jueves, 11 de enero de 2018

La tarea del liderazgo en la iglesia - Pastorear

“Por tanto, a los ancianos entre vosotros, exhorto yo, anciano como ellos y testigo de los padecimientos de Cristo, y también participante de la gloria que ha de ser revelada: pastoread el rebaño de Dios entre vosotros, velando por él, no por obligación, sino voluntariamente, como quiere Dios; no por la avaricia del dinero, sino con sincero deseo; tampoco como teniendo señorío sobre los que os han sido confiados, sino demostrando ser ejemplos del rebaño. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, recibiréis la corona inmarcesible de gloria” (1Pe.5:1-4)

LBLA (citas paralelas: Hch.20:28-31 y Ez.34:1-16)

NOTEMOS PRIMERO: Aunque Pedro tuvo experiencias especiales habiendo estado con Jesús, habiendo sido testigo de Sus sufrimientos y teniendo conocimiento de las verdades de Dios, no se cree alguien por encima de los demás. Se pone a la par con los otros líderes, pastores, servidores – ANCIANO IGUAL QUE USTEDES (NTV). Pedro conoce el corazón del GRAN PASTOR para con el rebaño. Pedro también conoció un destello de la gloria de Dios que ha de manifestarse con poder en el futuro. Hacemos bien en poner atención a lo que Pedro nos tiene que decir sobre el tema.

EL MÉTODO de la práctica del liderazgo/servicio/ministerio: PASTOREAR. El apóstol Pedro llama a los ancianos líderes de una iglesia local a pastorear (apacentad / cuidar) el REBAÑO DE DIOS – el rebaño no le pertenece a nadie más que a Jesucristo . El pastorear o apacentar es el método de liderazgo o de dirigir/supervisar/servir.

El ‘anciano’ que pastorea al ESTILO DE JESÚS guía las ovejas a manantiales de agua viva (Apoc.7:17); las alimenta enseñando la verdad (1Tim.3:2 / Tit.1:9 / Sal.23); las guía con su ejemplo – debe ser alguien digno de ser imitado, su vida es una demostración de la vida cristiana (Jn.13:15 / Mr.10:42-44 / 1Tim.4:12 / Stg.5:10 / Filp.2:1-10); da su vida por las ovejas – no para redimirlas, mas sí como quien busca el bienestar de ellas, aun si esto significa sufrir por alcanzar esa meta (Jn.10:10 / Hch.20:31 / Ez.34:1-16); fortalece a las débiles, sana a las enfermas, venda a las perniquebradas, se esfuerza por hacer volver a las descarriadas, da seguridad al rebaño (Ez.34:1-16); las cuida o protege de los falsos maestros y de los lobos (Hch.20:28-31). Quien pastorea al estilo de Jesús sabe a quién le está sirviendo – y lo hace de buena gana (Jn.15:16 / 1Cor.9:16 / 2Cor.5:14 / Mt.25:22-23 / Hch.20:24 / 1Tes.2:8), sabe a quién le pertenece el rebaño y a quién debe rendirle un día cuentas. Por eso sirve con toda humildad.

El método incorrecto es todo lo opuesto a lo arriba mencionado y se manifiesta a través de un liderazgo por obligación, es además dictatorial, abusivo, controlador, buscando el beneficio personal y aprovechándose del rebaño, hace la labor por ambición del dinero, permite que las ovejas caigan en las manos de los lobos (1Pe.5:1-4 / Hch.20:28-31 / Ez.34:1-16).

Jesucristo es el PRÍNCIPE DE LOS PASTORES. Él es el Buen Pastor (Jn.10:11.15 / Sal.23 / Sal.22). Él es el Gran Pastor quien nos capacita para hacer la voluntad de Dios (Hebr.13:20-21). Él es el Pastor y Guardián de nuestras almas (1Pe.2:25). Él es el Príncipe de los pastores o el Pastor Supremo quien vuelve otra vez y galardonará a los fieles (1Pe.5:4). Porque Él es el Rey a quien le rendiremos cuentas y quien nos dará la corona de gloria le servimos con actitud humilde, con entrega, a la manera que a Él le agrada siguiendo Su ejemplo de pastor.

El liderazgo no se trata de estar a cargo. Se trata de cuidar de los que están a su cargo. (Simon Sinek)
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