miércoles, 14 de noviembre de 2012

Verdades Básicas sobre la Iglesia de Cristo

Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella (Mt.16:18).
Grande es este misterio, pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia (Ef.5:32)

(1Cor.1:1-9 / Ef.1:22 / Ef.3:10 / Ef.5:24-27 / Col.1.18 / 1Tim.3:5 / 1Tim.3:15 / Hch.20:28)

¿Qué entendemos cuando hablamos de la iglesia universal?

La iglesia universal está compuesta por todos los creyentes genuinos de todas las edades, tanto los que están en la tierra, como los que ya están en la presencia del Señor. Se trata del cuerpo de Cristo en su totalidad. No importa el lugar en el mundo donde se encuentren, ni qué clase de gente sea socialmente (Mt.16:18 / Ef.3:10.21 / Ef.5:25-32 / Col.1:18.24 / Hebr.12:22-23). Todos los creyentes en Cristo somos parte de un organismo a nivel mundial. Todo ser humano pertenece a la raza humana, pero también es miembro de una familia donde nació y de ahí tiene su apellido. Lo mismo es con la iglesia universal y la local. Los creyentes son miembros de ese gran organismo que es el cuerpo de Cristo, pero también deben ser miembros de una iglesia local. Este cuerpo universal será reunido en las bodas del Cordero, que le seguirán al rapto de la iglesia (Apoc.19:6-9). Las siguientes citas hablan de este Cuerpo Universal: Mt.16:18 / Ef.3:10-21 / Ef.5:23-32 / Col.1:18, 24 / Hebr.12:22-23.


jueves, 8 de noviembre de 2012

Aprender a escuchar a Dios

“Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí, como también mi Padre me conoce a mí, y yo conozco al Padre. Así que sacrifico mi vida por las ovejas. Además, tengo otras ovejas que no están en este redil, también las debo traer. Ellas escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño con un solo pastor. (Jn.10:14-16) (Nueva Traducción Viviente)

Jn.10:27-28 / Jn.18:37 / 1Sam.3:1-10 / 1Sam.8:5-7 / 1Sam.9:17 / 1Sam.15:10 / 1Sam.16:1-12

Como discípulos de Cristo debemos entender que Dios aun habla hoy día y que Él quiere hablarle a Sus seguidores (Jn.10:15-16 / Jn.10:27-28 / Jn.18:37). Según las enseñanzas de Jesús Sus ovejas oyen Su voz  (Jn.10:27 / Jn.10:3). Para Jesús es normal que un discípulo de El oiga Su voz y le siga. Dios nos habla a través de Su Palabra, a través de sermones, por medio de otros cristianos, por medio del don de profecía, por medio de libros, tratados, grabaciones, música cristiana, etc. En todo nos quiere hablar de manera muy personal. Oír Su voz es un privilegio y por eso debemos aprender a escuchar la voz de Dios con claridad y luego obedecer lo que nos diga que hagamos.

Aprender a sanar a los enfermos

“Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a la suegra de éste que yacía en cama con fiebre. Le tocó la mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó y le servía. Y al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; y expulsó a los espíritus con su palabra, y sanó a todos los que estaban enfermos, para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías cuando dijo: El mismo tomó nuestras flaquezas y llevó nuestras enfermedades” (Mt.8:14-17) (La Biblia de las Américas)

Mr.1:39-42 / Mt.10:1.8 / Mr.16:15-20 / Jn.14:12-14 / Hebr.13:8

Los Evangelios mencionan un gran número de episodios en los que Jesús sanó a los enfermos (Mt.8:14-17 / Mt.9:22 / Lc.6:10 / Mt.15:28 / Hch.2:22). Jesús no solamente sanó a los enfermos sino que también entrenó a sus discípulos a sanar a los enfermos. Jesús envía a sus servidores a predicar el Evangelio y a sanar a los enfermos (Mt.10:1.8 / Mr.16:15-20). Los apóstoles siguieren este ministerio una vez que Jesús había ascendido al cielo (Hch.3:6 / Hch.9:36). Además notamos que Dios da dones de sanidad a la iglesia para que a través de ellos, en la iglesia, los creyentes se ministren los unos a los otros (1Cor.12:9-10). Dios sí está interesado en sanar a los enfermos, es Su voluntad sanar a los enfermos.

