(Lc.4:18 / / Hch.10:38 / Lc.4:1.14
/ Mt.3:16 / Isa.11:2-4 / Mt.3:11 / Lc.24:49
/ Hch.1:8 / Joel 2:28-32 / Hch.2:16-21)
Cuando observamos la vida y el ministerio de Jesús en los Evangelios nos
damos cuenta que sin el poder del
Espíritu Santo Jesús no hacía nada. Por medio del poder del Espíritu Santo
es que anunciaba las Buenas Nuevas y sanaba a los enfermos, los milagros
ocurrían y el Reino de Dios se manifestaba (Lc.4:18). La unción significa por un lado que Dios lo apartó para
semejante ministerio, pero también nos dice que Dios lo empoderó para llevar a
cabo el ministerio a la manera de Dios. Si
Jesús requería de poder del Espíritu Santo, entonces cuánto más lo necesitamos
nosotros Sus servidores que quieren hacer las cosas que Jesús nos ha
llamado hacer y hacerlas a la manera que Jesús quiere que las hagamos.
Stanley M. Horton comenta que el
programa de Cristo es que el Evangelio se extienda por todo el mundo (Hch.1:8).
El poder para lograr llevar a cabo semejante tarea es el poder del Espíritu
Santo. A través del libro de los Hechos hay una gran conciencia de la presencia
del Espíritu Santo, los discípulos son guiados por Él, como también disfrutan
de una relación especial con el Espíritu Santo. El bautismo con el Espíritu Santo que ellos experimentaron nunca llegó
a ser una simple memoria de algo que ocurrió en el pasado. Siempre fue una
realidad presente.[1]
Según Hch.1:8 el poder de Dios y
el bautismo en el Espíritu Santo están directamente ligados al ministerio. El
ministerio es un asunto de poder (Lk.24:49).
Toda persona que quiera vivir una vida que marca la diferencia y que quiera
servir a Dios en éste mundo con efectividad
jamás puede dejar a un lado la verdad de la necesidad de ser revestido o
ser fortalecido con poder para el ministerio.
En
la segunda carta de Pablo de Pablo a Timoteo leemos que el apóstol Pablo es
consciente de que pronto partirá de esta vida y que Timoteo tendrá que
enfrentar en el futuro los asuntos de la iglesia y de su vida sin el apoyo de
su maestro, apóstol y padre espiritual. Para
que Timoteo pueda enfrentar todos los retos existentes y por haber requiere de
fuerzas que de ninguna manera las va a encontrar en sí mismo. Esa fortaleza
requerida por el creyente y ministro la consigue un servidor solamente en Dios.
Dios es la fuente inagotable de poder (2Tim.2:1). El apóstol Pablo había experimentado esa fortaleza
de Dios en el momento en que sus amigos lo habían traicionado, abandonado, y
mientras él tenía que enfrentar los juicios en Roma solo (2Tim.4:14-17). Lea en especial 2Tim.4:17 donde Pablo habla que fue fortalecido por Dios para poder así cumplir
cabalmente la tarea a la que fue llamado, y eso en medio de circunstancias
difíciles.
En el N.T. nos enseña Pablo acerca de
ese poder de Dios:
- Que es necesario para enfrentar los ataques del enemigo (Ef.6:10)
- Que solamente a través de la fortaleza de Dios es que un líder puede vivir en paz en tiempos de prosperidad y en tiempos de escasez (Filp.4:13).
- Que sin el poder de Dios es imposible servir a Dios (1Tim.1:12) Por cierto, el poder de Dios es la base de todo ministerio efectivo (Hch.1:8).
Además
leemos que Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía sino de poder, de amor y
de dominio propio (2Tim.1:7).
Solamente así es que podemos avanzar en la tarea de la expansión del reino de
Dios.
- Josué es animado a ser fuerte para poder cumplir con la tarea encomendada - la conquista de la tierra prometida (Jos.1:6-9).
- David le recomienda a su hijo Salomón que fuera fuerte y que fuera hombre para poder cumplir la tarea como rey del pueblo de Israel (1Re.2:1-3 / 1Cron.22:13).
