martes, 2 de noviembre de 2021

¿malas experiencias?

 ¿Alguna vez ha tenido alguna mala experiencia con amigos, con cristianos, con iglesias, con líderes? Algunos tratamos de superar esas situaciones. Sin embargo, las heridas pueden generar amargura, resentimiento, desconfianza, ira, y llevarnos a tomar malas decisiones - nos alejamos de la gente, de la iglesia, de Dios. El mandato: 'Sobre todas las cosas guardadas cuida el corazón' hay que tomarlo en serio si queremos vivir en victoria y en gran paz con nosotros mismos, con la gente y con Dios (Prov.4:20-27).

¿Qué nos ayuda a superar esas experiencias dolorosas, a permanecer fieles a Dios y a vencer al mundo? Mirando el asunto de cerca reconocemos que la decepción radica normalmente en que ponemos la mirada y la confianza en la gente, en el dinero, en las instituciones y no en Dios. Todas las personas - aun cristianos y todo tipo de cosas en la vida nos van a decepcionar en algún momento. Ah, y no podemos negar que nosotros mismos también podemos herir a otros (Stg.4:8-10 / 2Cor.7:9 / 1Jn.1:8-10). Pero seamos sinceros, allá afuera en el mundo la vida no es mejor. De hecho es peor. Triste que algunos prefieran ese camino (1Jn.5:19). 

El que en una iglesia podamos tener malas experiencias se debe a que aun vivimos en un mundo caído y los cristianos, salvos por gracia, aun nos encontramos en un proceso de crecimiento, no somos perfectos. Declararnos víctimas no ayuda. Echarle la culpa a otros por nuestro estado personal de decepcionados es ser irresponsable. Terrible si pensamos que atacando al otro solucionamos algo. Basar nuestra vida sobre nuestras emociones es peligroso. La solución está en fijar la mirada en aquel que nunca cambia y que ama con amor inagotable (Hebr.12:1-3). Pero también debemos cuidar que no brote ninguna raíz venenosa de amargura en nosotros y nos trastorne. ¿En quién confiamos?¿Quién es nuestro refugio? ¿Cómo está nuestro corazón? Auto-exámenes regulares nos convienen para hacer luego los ajustes personales necesarios.

Leamos con cuidado los siguientes pasajes bíblicos para que nos exhorten, animen, enfoquen y lleven a buen puerto:

". . .  todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?" (1Jn.5:4-5) NVI.

"Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el SEÑOR me mantendrá cerca" (Sal.27:10) NTV.

"Es mejor refugiarse en el SEÑOR que confiar en la gente. Es mejor refugiarse en el SEÑOR que confiar en príncipes" (Sal.118:8-9) NTV.

ASIMILANDO

no dude en leer los contextos de los textos

[1] LEA las citas arriba anotadas. ¿Qué dicen estos textos? ¿Qué significan estos pasajes para nosotros hoy día? ¿Qué lecciones aprendemos de ellos y de esta meditaciones? 

[2] ¿Hay algo de lo cuál deba arrepentirse? ¿Hay algo que deba cambiar en su vida, alguna actitud, alguna costumbre? ¿Qué pasos debe tomar para cumplir con el mandato de Cristo? 

[3] Use este estudio para reflexionar y dialogar al respecto con otra persona, con la familia o un grupo pequeño. ¿Con quién y cuándo quiere compartir lo aprendido?

[4] ORE(n) a Dios Padre en el cielo usando estos versículos.