martes, 15 de enero de 2019

¿Quién es tu ayudador?



Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén. 
"Levanto la vista hacia las montañas, ¿viene de allí mi ayuda? ¡Mi ayuda viene del SEÑOR, quien hizo el cielo y la tierra! Él no permitirá que tropieces; el que te cuida no se dormirá. En efecto, el que cuida a Israel nunca duerme ni se  adormece. ¡El SEÑOR mismo te cuida! El SEÑOR está a tu lado como tu  sombra protectora. El sol no te hará daño durante el día, ni la luna durante la noche. El SEÑOR te libra de todo mal y cuida tu vida. El SEÑOR te protege al entrar y al salir, ahora y para siempre" (Sal.121:1-8) NTV

La vida es un viaje en el cual podemos experimentar cosas buenas como también cosas malas. No sabemos lo que el mañana nos depara. Y hacer planes sin incluir al SEÑOR es puro atrevimiento y tontería. Lo único que sabemos con toda seguridad es que en algún momento nos espera la muerte, el partir de este mundo (Stg.4:13-16 / Job 14:1-2 / Sal.39:5 / Sal.102:3 / 1Pe.1:24 / 1Jn.2:17).

A lo largo de nuestro caminar sobre esta tierra estamos de alguna manera conscientes que cualquier cosa puede pasar y que pueden haber de un día para otro cambios drásticos en nuestra vida. Lo vemos en el caso de Job quien en un día tenía de todo, era próspero, tenía empleados, tenía tierras y ganado, tenía hijos; y en un solo día todo cambió. Job pierde su salud, sus riquezas, su negocio, sus hijos. 
Otro ejemplo de cambios repentinos en la vida es el de José, quien en un día se encontraba en la cárcel y en el otro llegó a ser el segundo al mando de toda una nación; así terminó un largo trayecto de experiencias dolorosas (Sal.105:16-22). 

Sabemos que vivimos en un mundo que cambia constantemente y que además no es perfecto. A veces cambia más rápido de lo que nos gusta - y no siempre cambia para bien.  Sistemas, estructuras, circunstancias externas, la tierra, el mundo entero - todo cambia. Igualmente en el caso de los líderes y las personas (tanto en el mundo en general como en la iglesia), estas vienen y van. Nosotros cambiamos - la vida tiene sus etapas, nos envejecemos, la salud puede experimentar cambios drásticos. ¿Y quién puede frenar todo esto, evitarlo o escapar de ello? Esta realidad trata de infundirnos temor e inseguridad.

¿A dónde mirar en esos momentos? ¿De dónde viene la ayuda que necesitamos?

El Salmo 121 es un salmo que los peregrinos israelitas, que subían a Jerusalén para adorar, cantaban en el camino. Tres veces al año subían los israelitas a Jerusalén para participar de ciertas festividades. En el camino tenían que superar peligros, amenazas, cansancio, y toda clase de otros desafíos. Mientras avanzaban en el camino ellos cantaban este Salmo. En este Salmo notamos cómo ellos fijaban su mirada en la fuente que de verdad podía darles la ayuda oportuna, el consuelo, la fortaleza, la visión y la esperanza de un futuro seguro. Ellos declaraban su confianza en aquel quien los observaba y cuidaba a lo largo de todo el camino.

"Levantaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro?" (Sal.121:1) LBLA