Guiando a los cristianos al bautismo con el Espíritu Santo

“Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes. Y serán mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra” (Hch.1:8) Nueva Traducción Viviente

Lc.24:49 / Hch.1:8

Stanley M. Horton escribe que el programa de Cristo es que el Evangelio se extienda por todo el mundo (Hch.1:8). El poder para lograr llevar a cabo semejante tarea es el poder del Espíritu Santo. A través del libro de los Hechos hay una gran conciencia de la presencia del Espíritu Santo, los discípulos son guiados por Él, como también disfrutan de una relación especial con el Espíritu Santo. El bautismo con el Espíritu Santo que ellos experimentaron nunca llegó a ser una simple memoria de algo que ocurrió en el pasado. Siempre fue una realidad presente.[1]

Según Hch.1:8 el bautismo en el Espíritu Santo está directamente ligado al ministerio. El ministerio es un asunto que requiere de poder (Lc.24:49).

Guiando la gente a Cristo

El Espíritu del SEÑOR está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Noticia a los pobres. Me ha enviado a proclamar que los cautivos serán liberados, que los ciegos verán, que los oprimidos serán puestos en libertad, y que ha llegado el tiempo del favor del SEÑOR. (Lc.4:18-19) (Nueva Traducción Viviente)

Lc.7:22 / Mt.11:5 / Lc.19:10 / Lc.5:32 / Mt.18:11 / Mt.9:35-38


Una de las tareas de Jesús sobre la tierra y para la cual Jesús fue ungido era la de predicar las Buenas Nuevas a la gente (Mt.11:5). El llamó a sus discípulos para hacer de ellos pescadores de gente (Mt.4:19). Dios quiere que todos lleguen al conocimiento de la verdad y que sean salvos (1Tim.2:1-4). Jesús envió a los discípulos que estaba entrenando a hacer lo mismo que Él estaba haciendo - Él veía la gran cosecha que debía ser recogida, quería que Sus discípulos se involucraran en la cosecha (Mt.9:35-38) y, quería que sus discípulos predicaran a la gente el mensaje del Reino de Dios con poder (Mt.10:7). Cuando Jesús está finalmente listo a partir y regresar donde Su Padre se dirige a sus discípulos y les encarga lo que llamamos la gran comisión (Mt.28:18-20 / Hch.1:8). Esta comisión no es solo para algunos pocos especialistas, sino para todos aquellos que son Sus discípulos. Todos llegamos a ser Sus embajadores y todos somos llamados a predicar el mensaje de la reconciliación (2Cor.5:18-21 / Hch.1:8).

El bautismo en agua

 “Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt.28:19)


Hch.2:38-39 / Hch.2:41 / Hch.8:12-16 / Hch.8:36-38 / Hch.9:18 / Hch.10:47-48 / Hch.16:15-33 / Hch.19:3-5
  
 El Señor Jesús instruyó a sus discípulos a guardar dos ordenanzas, o sea dos observaciones exteriores dadas por Jesús para que sean de bendición y ayuda en la vida cristiana y en el ministerio. Una de esas ordenanzas es el bautismo en agua y la otra es la Cena del Señor. En cuanto la Cena del Señor o la Santa Cena leemos en la Biblia: “…haced esto en memoria de mí” (1Cor.11:24-25). Respecto al bautismo en agua leemos: “Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt.28:19).

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Jesús el rey que viene por segunda vez

... Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo’  (Hch.1:11)

(Mt.24:30 / Mt.25:31/ Jn.14:3 / 1Tes.1:10 / 1Tes.4.16 / 2Tes.1:7-10 / Apoc.1:7 / Rom.8:22-23)
  
