentas: los ciudadanos, los políticos, el empleado, el estudiante, el profesor, etc. Si no cumplimos con una cierta ley de un país seremos llamados a rendir cuentas y en caso dado tenemos que sufrir las consecuencias de nuestras decisiones. 
Rendir cuentas es simplemente ser responsable. Gerentes deben rendir cuentas a la junta directiva respectiva, ancianos rinden cuentas a sus pastores, pastores rinden cuentas a sus supervisores, etc. El concepto de rendir cuentas es definido por el diccionario de la lengua inglesa (Nueva York, 1987) como: “Ser sujeto a la obligación de reportar, explicar o justificar; ser responsable ante alguien de algo”. 
El rendir cuentas es un acto en el cual una persona se somete al escrutinio, sea formal o informal, de otras personas o de sus autoridades, tomando la iniciativa de informar, anunciar o presentar lo que ha o lo que está ocurriendo en su vida y ministerio, dando libertad a los otros a indagar, hacer preguntas y en caso dado permitir ser confrontado para ser corregido. 
“Rendir cuentas significa desarrollar relaciones con otros cristianos que ayudan a promover verdadera espiritualidad, honestidad, obediencia a Dios, y que motivan una genuina evaluación del caminar personal con Dios y de las relaciones con el prójimo” (Marks of Maturity – biblical characteristics of a Christian leader de J. Hampton Keathly III, Biblical Studies Press, 1999).

Este concepto igual se encuentra en la Biblia y es una recomendación que Dios les da a todos los creyentes y a cada líder cristiano: 
  • Primero que todo debemos notar que la Biblia nos enseña que cada persona debe rendirle cuentas a Dios (Rom.14:12 / Ecl.11:9-10 / Ecl.12:14 / Lc.12:48). Toda persona debe responsabilizarse delante de Dios por sus pensamientos, hechos y actitudes. Los cristianos y los no-cristianos rendirán cuentas ante un Dios soberano (Rom.3:9-19 / Filp.2:9-11). Jesús aclaró que un día todos los humanos tendrán que rendir cuentas ante Dios (Mt.12:36). Si una persona no reconoce esta verdad tiende a desviarse y a gravitar hacia un estilo de vida pecaminoso, lleno de actos violentos y tiranos y permiten toda clase de maldades e inmoralidades.

  • La Biblia también nos dice que todos los creyentes somos parte de un cuerpo y que cada uno tiene una responsabilidad definida en este cuerpo (1Cor.12). De esta manera todo creyente está interconectado con el resto del cuerpo y no vive solamente para sí mismo. Esto igual vale para los líderes cristianos. Cada cual es responsable frente al prójimo. El hermano sí es importante para mí y yo debo ser importante para el hermano. Sí me debe interesar el bienestar del prójimo y al final mi bienestar será también de gran beneficio para el prójimo (Gn.4:9 / Gal.6:1-2). Si usted sabe de un amigo creyente que no anda bien y que anda contrario a lo que la Biblia enseña, entonces usted tiene la responsabilidad de ayudar a tal individuo a corregir su caminar, confrontándolo gentilmente, expresando perdón y animándolo a seguir los mandamientos de Dios - todo esto es posible si existe la disposición de rendir cuentas (Stg.5:16). Claro que nosotros también debemos estar dispuestos a ser confrontados y a recibir exhortación y reprensión si lo requerimos.