¿En quién ponemos la mirada? (Hebr.11:24-27 / Hebr.12:1-2)
  • para tener valor y vivir una vida que marca la diferencia,
  • para rehusar las cosas temporales y alcanzar lo verdadero,
  • para preferir o aceptar el sufrimiento temporal por alcanzar lo eterno,
  • para no temer lo que la gente le pueda hacer y más bien poner su confianza en la Roca eterna,
  • para seguir firme en el camino de la verdad y llegar bien a la meta, 
  • para superar todos los desafíos que se le presenten en el camino.
Existe el peligro de poner la mirada en el lugar equivocado
Cuando nos encontramos en momentos difíciles o cuando queremos asegurar que no nos ocurra nada malo somos tentados a buscar la ayuda en el lugar equivocado.
  • Si nos va bien y tenemos éxito tendemos a pensar que fuimos nosotros los buenos, inteligentes y hábiles para alcanzar lo que ahora se ve y olvidamos que es Dios quien nos da las fuerzas, la salud y las habilidades para salir adelante. Nos creemos la fuente de los éxitos y promulgamos la fe en nosotros mismos (Dt.8:17-18 / Dt.9:4 / Is.10:8-14).
  • El temor por lo que nos puede ocurrir en el camino radica frecuentemente en que hemos depositado nuestra confianza precisamente en aquellas cosas y personas que cambian, que son inciertas, que son inestables, que además no son perfectas y que nos han desepcionado. Tendemos a construir nuestra vida sobre arena (Hebr.13:5-6 / Mt.6:25 / Mt.7:24-27). O como lo dice la Biblia en otro lado: confiar en Egipto, en sus carros, en su gente y en su fuerza es una trampa con resultados costosos (Is.31:1 / Is.30:16 / Is.36:10 / Sal.33:16-17 / 2Cron.16:7 / Jer.2:13 / Jer.17:5 / Sal.146:3-5).
  • El ejemplo de Pedro
"Entonces Pedro lo llamó: - Señor, si realmente eres tú, mándame que vaya hacia ti caminando sobre el agua. - Sí, ven - dijo Jesús. Entonces Pedro se bajó por el costado de la barca y caminó sobre el agua hacia Jesús. Pero, cuando vio el fuerte viento y las olas, se aterrorizó y comenzó a hundirse. «¡Sálvame, Señor!» - gritó. De inmediato, Jesús extendió la mano y lo agarró. «Tienes tan poca fe - le dijo Jesús -. ¿Por qué dudaste de mí?»." Mt.14:28-31 NTV
NO FUERON LOS VIENTOS FUERTES ni las olas violentas que en aquel momento pusieron en peligro la vida de Pedro - Pedro alejó la mirada de Jesús y la puso en lo que lo rodeaba, la tormenta, las olas, las leyes naturales, etc., y DUDÓ DE JESÚS y de SU Palabra.
En cualquier momento/tiempo de tormenta o tensión - y también en cualquier buen momento - la mirada puesta fijamente en Jesucristo nos trae dirección, propósito, consejo, paz, consuelo y restauración.
Y si nos encontramos en momentos críticos, de estrés, de confusión, de dudas, de miedo, de sufrimientos de pérdidas, etc. - Mirar a Jesús es recordar la Palabra de Dios, Sus promesas; es recordar aquellos momentos en los que vimos el poder de Dios actuando en nuestra vida; además podemos SIEMPRE acudir a Jesús en oración. Él no está lejos. Él escucha nuestras oraciones y es poderoso para ayudar (Sal.120:1 / Sal.18:6 / Sal.107:13 / Sal.118:5 / Sal.103).
". . . Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe. . . ." (Hebr.12:1-2) NTV

"Mi socorro viene del SEÑOR, que hizo los cielos y la tierra" (Sal.121:2) LBLA

Los israelitas hicieron una declaración poderosa:
  • El SEÑOR creador del cielo y de la tierra, y no los dioses falsos o los ídolos de las naciones, es quien ayuda de verdad - Él es el verdadero Dios (Jer.10:11).
  • El SEÑOR es el poderoso quien está sobre todo lo terrenal y pasajero. Él controla el hoy y el mañana.
La mirada fijada en el SEÑOR Jesús, quien es el poderoso y quien no cambia; es esta mirada la que nos da la seguridad y la visión correcta para vivir una vida en paz, una vida que con paciencia (perseverancia) vence los momentos difíciles, y que además ayuda a marcar la diferencia en un mundo cambiante, caótico y lleno de imprevistos. Jesucristo es la firme Roca en la cual debemos anclar nuestra fe (Hebr.12:1-3 / Is.45:22 / Miq.7:7 / Jn.6:40 / Jud.20-21 / Is.17:7-8). La confianza en el SEÑOR es la clave: Él es quien nos provee seguridad, prosperidad, ayuda divina en el caminar diario y a través de cualquier circunstancia (Sal.37:3-7 / Sal.115:9-11 / Sal.125:1 / Is.12:2 / Is.26:3-4 / Jer.17:7-8 / Prov.3:5-6).

El SEÑOR bueno y perfecto es el mismo siempre y no cambia como una sombra en movimiento (Stg.1:17 / Apoc.1:8); SU poder divino es el mismo siempre y cada generación puede contar con ese poder (Hch.1:8 / Is.41:4). 
El mensaje de la Palabra de Dios es el mismo - no hay que añadirle nada ni quitarle algo. Es el mismo mensaje para todas las generaciones y todos los tiempos (2Tim.3:16-17 / Mt.28:18-20); Las promesas de Su amor y de Su presencia son las mismas siempre (Sal.103:17 / Mt.28:18-20); Si Dios demostró en el pasado SU amor en Cristo rescatándonos de la perdición, lo seguirá haciendo hoy (Hebr.2:17-18 / Hebr.4:14-16). 
EL ES DIGNO DE NUESTRA CONFIANZA. Y recuerde que el llamado también sigue siendo el mismo (Jn.14:12 / Mt.28:18-20 / Mt.10:7 / Mt.4:19).