- Cuando David estaba experimentando un momento de gran estrés en su vida recurrió a Dios para ser fortalecido y así poder enfrentar a los enemigos que le habían causado tanto daño (1Sam.30:1-6).
- Fue en el poder de Dios que Esteban ministró en su tiempo y muchos se convirtieron y otros experimentaron milagros en su vida (Hch.6:8).
De
ninguna manera vamos a sobrevivir los retos y las demandas de la vida y del
ministerio ni vamos a aprovechar las oportunidades de la vida y del ministerio
si no nos fortalecemos continuamente en el poder de Dios.
- El verbo fortalecer en 2Tim.2:1 está anotado en imperativo presente (continuo), lo que significa que el llamado es a estar constantemente fortaleciéndose. La idea es estar continuamente conectado con la fuente de poder divino. De ninguna manera podemos confiar en una experiencia única del pasado, es más bien un continuo llenarse con el poder de lo alto.
- Igualmente notamos que en Ef.5:18 el llamado es a buscar continuamente la llenura con el Espíritu Santo. Es un llamado y es una actividad continua a buscar la llenura del Espíritu Santo. Notamos también que podemos estar llenos de otras cosas (vino, drogas, adicciones de toda clase, etc. / ‘no os embraguéis’ está en presente pasivo imperativo – habla de ser un hábito) que no nos benefician en el caminar con Dios ni nos son útiles para la vida de victoria y que marca la diferencia. Los días malos solamente los podemos sobrevivir bien si aprovechamos bien el tiempo para andar llenos del Espíritu Santo (Ef.5:16).
¿Cuál
es la fuente del poder?
- La verdadera fuente no es la fuerza humana:
Como
servidores de Dios podemos ser tentados a creer que el aplauso y el reconocimiento
de la gente, los estudios y los títulos que tiene o las experiencias adquiridas
lo hace un ministro efectivo y exitoso. Pero la realidad es totalmente otra.
Cuando nos paramos detrás de un púlpito para predicar, y si somos totalmente
sinceros con nosotros mismos, nos damos cuenta que para semejante tarea no
estamos preparados suficientemente, que comparado con las debilidades y a veces
comparado con los fracasos personales, tampoco tenemos lo que se requiere para
poder ser un ministro efectivo. Nos sentimos desnudos e inefectivos.
El servidor
que no admite que en sus fuerzas no puede hacer nada que valga la pena, puede
ser llevado por Dios a un punto en el cual dolorosamente tiene que reconocer
que sin Dios no puede hacer nada. Solamente debemos recordar a Moisés cuando quiso, en sus propias
fuerzas, ayudar a salvar a su pueblo. Allí tuvo que reconocer que así nunca lo
iba a poder cumplir. O recordemos a Pedro
en su intento por proteger a Jesús y que al final terminó negándolo.
Gracias a Dios ellos aprendieron la lección y a pesar de sus fallas Dios los
restauró, educó y preparó para ser hombres que cumplieron su llamado con éxito.
Si
queremos ministrar con poder no podemos
dejar a un lado la experiencia de la gracia de Dios. Debemos llegar a vivir
la realidad de la dependencia de Dios en todo momento, declarar constantemente
nuestra propia bancarrota y estar en manos de la gracia y de la misericordia de
Dios. Esa gracia tiene muchas caras:
salvación por gracia, recibir el perdón no merecido, vivir el favor de Dios en
el cumplimiento de nuestras tareas, experimentar la presencia de Dios, ver las
bendiciones y la ayuda de Dios en nuestra vida en todo momento.
- La verdadera fuente es la fuerza de Dios:
¿Cuál es el
papel del Espíritu Santo en la vida del creyente?
Veamos además el papel que juega el Espíritu Santo para
el ministerio y la vida de un creyente cristiano:
Según la Biblia es el Espíritu Santo quien convence de pecado y lleva al arrepentimiento (Jn.16:8-9), además
es por medio de El que recibimos la
nueva vida y nacemos de nuevo (Jn.3:5 / 1Cor.6:11 / 2Cor.4:13-14 /
Gal.6:8).