  • Otro aspecto de rendir cuentas es el de animar y edificar al prójimo. Todos requerimos de que alguien nos apoye, nos anime, nos de la mano en determinado momento de la vida. Un grupo al cual se le rinden cuentas no solamente se concentra en el tema de los pecados, en lo negativo, en las tentaciones, sino que también es un lugar en el cual se expresa un interés genuino por el otro ayudándole a crecer espiritualmente y dejándose ayudar (Hebr.10:24-25 / 1Tes.5:11). La Biblia sugiere que dos son mejor que uno (Ecl.4:9-10). Vivir la vida cristiana en un mundo secularizado no siempre es fácil. La cultura, los desafíos en el trabajo y en la vida en general tratan frecuentemente de desviar nuestra atención de aquellas cosas que son trascendentales. El pecado igualmente nos asedia, los deseos pecaminosos nos tientan a tomar decisiones que pueden destruir nuestras vidas y nuestras familias y puede acabar con nuestro ministerio. Todo en este mundo parece trabajar en contra de una vida santa delante de Dios. 
    • Por eso el libro de Proverbios reclama y dice: “Muchos son los hombres que proclaman su propia lealtad, pero un hombre de confianza, ¿Quién lo hallará?” (Prov.20:6). Es por eso que debemos tener en cuenta que la ayuda de otra persona nos puede colaborar a superar esta contradicción en la vida (Prov.27:17 / Prov.12:1). El versículo en Prov.27:17 nos hace ver que el crecimiento personal es agilizado por la contribución de otro. La vida simplemente requiere de la ayuda de otros para poder experimentar verdadera superación personal. Este versículo muestra que frecuentemente hay un abismo entre lo que decimos y lo que somos. Muchas veces decimos que amamos a Dios, pero al momento de sincerarse las cosas pueden sonar diferentemente. “La honestidad es un asunto de suma importancia para el hombre que lucha contra el pecado sexual. La honradez comienza al examinar uno mismo su corazón, sus pensamientos y sus acciones”. El sincerarse delante de otra persona es de gran beneficio en el proceso de proteger la vida de pecado o para salir de hábitos pecaminosos.
Muchas veces somos ciegos en cuanto a nuestros propios pecados y al posible desvío que estamos viviendo. Viendo la amonestación de Natán a David en 2Sam.12:5-6 notamos que David pudo ver fácilmente el pecado en la vida del hombre de la historia que menciona Natán, pero no pudo ver su propio pecado hasta que Natán le reveló directamente y le hizo ver que ésta historia era en realidad su propia historia (2Sam.12:7). 

Vea otras confrontaciones anotadas en la Biblia: 
  • Saúl fue confrontado y llamado a rendir cuentas. Samuel confronta a al rey Saúl a raíz de su desobediencia a los mandamientos de Dios. Lo triste es que Saúl nunca se arrepintió de sus malas decisiones y de su desobediencia (1Sam.13:13 / 1Sam15:19.23).
  • Elías confrontó a Acab respecto a su mal vivir. No fue Elías el que trajo el problema sobre Israel sino Acab (1Re.18:18). Acab no se arrepintió de sus malos caminos y murió (1Re.21:19-20).
  • Juan el Bautista amonestó a Herodes (Mt.14:4). Herodes tristemente tampoco pensó en cambiar su vida.
  • El apóstol Pablo confrontó a Pedro en un momento en el que Pedro había dejado principios bíblicos por agradar a un grupo de gente (Gal.2:14).
  • Jesús confrontó a los fariseos quienes no vivían la religión pura y santa (Mt.23). Jesús limpia el templo (Mt.21:12-17).
  • Jesús además nos enseña un camino para ayudarle a un hermano que se desvió para que sea restaurado (Mt.18).
 ¿Y qué pensar en el caso de nosotros? 
  • Vemos fácilmente la paja en el ojo del prójimo, pero no vemos la viga en nuestra propia vida (Mt.7:1-5). Por eso requerimos de alguien quien nos ayude a ver lo que no anda bien con nosotros para así poder tomar decisiones que llevan a la vida y no a la muerte.
  • Lea la historia del fariseo y del publicano (Lc.18:9-14). El fariseo creyó que él era mejor que ese otro pecador terrible y no se dio cuenta que su propia actitud era completamente hipócrita.
  • Vea también la historia de los escribas en el caso de la mujer sorprendida en adulterio (Jn.8:1-9). Los fariseos que acusaban a aquella mujer no vieron lo que pasaba en su propia vida y los problemas que tenían, hasta que Jesús los hizo reflexionar. Requerimos de gente que nos haga reflexionar en el momento correcto. Ya que muchas veces somos ciegos a nuestros propios pecados y faltas, debemos agradecer si tenemos amigos como en el caso de David quien tuvo a Natán. Gente que nos ama tanto y que se preocupa por nosotros, siendo sensibles a Dios, para dejarse usar en el momento y en la manera correcta para hacernos ver lo que nosotros no vemos (nos ayudan a ver los puntos ciegos). Estas son personas que además tienen suficiente valor para desafiarnos en cuanto a nuestro comportamiento. Al mismo tiempo debemos tener en la vida a una persona que tenga el derecho de preguntarnos y confrontarnos respecto a nuestra relación con Dios y con el prójimo, alguien a quien le rendimos cuentas de verdad. 
  • También tenemos que reconocer que el rendir cuentas es de gran ayuda, ya que tendemos a parecer como ovejas que andan por su propio camino, nos dejamos engañar y nos alejamos de aquello que es bueno para nosotros (Mt.10:6 / Mt.18:12 / Is.53:6 / Jer.50:6 / 1Pe.2:25). Hacer discípulos significa enseñar a otros a que obedezcan a Dios y este asunto no se puede llevar a cabo sin una cierta medida de rendimiento de cuentas. El rendir cuentas promueve el liderazgo servidor (Ef.4:11s / Hebr.13:17 / 1Pe.5:1-4). Una de las marcas de un liderazgo servidor es que cuida lo que se le ha encomendado (1Cor.4:1-2). El rendir cuentas protege tanto al líder como a las ovejas (Hebr.13:17 / 1Tes.5:12 / 1Tim.3:1-5). 