"¡El SEÑOR mismo te cuida! El SEÑOR está a tu lado como tu sombra protectora" (Sal.121:5) NTV

Seis veces aparece en este Salmo la palabra "SHAMAR" que significa cuidar, proteger, vigilar (Sal.121:3.4.5.7.8).
  • El camino puede ser difícil, pero el SEÑOR conoce el camino y los desafíos que estos representan. Él cuida que nuestro pie no resbale (Sal.91:12 / Prov.3:23.26 / Sal.91:10-12) El cuida las sendas de los justos (Prov.2:8). Él nos guía por el mejor sendero para nuestra vida, nos aconseja y vela sobre nosotros (Sal.32:7-8). No solo nos cuida para que en esta tierra no enfrentemos tropiezos, sino que nos guarda para que lleguemos bien al final de la carrera espiritual (1Pe.1:5 / Jud.24 / 2Tes.3:3). El sabe cuantos cabellos tenemos sobre la cabeza (Mt.10:28-30). Si el Señor no cuida la ciudad de nada vale lo que hacen los guardianes (Sal.127:1 / Sal.33:16-18 / Prov.21:30-31 / 1Cor.3:7).
  • Otros dioses pueden estar distraídos o dormidos como Baal en 1Re.18:27, pero el Dios creador del cielo y la tierra es Dios siempre presente y atento a nuestro caminar (Is.8:9-10).
  • Nuestro Protector es Dios quien nos acompaña a lo largo de todo el camino, sea fácil o sea complicado lleno de desafíos. La historia de Israel y como Dios los acompañó en todos los momentos guardándolos con toda diligencia nos anima - partió el mar rojo para que pasaran con pie seco; los egipcios murieron tratar de perseguir a Israel porque Dios intervino en el momento correcto; milagrosamente proveía comida y agua en el desierto; protegía al pueblo de todo tipo de peligros mientras andaban por el desierto; sanó a Su gente de todo tipo de enfermedades; hizo que las murallas de Jericó cayeran, le daba la victoria al pueblo sobre los enemigos que los querían destruir (2Tes.3:3 / Jud.24 / Sal.91:10-12 / Prov.3:26). 
  • Él es Dios presente (Is.49:10 / Sal.91:1 / Is.25:4 / Hch.18:10 / Hch.23:11 / 2Tim.4:17-18 / Is.43:2 / Mt.28:18-20).
  • "El SEÑOR te protege al entrar y al salir, ahora y para siempre" (Sal.121:8). El Salmo 121 no nos enseña que nunca vamos a pasar por momentos difíciles o que nunca vamos a tener problemas (Jn.16:33 / Rom.8:35-39 / 2Tim.1:12 / 2Tim.4:18).
Hay suficientes ejemplos en la Biblia de personas que pasaron por valles de sombra y de muerte: Job, José, Daniel, Pablo, Jesús, etc. - y nosotros vamos envejeciendo y en algún momento tenemos que morir, si es que Jesús no viene antes. 
La verdad es que en medio de momentos difíciles Dios vigila nuestras vidas, nos guía y cumple Sus propósitos en nosotros (Gn.28:15). 
Y si problemas físicos y externos nos tocan, Dios siempre preserva nuestras almas. Los ejemplos arriba mencionados pasaron en sus vidas momentos muy difíciles, sin embargo, esas cosas nunca destruyeron a estos hombres. En medio de los problemas Dios los cuidaba. En el caso del apóstol Pablo vemos que finalmente los enemigos terminaron quitándole la vida física, pero jamás pudieron destruir a Pablo - no importa lo que nos pueda pasar, nada y nadie nos puede separar de Cristo y de Su amor para con nosotros (2Cor.5:8 / Mt.10:28 / Rom.8:35-39 1Pe.1:5)

ORACIÓN FRENTE A TANTA INCERTIDUMBRE EN EL MUNDO: 

"El SEÑOR es mi fortaleza y mi escudo; confío en él con todo mi corazón. Me da su ayuda y mi corazón se llena de alegría; prorrumpo en canciones de acción de gracias" (Sal.28:7) NTV

