jueves, 11 de enero de 2018

¿Es posible leer la Biblia y no beneficiarse de ella?

¿Es posible leer la Biblia y no beneficiarse de la misma? ¿Es posible conocer todas las técnicas para estudiar la Biblia y a la final no entender de verdad? ¿Puedo ser un experto y ser conocido como maestro de la Biblia y a la final no haberla leído de verdad y por eso no llegar a aplicarla como debe ser?


Los fariseos y escribas de los tiempos de Jesús tenían la responsabilidad de interpretar a Moisés, y probablemente no había otra gente en ese tiempo que se dedicara más a las Escrituras que ellos (Mt.23:2-3). De alguna manera ellos también citaban las Escrituras cuando hablaban con Jesús – por lo menos las usaban de alguna manera para defender sus posiciones doctrinales y de comportamiento (Mt.19:7). En ocasiones insistían en detalles, pero dejaban a un lado lo primordial, lo importante, la esencia (Mt.24:23). Lo tremendo de ese fallido acercamiento a la Biblia es que lleva a que los maestros impongan cargas pesadas sobre la gente, cargas que no vienen de Dios. Igualmente animan a practicar una religiosidad vacía falta de verdadera vida  (Mt.23:4). Los fariseos son acusados por parte de Jesús y les decía que sabían interpretar los cielos y los eventos naturales (lo pasajero, lo natural), pero no entendían los tiempos que estaban viviendo y los sucesos alrededor de Jesús – obviamente estaban en otra onda (Mt.16:3). Finalmente resultan haciéndose daño ellos mismos por el desconocimiento o por la falsa interpretación de las Escrituras, y además impiden que otros entren en el reino de Dios y así se beneficien de la verdad divina (Mt.23:13 / Mt.21:31-32 / Lc.11:52 / Jn.7:46-52 / Jn.9:22 / Hch.4:17 / 1Tes.2:15-16) – “¡Ay de ustedes, expertos en la ley!, porque se han adueñado de la llave del conocimiento. Ustedes mismos no han entrado, y a los que querían entrar les han cerrado el paso” (Lc.11:52).
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¿Cuáles pueden ser las razones para que una persona, aunque lea la Biblia y la estudie, no entienda y termine interpretándola incorrectamente? Creo definitivamente que estudiar la Biblia empleando reglas claras de interpretación de la misma es super importante. El apóstol Pablo nos dice que debemos interpretar bien la Biblia – “maneja con precisión la Palabra de Dios” (2Tim.2:15 / 2Cor.4:2). Muchos fallan en usar esas reglas y por eso terminan concluyendo cosas que nunca ha dicho o dice la Biblia – y entonces causan mucho daño.
Sin embargo, hay algo adicional que impide que leamos la Biblia de la manera correcta y eficaz. Al revisar el caso de los fariseos y maestros de la ley, que vivieron en los tiempos de Jesús, aprendemos que hay una aspecto moral, ético y de integridad que impide o afecta la manera cómo leemos y estudiamos las Escrituras. Lo que a veces falta no son las habilidades sino la integridad – de alguna manera el corazón juega un papel importante.

  • Jesús califica a los fariseos y maestros de su tiempo como gente perversa o malvada y adúltera (Mt.16:3-4 / Mt.12:39-40). A este tipo de gente no la convence las señales ni los milagros de Jesús. Este tipo de estado del carácter, amando más el pecado que a Dios y Su verdad, los cegó y llevó a que todo lo que leían o estudiaran en las Escrituras fuera distorsionado y malinterpretado (Mt.15:14).
  • Jesús conecta la incapacidad de escucharlo a Él con el amor a los deseos pecaminosos – los deseos del mismo diablo (Jn.8:42-51 / Hch.13:10 / 2Cor.11:13-15). Notamos acá que el asunto de entender las Escrituras tiene mucho más que ver con el estado del corazón que con el estado mental. Amando más las oscuridad que a la luz rechazaron a Jesús y Su verdad (Jn.3:20).
  • Los fariseos también eran conocidos como amantes del dinero (Lc.16:14 / Mt.23:14 / Ez.22:25-29 / Jer.6:13). Sabemos lo que Jesús enseñó respecto al dinero: “Ningún siervo puede servir a dos señores, porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Lc.16:13) LBLA. Ese amor al dinero les cegaba los ojos para la verdad y para todo lo relacionado con Jesús; por eso resultaban ridiculizando a Jesús (burlándose de Jesús), y rechazando la verdad (Lc.16:14).
  • También son acusados los fariseos y escribas como personas que no tienen la Palabra de Dios en sus corazones y por eso no podían creer en Jesús quien fue enviado por el Padre Eterno – no reconocían a Jesús porque no creían en los escritos de Moisés. PERO, la razón de fondo, de que no podían creer en Jesús, o venir a Él para aprender de Él y así llegar a tener vida eterna, es que les encantaba honrarse los unos a los otros y no buscaban el reconocimiento de Dios (Jn.5:37-47 / Rom.8:7-8 / Jn.12:43 / Jn.3:20 / Jn.12:42-43). O como lo dice LBLA: “¿Cómo podéis creer, cuando recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?” (Jn.5:44) (Rom.2:29 / 1Cor.4:5). No podían creer porque amaban más la gloria de las personas o lo que ellas pensaban de ellos, que la gloria de Dios. Jesús es el tipo de Salvador que destruye toda auto-exaltación de los humanos – y así se torna Jesús en una persona incómoda para todos los que buscan su propia gloria.
  • Les gusta sentarse en los mejores puestos en los banquetes (Mt.23:6).
  • Les agrada (son amantes de) que la gente los salude en las calles (Lc.11:43).
  • El apóstol Pablo escribe a Timoteo advirtiéndole que en los últimos días habrá gente amadora de sí misma que anda aprendiendo, pero que nunca llegan al pleno conocimiento de la verdad – la causa de esta ignorancia es el amor por los pecados y éste cierra la puerta al verdadero conocimiento de Dios y Su verdad (2Tim.3:1-7). Pablo no podía hablarle a los Corintios de cosas profundas, porque había envidias y peleas entre ellos (1Cor.3:1-4). Gente que llega a tener la conciencia cauterizada se hace más bien sensible a las inspiraciones de los demonios y se abre a doctrinas erradas (1Tim.4:1-2 / Rom.1:28 / 2Pe.2:1-3 / Rom.16:18).

NOTAMOS que una de las barreras más grandes para leer la Biblia y entender el mensaje de Dios es el corazón de la persona. Cuando la persona ama otra cosa más que a Dios, entonces el acceso a las Escrituras es limitado o se trunca totalmente. Dios quiere que sobre todas las cosas estimemos el saborear la gloria de Dios y conocerle a Él (Filp.3:8-14). Los de limpio corazón verán a Dios (Mt.5:8).
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“¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino que en la ley del SEÑOR está su deleite, y en su ley medita de día y de noche! Será como árbol firmemente plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo, y su hoja no se marchita; en todo lo que hace, prospera” (Sal.1:1-3) LBLA







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