jueves, 11 de enero de 2018

Encargos solemnes de Pablo a Timoteo (2Tim.4:1-5)

ENCARGOS SOLEMNES a Timoteo de parte del apóstol que estaba a punto de partir para estar en la eternidad con su Salvador y Señor:

“Te encargo solemnemente, en la presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, por su manifestación y por su reino: Predica la palabra; insiste a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con mucha paciencia e instrucción. Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos; y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a mitos. Pero tú, sé sobrio en todas las cosas, sufre penalidades, haz el trabajo de un evangelista, cumple tu ministerio" (2Tim.4:1-5) LBLA

[1] PREDICA LA PALABRA – sana doctrina, verdad, lo que el Señor dice, nada de predicar mitos ni fascinaciones (Hch.20:18-21 / Col.1:28 / Rom.10:15 / Lc.9:60);
[2] MANTENGA UNA MENTE CLARA (esté alerta moralmente, sé sobrio, este libre de productos o cosas embriagantes / no se deje enredar con enseñanzas malas o por una vida desordenada) (1Tes.5:6 / Hch.20:30-31 / Jer.6:17);
[3] ESTE DISPUESTO A SUFRIR por la causa del Evangelio – hay un precio que pagar, no todo será fácil (2Tim.1:8 / 2Tim.2:3.10 / 2Tim.3:10-12);
[4] CUMPLA CON SU MINISTERIO – no pierda la perspectiva sana de la vida y del ministerio; viva enfocado en el llamado, nada de pereza, cumpla completamente el llamado dado por Dios (Ef.4:11 / 1Tim.4:12 / Col.4:17 / Rom.15:19).

MI ORACIÓN:

Padre Eterno, mi consejero y mi guía, te DOY GRACIAS por la Palabra de Verdad – Tu Palabra, la que me guía por caminos de vida (Sal.119:105), la que me da buena percepción y trae alegría (Sal.19:8), la que es una lámpara que brilla en lugar oscuro (1Pe.1:19), la que me enseña lo que es verdad y me hace ver lo que está mal, la que me corrige cuando estoy equivocado y la que me enseña a hacer lo correcto; ella me capacita para toda buena obra (2Tim.3:16-17).

Padre en el cielo, TE PIDO que en este tiempo de tanta oscuridad moral, de enredos doctrinales y de valores distorsionados, tanto en el mundo como en la iglesia, yo pueda mantener siempre un espíritu enseñable y abierto a la Palabra de Dios; que conserve una mente clara (sobria); que no me deje llevar por vientos de doctrinas humanas o demoníacas (1Tim.4:1-3 /Ef.4:14), que no sea llevado por fascinaciones (engaños por arte de magia – Gal.3:1 / Gal.5:7-8 / Mt.24:24 / Hch.8:9-11 / 2Cor.11:3.13-15); que más bien tenga discernimiento espiritual por escuchar con un corazón sincero la Verdad Divina y por ser sensible a las advertencias del Espíritu Santo (Hebr.4:12 / 1Jn.4:1 / 1Tes.5:21 / Apoc.2:2).

ORO y PIDO por un espíritu de valor para ser un predicador que con denuedo enseña Tu Palabra con claridad (1Tes.2:2 / Hch.4:31 / Ef.6:19-20), que lo haga con verdad y amor, y que la predicación vaya acompañada del poder del Espíritu Santo (1Cor.2:4 / 1Tes.1:5 / 1Cor.4:20 / 2Cor.3:6 / Hch.14:3). Deseo cumplir mi ministerio de tal manera que Tú el Señor de señores y el Rey de reyes reciba toda la gloria. Deseo que los que escuchan Tú Palabra se acerquen a Tí y Te adoren (Col.1:28-29).

GRACIAS Señor por hacerme saber y enseñar el camino que debo andar. Tus verdades, principios, valores son para vida. Tu eres mi buen maestro y quien está sinceramente interesado en mi bienestar. Siempre estás presto a guiarme por las sendas que llevan a la vida, a la paz, al verdadero gozo, al cumplimiento del propósito eterno para mi vida.

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