"Pero benditos son los que confían en el SEÑOR y han hecho que el SEÑOR sea su esperanza y confianza. Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdes y nunca dejan de producir fruto" (Jer.17:7-8) NTV

martes, 8 de enero de 2019

No hay ley que sirva


“¿No se dan cuenta de que todo lo que entra en la boca va al estómago y después se echa en la letrina? Pero lo que sale de la boca viene del corazón y contamina a la persona. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los robos, los falsos testimonios y las calumnias. Éstas son las cosas que contaminan a la persona, y no el comer sin lavarse las manos” (Mt.15:17-20) NTV
Hoy día se escucha de la mucha corrupción que se vive en todos los niveles de la sociedad; igualmente la inmoralidad, los abusos, la violencia, la mentira y el engaño son pan de cada día. No importa el nivel de educación que tenga la gente o de qué grupo social venga; todos, de una u otra manera, no pasamos el examen. Algunos proponen como solución que se hagan leyes aun más fuertes. La realidad es que ninguna ley, no importando cuan buena sea, va a ser suficiente para resolver este problema que tenemos los humanos - tanto a nivel personal como a nivel de toda la sociedad.
El apóstol Pablo dice de sí mismo y en relación con el cumplimento de las leyes divinas: "Sabemos, en efecto, que la ley es espiritual. Pero yo soy meramente humano, y estoy vendido como esclavo al pecado . . . Ahora bien,  si hago lo que no quiero,  estoy de acuerdo en que la ley es buena; . . . Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo" (Rom.7:14.16.18) NVI
El problema de los humanos no radica en las leyes. El desorden que creamos tampoco radica necesariamente en los factores exteriores que nos rodean. La Biblia nos dice claramente que la fuente de todos los males radica en un corazón dañado, corrompido y esclavo del pecado. 
Un árbol malo no puede producir buenos frutos (Mt.7:16-20 / Mt.12:34). Si el árbol es bueno va a producir buenos frutos (Mt.12:33 / Lc.6:43-44). La Palabra de Dios hace entender claramente que los frutos que una persona produce en su vida, dependen de las raíces - 'del corazón mana la vida' (Rom.11:16 / Stg.1:14-15 / Stg.3:12 / Prov.4:23). Del estado del corazón depende todo (Tit.1:15). Isaías nos dice además que el corazón del humano es por naturaleza extremadamente engañoso y perverso - ahí encontramos la raíz del problema (Is.17:9).
Jesús enseña diciendo que la raíz o fuente de nuestra vida es el corazón. Del corazón es que salen las diferentes cosas que se manifiestan en la vida (Mt.15:17-20 / Mt.12:34). Dios le dio al hombre el potencial para dar buenos frutos en su vida, pero en algún momento dado, algo pasó y los frutos que el hombre produce ahora son malos (Is.5:2-4 / Jer.2:21). 
El escritor de Hebreos nos hace un llamado serio cuando nos dice que hay gran peligro si dejamos de recibir la gracia de Dios - esto nos expone a que lo malo en el corazón brote libremente y nos termine dañando la vida (Hebr.12:15). Cuando una persona insiste en rechazar la gracia y la obra de Dios en su vida, llega el momento cuando Dios los deja a la deriva para que hagan lo que su corazón rebelde les dicte. Sin embargo, el final es desastroso (Rom.1:24 / Ef.4:18 / Hebr.3:8.10.12.15). 
El corazón debe experimentar un cambio radical, se tiene que convertir (1Pe.1:23 / Ef.4:23-24 / Col.3:9-10). Solamente con la intervención de Dios es que una fuente amarga puede ser cambiada en una fuente de agua dulce (Ex.15:22-25 / 2Re.2:19-22). La solución no se da al tratar de arreglar comportamientos externos con más leyes (tampoco nos ayudan más leyes religiosas - lea Mt.15:1-20); y tratar de usar nuestras propias fuerzas para cumplir las leyes o las expectativas tampoco lleva al éxito. Tampoco hay solución al meramente cumplir algunos rituales religiosos y seguir teniendo en el corazón intenciones malas, pensamientos inmundos - el secreto está en un corazón cambiado por el poder de Dios (Rom.2:29). Con un corazón cambiado queremos y podemos obedecer los mandamientos de Dios (Rom.5:5 / Rom.6:17). 
Dios purifica nuestro corazón por medio de la sangre de Cristo (Hebr.10:22) y pone sus leyes en nuestro corazón; eso hace la diferencia (Hebr.8:10). Cuando aceptamos humildemente la Palabra de Dios, que es sembrada en nuestros corazones, veremos la salvación de nuestras almas (Stg.1:21). Si Cristo habita en nuestros corazones, entonces ahora desde allí pueden brotar el amor y la vida de Cristo (Ef.3:17 / 1Tim.1:5). Podemos vivir una vida diferente porque Él da el querer como el hacer - Él es ahora el motor que nos impulsa a hacer lo que a Dios le agrada (Filp.2:12-13 / Hebr.13:21). 
ASÍ QUE: Primeramente debemos someter a Dios nuestras vidas para ser salvos y ser nuevas criaturas creados en Cristo para buenas obras (Ef.2:1-10 / 2Cor.5:17). No endurezcamos el corazón cuando Dios nos quiere hablar o tratar con nosotros para traer cambios de corazón (Hebr.4:7). Alejémonos de todo lo que pueda ocupar el lugar de Dios en nuestros corazones (1Jn.5:21). Cuidemos que nuestra lealtad no esté dividida entre Dios y el mundo (Stg.4:8). El escritor de Proverbios nos hace el llamado: "Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque éste determina el rumbo de tu vida" (Prov.4:23) NTV - (Prov.23:19).
"Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan. Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna" (Sal.139:23-24).

