sábado, 13 de enero de 2018

La gracia redentora y empoderadora

"Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto que, a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos. (¡Es sólo por la gracia de Dios que ustedes han sido salvados!) Pues nos levantó de los muertos junto con Cristo y nos sentó con él en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo Jesús. De modo que, en los tiempos futuros, Dios puede ponernos como ejemplos de la increíble riqueza de la gracia y la bondad que nos tuvo, como se ve en todo lo que ha hecho por nosotros, que estamos unidos a Cristo Jesús. Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo. Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás" (Ef.2:4-10) NTV

La gracia salvadora nos enseña que la salvación eterna no depende de obras o esfuerzos hechos por los humanos sino de la misericordia divina que otorga/regala el perdón, la vida eterna y la salvación. El hombre responde con fe en Jesús y en Sus promesas - somos justificados gratuitamente. La parte del humano es abrazar ese regalo de Dios (Ef.2:5-10 / Rom.3:22-26 / Rom.4:14 / Rom.11:6 / Jn.3:14-18,36 / Jn.5:24 / Jn.6:35,40 / Hch.13:39 / Hch.15:7-9 / Hch.16:31 / Gal.3:14,22 / 1Jn.5:10-12).

Sin embargo, es importante notar que la gracia recibida no nos hace perezosos e inactivos. La gracia de Dios nos empodera para vivir una vida que marca la diferencia. De hecho, la Biblia dice lo siguiente respecto a la gracia y sus efectos sobre nosotros los que creemos en Cristo como nuestro Salvador y Señor:

  • Ella impide que nos gloriemos de algo que creemos que podemos hacer en favor de nuestra salvación (Ef.2:8). Un regalo es un regalo y por éste no se paga. La gloria es para Dios quien nos da el relgao de la vida eterna.
  • La gracia bien entendida y recibida causa que tengamos una actitud favorable, una personalidad agradable (Ln.2:40 / Lc.4:22 / Col.4:6). La gracia cambia nuestro carácter. La gracia nos muestra nuestra dependencia de Dios. Ella nos muestra el amor de Dios y cómo vivir para agradarle a ÉL.
  • Ella nos empodera para trabajar en el ministerio para Dios - obra para que seamos celosos de buenas obras (Tit.2:11-15 / 1Cor.15:10 / 2Cor.8:6 / Rom.1:5 / Rom.12:6 / 1Cor.3:10 / Gal.2:9 / Ef.2:10 / Ef.3:7). La gracia además nos otorga dones para el servicio (1Cor.12). 
  • Ella nos lleva a ser generosos (1Cor.16:3 / 2Cor.8:6,19 / 2Cor.9:8). Recibimos gracia, por eso podemos dar, ser generosos. La generosidad no nace porque con ella queremos manipular a Dios, sino porque es parte de una vida cambiada por Dios, es una acción de agradecimiento, es una expresión de la nueva vida. 
  • La gracia bien entendida y recibida nos mueve a dejar el pecado y a ser obedientes a Dios (Rom.6:14-17 / Tit.2:11-15).

“La gracia barata es la predicación del perdón sin requerir arrepentimiento, el bautismo sin la disciplina de la iglesia, la Comunión sin la confesión, la absolución sin la confesión personal. La gracia barata es la gracia sin discipulado, es la gracia sin la cruz, es la gracia sin Jesucristo  vivo y encarnado” (Dietrich Bonhoeffer en El Costo del Discipulado)

"Porque la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a todos los hombres, enseñándonos, que negando la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este mundo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús, quien se dio a sí mismo por nosotros, para REDIMIRNOS DE TODA INIQUIDAD y PURIFICAR PARA SI UN PUEBLO PARA POSESION SUYA, celoso de buenas obras. Esto habla, exhorta y reprende con toda autoridad. Que nadie te menosprecie" 
(Tit.2:11-15) LBLA


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