Es el Espíritu Santo quien nos da la
confirmación de que somos hijos de Dios (Rom.8:9,14-16 / 2Cor.1:22 /
2Cor.5:5 / Ef.1:13-14). “Guiados por el Espíritu” (Rom.8:14)
significa que nos dirige en una dirección definida. “Selló” (2Cor.1:22)
significa: marcar por razones de
seguridad y protección.[2] Vea lo que dice éste texto: “…nos marcó como propiedad suya y puso Su
Espíritu en nuestro corazón como garantía de lo que está por venir” (NVI). Con esa marca Dios nos protege del alcance
de un extraño y afirma el derecho que El tiene sobre nuestra vida (Ef.1:14 / Ef.4:30).
En el Espíritu Santo somos
santificados (Rom.15:16 / 1Pe.1:2). Sin el Espíritu Santo no podemos
agradar a Dios debidamente (Rom.8:8-9).
El obra en nosotros los dones del
Espíritu Santo (1Cor.12). El obra en nosotros el fruto del Espíritu Santo (Gal.5:22.23).
El Espíritu Santo es nuestro guía
(Jn.16:13 / Mt.15:14 / Lc.6:39 / Hch.8:29 / Hch.10:19-20 / Hch.20:22-23). [a] El nos guiará a toda verdad – doctrinalmente. [b] Nos guiará en las diferentes circunstancias de la vida
para hacer la voluntad de Dios y así cumplir con Sus propósitos (Hch.10:19-20).
·
El
nos recuerda lo que Jesús nos ha enseñado (Jn.14:26
/ 2Tim.3:16 ss / Gal.1:8). La
Palabra de Dios y el obrar del Espíritu Santo no se contradicen.
·
El
Espíritu Santo conoce las cosas profundas de Dios (1Cor.2:10-13) y es la unción que nos enseña (1Jn.2:20,27).
El Espíritu Santo nos ayuda en
las oraciones (Rom.8:25-27 / Jn.4:24) y glorifica a Jesús (Jn.16:14-15 / 1Cor.12:1-3 / 1Jn.4:2-4). La marca del Espíritu Santo es que siempre
va a exaltar a Cristo. Todas las manifestaciones espirituales que no
glorifiquen a Jesús y que no lleven a un acercamiento y a una relación con
Jesús, no son del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo nos equipa con
poder para ministrar efectivamente en este mundo (Hch.1:8 / Hch.4:29-31 /
Hch.6:8-10 / 1Cor.2:4). Jesús fue ungido
con el Espíritu Santo antes de comenzar Su ministerio público, ejecutando
Sus obras poderosas por el poder del Espíritu Santo. Predicó y sanó bajo la unción del Espíritu (Lc.4:18 / Hch.10:38 / Mt.12:28).
Es el Espíritu Santo quien nos da
poder para vencer los ataques del enemigo y poder batallar espiritualmente.
(Ef.6:12 / 2Cor.10:3-5 / 1Jn.4:4). El nos da el poder para una vida rebosante (Jn.7:37-39). Las bendiciones de Dios fluirán a través de los
hijos de Dios llenos del Espíritu Santo (Ef.3:20 / Mt.10:1).
Además nos equipa el Espíritu Santo con habilidades prácticas (Ex.35:30-35) y nos da poder para ministrar
en el mundo y predicar el Evangelio (Hch.1:8).
¿Es
el bautismo en el Espíritu Santo una segunda experiencia?
En el mundo cristiano se observa una especie de división entre aquellos
que creen que el bautismo del Espíritu Santo es una segunda experiencia en la vida
cristiana y aquellos que dicen que el creyente recibe el Espíritu Santo en el
momento del Nuevo Nacimiento y que no requiere de algo adicional. Para poder
responder a éste asunto debemos preferiblemente dejar que la misma Biblia nos
aclare el asunto.