sábado, 5 de enero de 2019

Una palabra a los líderes Ma40

"Me has oído enseñar verdades, que han sido confirmadas por muchos testigos confiables. Ahora enseña estas verdades a otras personas dignas de confianza que estén capacitadas para transmitirlas a otros" (2Tim.2:2) NTV

El gran apóstol Pablo llamó en uno de sus primeros viajes misioneros al joven Timoteo para que lo acompañara en su labor misionera. Pablo vio el potencial que tenía este joven quien a esta altura de la vida manifestaba una cierta madurez como cristiano (Hch.16:1-3).
La relación de Pablo y Timoteo se tornó pronto en una relación muy cercana de 'padre - hijo' (1Cor.4:17). En un momento dado Pablo lo llegó a estimar tan alto porque no había encontrado a otro como él en cuanto a su entrega, lealtad y fidelidad en el ministerio (Filp.2:19). 

La gente veía a Timoteo viajando y ministrando junto a Pablo. Estos dos hombres (el 'padre' y el 'hijo') aprendieron a trabajar en equipo. Pablo vivía invirtiendo en este joven prolífico, de quien esperaba que invirtiera en otros (2Tim.2:2). El apóstol aseguraba que Timoteo fuera alimentado con el mensaje de la fe y la buena enseñanza (1.Tim.4:6 / 2Tim.3:14). Además notamos que Pablo modeló una vida cristiana y ministerial digna de ser imitada por Timoteo (2Tim.1:13 / 2Tim.3:10.14). En cierto momento al apóstol Pablo le confió a Timoteo responsabilidades mayores - delegación responsable. En cierto momento le fue encargada la iglesia en Efeso para arreglar asuntos críticos por los que estaba pasando esta iglesia (1Tim.1:1-3 / 1Tim.4:11 / 1Tim.6:3 / 1Tim.6:17). 
Las cartas de Pablo a Timoteo nos relatan las tantas recomendaciones y enseñanzas transmitidas a este líder emergente y compañero de milicia - notamos el gran interés de Pablo por ver al joven Timoteo prosperar en la vida y en el ministerio. Timoteo llegó a ser un líder reconocido que impactó vidas, iglesias y naciones. Gracias a la inversión de un líder mayor en la vida de un líder menor, Timoteo llegó a ser un obrero eficaz en la obra del Señor.

PREGUNTAS y APLICACIÓN
  • ¿Qué haría usted si Dios envía a su vida a un joven como Timoteo? ¿Está usted preparado/a para discipularlo/a entrenarlo/a, formarlo/a?
  • Si Dios le envía a un nuevo creyente ¿cuáles serían los primeros pasos que usted tomaría para discipularlo? ¿Por qué? Explique
  • Piense en las personas que usted ha podido influenciar; ¿Ha sido su influencia buena? ¿Qué cambiaría?
  • ¿Qué cualidades tenía Pablo que usted también quiere tener? ¿Qué puede hacer para adquirir esas cualidades?
DIOS COLOCA CON PROPÓSITO A CIERTAS PERSONAS EN NUESTRO CAMINO. APROVECHEMOS BIEN ESTAS OPORTUNIDADES EN LAS CUALES PODEMOS INVERTIR EN LA VIDA DE NUEVOS CREYENTES Y LÍDERES EN DESARROLLO: DISCIPULANDO, ENSEÑANDO, ACOMPAÑANDO, MODELANDO,  MENTOREANDO, LIBERANDO, ORANDO Y CELEBRANDO SUS ÉXITOS.

