jueves, 11 de enero de 2018

Palabra - Fe - Predicación

“Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo” (Rom.10:17) NTV

EL FUNDAMENTO DE LA FE VERDADERA es la Palabra de Dios. La fe es el resultado de escuchar, de estudiar, de meditar, de leer y de exponerse a la Palabra de Dios. Nadie puede creer en Dios sin primero haber escuchado de Él (Rom.10:14). El Evangelio es el poder de Dios para salvación (Rom.1:16). La fe EN CRISTO es nuestra esperanza (Col.1:4-6). Es la Palabra de Dios recibida, abrazada, creída que hace su obra en nosotros (1Tes.2:13). El apóstol Pablo insiste que es la FE EN LA VERDAD – no una fe en la fe (2Tes.2:13-14). Santiago igual nos dice que es la palabra de Dios recibida con humildad, implantada en nosotros, la que nos hace nacer de nuevo (Stg,1:18-21 / VER TAMBIÉN 1Pe.1:23-25).

Por estas razones debemos dedicarnos con interés sincero a la lectura, al estudio, a la meditación de la Palabra de Dios (Sal.1:1-3 / Jos.1:8). Aprendamos a estudiar y a meditar en la Biblia. Hagamos todo lo necesario para que la Palabra de Dios habite abundantemente en nosotros (Col.1:16). SOLAMENTE ASÍ veremos cómo se fortalece nuestra fe y cómo la palabra hace su obra en nosotros.

A LOS QUE PREDICAMOS y enseñamos a la iglesia debemos recordar que hemos sido llamados a predicar la Palabra de Dios y a no hacer declaraciones vacías o hacer anuncios basados en los deseos egocéntricos humanos o predicar mitos y filosofías huecas. Estudiemos debidamente y prediquemos con claridad la Palabra de Dios. Así veremos luego cómo la gente llega a la fe verdadera en Cristo y cómo los creyentes son fortalecidos en su fe, sus vidas son cambiadas a la imagen de Cristo y son preprados para toda buena obra. Prediquemos la palabra de Dios (2Tim.4:2-5 / 1Tim.4:15-16 / Tit.1:9 / 1Tim.4:6-7,11-16 /2Tim.3:16-17). Manejemos con precisión la palabra de verdad (2Tim.2:15). RECUERDE que como maestros seremos juzgados con más severidad. Alimentemos y pastoreemos con responsabiliad al rebaño de Dios (Stg.3:1 / Hch.20:25-28).

“Ten mucho cuidado de cómo vives y de lo que enseñas. Mantente firme en lo que es correcto por el bien de tu propia salvación y la de quienes te oyen” (1Tim.4:16) NTV
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