La verdad de la segunda venida de Jesús está confirmada. Antes de que Jesús ascendiera al cielo afirmó que volvería otra vez (Hch.1:11 / Jn.14:1-3). Los escritores del Nuevo Testamento hablaban con claridad sobre el tema (1Tes.4:16-17 / Hch.3:21 / 1Cor.1:7 / Filp.3:20 / Tit.2:13 / Hebr.9:28 / 2Pe.3:12-14 / Apoc.1:7). El vivir a la luz de la segunda venida de Jesús tiene aspectos prácticos importantes para nuestra vida. Por un lado nos anima a vivir una vida que agrada a Dios y por el otro lado nos llama a cumplir la tarea que Jesús nos encomendó (Filp.1:10 / Mt.24:46 / 1Tes.3:13 / 1Tes.5:13 / 2Tes.2:1:7-10 / 2Pe.3:14). Sin embargo es interesante notar que existe un gran peligro al no tomar en serio esta verdad, de alguna manera nuestro caminar con Cristo va a experimentar un cierto adormecimiento. Es por eso que es de suma importancia que nos estén recordando la verdad del retorno de Jesús. En Mt.24 y Mt.25 notamos que Jesús reconoce la tendencia humana a no tomar muy en serio Su retorno. Para avivar en sus discípulos la esperanza de Su segunda venida Jesús usa diferentes instrucciones y parábolas. A través de estas instrucciones Jesús asegura que Sus discípulos se encuentren trabajando y esperando su retorno.

Jesús el Sanador

“Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a la suegra de éste que yacía en cama con fiebre. Le tocó la mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó y le servía. Y al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; y expulsó a los espíritus con su palabra, y sanó a todos los que estaban enfermos, para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías cuando dijo: El mismo tomó nuestras flaquezas y llevó nuestras enfermedades” (Mt.8:14-17).

(Mr.1:39-42 / Mt.10:1.8 / Mr.16:15-20 / Jn.14:12-14 / Hebr.13:8)

Los Evangelios narran un gran número de episodios en los que Jesús sanó a los enfermos (Mt.8:14-17 / Mt.9:22 / Lc.6:10 / Mt.15:28 / Hch.2:22). Jesús no solamente sanó a los enfermos sino que también entrenó a sus discípulos a sanar a los enfermos. Jesús envía a sus servidores a predicar el Evangelio y a sanar a los enfermos (Mt.10:1.8 / Mr.16:15-20). Los apóstoles siguieron este ministerio una vez que Jesús había ascendido al cielo (Hch.3:6 / Hch.9:36). Además notamos que Dios da dones de sanidad a la iglesia para que a través de ellos en la iglesia se ministren los unos a los otros (1Cor.12:9-10).

Jesús el bautizador con el Espíritu Santo

 “Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu en el desierto” (Lc.4:1)

(Lc.4:18 / / Hch.10:38 / Lc.4:1.14 / Mt.3:16 / Isa.11:2-4 / Mt.3:11 / Lc.24:49  / Hch.1:8 / Joel 2:28-32 / Hch.2:16-21)

Cuando observamos la vida y el ministerio de Jesús en los Evangelios nos damos cuenta que sin el poder del Espíritu Santo Jesús no hacía nada. Por medio del poder del Espíritu Santo es que anunciaba las Buenas Nuevas y sanaba a los enfermos, los milagros ocurrían y el Reino de Dios se manifestaba (Lc.4:18). La unción significa por un lado que Dios lo apartó para semejante ministerio, pero también nos dice que Dios lo empoderó para llevar a cabo el ministerio a la manera de Dios. Si Jesús requería de poder del Espíritu Santo, entonces cuánto más lo necesitamos nosotros Sus servidores que quieren hacer las cosas que Jesús nos ha llamado hacer y hacerlas a la manera que Jesús quiere que las hagamos.

Jesús el rescatista

‘… sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata, sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo’ (1Pe.1:18-19)

Jn.3:16 / Tit.2:14 / 1Pe.1:18-19

En estos días se oye frecuentemente de secuestros de personas. Ellas son privadas de su libertad y en muchas ocasiones son sometidas a dolorosos maltratos. También se oye de las negociaciones entre las partes involucradas y a veces se pagan grandes sumas de dinero para que la persona secuestrada recobre la tan apreciada libertad.

La Biblia también habla de un rescate o de la redención. La “redención” (apolutrosis en griego) es un rescate mediante el pago de cierto precio (Tit.2:14 / 1Pe.1:18-19). Esta expresión revela las siguientes verdades sobre la salvación:
·         Que es una liberación.
  • Que es una liberación por medio de un pago.
La Biblia indica que la salvación de los humanos es por medio de un rescate divino (Tit.2:14).