viernes, 4 de enero de 2019

Por siempre el mismo

'Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre' (Hebr.13:8) (NTV)
Dios creó los cielos y la tierra; estos se desgastan, perecerán y serán cambiados. Sin embargo, Dios permanece para siempre (Hebr.1:11-12 / Sal.102:25-27). La hierba nace, crece y desaparece, pero el amor del Señor es eterno y siempre está con los que le temen; el hombre es como la hierba (Sal.103:15-18). Dios no cambia como los astros ni se mueve como la sombras (Stg.1:17). 
Ministros y líderes vienen y van. Todos los humanos vienen y van. La tierra y el universo tiene sus tiempos. Todo en el mundo surge y en algún momento desaparece. PERO la fuente de vida y de poder, Jesucristo, es el único que permanece. Su ayuda, Su gracia, Su misericordia, Su poder, su Palabra no cambian porque Él no cambia. Jesucristo nunca tiene que ser reemplazado, nada se le puede añadir ni cambiar (Hebr.7:24). AYER vino a este mundo, sufrió, murió y resucitó para redimirnos y traernos salvación (Rom.5:10 / 2Cor.5:18-21). HOY está exaltado y está sentado a la diestra de Dios Padre y es nuestro sumo sacerdote - Él ora hoy por nosotros y nos extiende misericordia, gracia, perdón y vida eterna (Rom.8:34 / Hebr.2:17-18 / Hebr.4:14-16 / Hebr.7:25 / Hebr.9:24 / Is.53:12 / Jn.16:23 / Jn.17:20-24 / 1Jn.2:1-2). POR SIEMPRE Él es el mismo.
El SEÑOR fue, es y será el el mismo por siempre (Stg.1:17 / Apoc.1:8). El poder es el mismo (Hch.1:8 / Is.41:4). El mensaje es el mismo (2Tim.3:16-17 / Mt.28:18-20). El llamado es el mismo (Jn.14:12 / Mt.28:18-20 / Mt.10:7 / Mt.4:19). Las promesas son las mismas (Sal.103:17 / Mt.28:18-20). ¿Por qué entonces vamos a perder la esperanza, la fe y el amor? No desmayemos (Hebr.12:1.5 / Is.40:31). No perdamos el rumbo (Hebr.2:1 / 2Cor.4:16). Y si por alguna razón nos hemos cansado podemos acercarnos a Él quien está presto a revivirnos (Mt.11:28).
Ya que sus decretos y sus mandamientos siguen siendo los mismos, como Él sigue siendo el mismo (Su Palabra no cambia), no hay que inventar algo nuevo para fascinar a la gente. Prediquemos al Cristo de ayer, de hoy y de siempre. El llamado del apóstol Pablo a Timoteo sigue vigente para nosotros hoy día:
"Te encargo solemnemente, en la presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, por su manifestación y por su reino: Predica la palabra; insiste a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con mucha paciencia e instrucción. Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos; y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a mitos" (2Tim.4.1-4) LBLA

jueves, 3 de enero de 2019

El lugar mío . . .


". . . ¿Puedo acaso tomar el lugar de Dios? Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente" (Gn.50:19-20) NVI

José vivió momentos muy difíciles cuando los hermanos lo vendieron injustamente a los ismaelitas, cuando la mujer de Potifar lo acusó falsamente y cuando el preso al que le interpretó los sueños se olvidó de él (Gn.37 a Gn.50). Todas esas experiencias fueron suficiente causa para responder con venganza o amargura. José, sin embargo, venció la tentación de reaccionar con amargura y venganza.José no se dejó llevar por los sentimientos heridos, sino más bien se dejó regir por sus valores espirituales. No permitió que experiencias del pasado influenciaran su comportamiento y sus decisiones presentes ni su futuro – el respondió al mal que le fue causado haciendo el bien (Gn.50:19-21 / Rom.12:17-21). Porque José tomó su lugar siguiendo los mandamientos de Dios llegó a ser un instrumento útil en las manos de Dios.
"Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes" (Col.3:13) NVI