El caso de Salomón:
En el caso de Salomón vemos que le faltaba un Natán. En 1Re.10 vemos la gloria de Salomón, pero en 1Re.11 leemos que Salomón tenía un problema profundo. Eso nos enseña que el capítulo 10 no garantiza que no haya posibilidad de un capítulo 11. 
Esto nos lleva a concluir que cada día debemos dirigir nuestro corazón a Dios. Somos vulnerables y existen peligros para todos. Debemos ser honestos y hablar con gente en quien confiamos sobre las vulnerabilidades en nuestra vida.
Nos podemos preguntar si la historia de Salomón en el capítulo 11 se hubiera podido evitar si Salomón hubiera tenido un Natán en su vida. Puede ser que Salomón no veía la necesidad de tener un Natán, ya que él tenía tanta sabiduría y nadie le podía enseñar algo.

Leyendo 2Sam.7 y 2Sam.12 vemos que David abrió primero su corazón y su vida a Natán. A raíz de ese hecho Natán tenía una puerta abierta para confrontar a David. 

APLICACIÓN: 

Las personas evitan la responsabilidad por varias razones: el orgullo, la prepotencia, la ignorancia, el miedo y la autosuficiencia. Este es un enfoque peligroso para la vida. Nuestro enemigo conoce nuestras debilidades y sabe cómo explotarlas. Con el apoyo y la ayuda de amigos podemos prevalecer. Hay fortaleza al aceptar las dinámicas saludables en el cuerpo de Cristo. 
  • ¿Tiene usted un grupo o persona a la cual le rinde cuentas regularmente? ¿Pueden ellos hacerle las preguntas delicadas? Explique 
  • ¿Cuáles asuntos hay que considerar para un rendimiento de cuentas saludable? 
  • ¿Cómo se ve una organización si nadie le rinde cuentas a nadie? 
  • ¿Qué impedimentos existen en su organización para un rendimiento de cuentas saludable? ¿Qué debe mejorar o qué debe cambiar para que se dé ese rendimiento de cuentas?
No importa el cargo o la posición en la iglesia. Es tiempo que seamos responsables y que no nos engañemos creyendo que no somos vulnerables. Necesitamos de gente a la que le rendimos cuentas sinceramente. No le debemos dar lugar al diablo con una vida secreta untada de maldad. 
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