El bautismo con el Espíritu Santo según la Biblia:
Para
ser fuertes en el Señor requerimos ante todo del poder del Espíritu Santo. En
este caso estamos hablando ante todo del bautismo
en el Espíritu Santo, el ser revestidos de poder (Hch.1:8 / Rom.15:19 / Lc.24:46-49 - investidos: vestirse, ponerse un
vestido). El Espíritu Santo nos ha sido dado para que esté en nosotros – esto ocurre cuando
nacemos de nuevo y cuando nuestro espíritu es avivado por Dios (Jn.14:15-17 /
Rom.8:9 / 1Cor.3:16), sobre nosotros – esto ocurre cuando
somos bautizados en el Espíritu Santo, entonces el Espíritu Santo viene sobre
nosotros con poder (Hch.10:44-47 / Hch.19:5-6 / Lc.24:46-49) y con nosotros – esto ocurre cuando aún
no éramos creyentes, entonces el Espíritu Santo nos atraía a Dios (Jn.14:15-17
/ Vers.17 - con: estar al lado / Hch.10:38)
- Para mantenernos llenos del Espíritu Santo nos recomienda Pablo en Ef.5:18-21 que dejemos a un lado la vida desordenada (el pecado siempre entristece al Espíritu Santo y de poder - Ef.4:30),
- que nos dediquemos a practicar la disciplina cristiana de la alabanza y la adoración a Dios
- y que nos dediquemos igualmente a la comunión sana con otros creyentes. Es en esa dinámica de la práctica de las disciplinas cristianas que permanecemos llenos con el Espíritu Santo.
- Fue en medio de la ministración a Dios, de parte de los líderes de la iglesia de Antioquía, que el Espíritu Santo habló (Hch.13:1-3) y cuando Pablo y Silas en la cárcel alababan a Dios las cadenas fueron rotas por el poder de Dios y toda una familia llegó a conocer a Jesucristo como su Salvador (Hch.16:25).
Los discípulos solo pudieron nacer de nuevo, como lo enseña Jesús,
después de que Jesús había resucitado (1Cor.15:1-4 / Jn.7:37-39 / 1Pe.1:3). El
nacimiento de nuevo de los discípulos lo vemos en Jn.20:19ss. Este fue el
primer momento en el cual los discípulos de Cristo pudieron nacer de nuevo de acuerdo
con lo que enseña el N.T. La palabra “sopló”, que aparece en el versículo 22
tiene las mismas características que la palabra que aparece en Gn.2:7. En ambas
citas bíblicas se está transmitiendo vida. En Gn.2:7 se transmite la vida
física y en la cita de Jn.20:22 se está impartiendo la vida espiritual. Podemos
deducir que en Jn.20:22 Jesús los vivificó espiritualmente (Ezeq.37:9-10).
Al recibir aquel soplo en Jn.20:22 parece que no recibieron todo, ya que
Jesús les dice más adelante que tienen que esperar el poder de lo alto
(Lc.24:49 / Hch.1:7-8). Los discípulos debían ser revestidos (Hch.1:8) con
poder “dunamis” = fuerza, poder hábil[3].
La práctica del bautismo en el Espíritu Santo en
el libro de los Hechos
- El día de
Pentecostés (Hch.2:1ss)
·
Todos los
discípulos estaban reunidos en un lugar.
·
Un fuerte
viento acompaña esta experiencia.
·
Como
resultado de ésta experiencia, todos hablan en otras lenguas – en este caso las
lenguas son entendidas por los visitantes a Jerusalén.
·
El
contenido de lo que hablan es las maravillas de Dios.
·
Pedro
explica esta experiencia (Hch.2:16) usando la promesa de Joel 3:1.
- La promesa: Hch.2:38-39
La promesa del Bautismo en el Espíritu Santo no
es solamente para la gente del tiempo de la primera iglesia, sino para todos aquellos
que creen en el nombre de Jesús.
- Es una experiencia que se repite: Hch.4:31
En ésta cita bíblica encontramos una nueva
llenura con el Espíritu Santo. Entre los discípulos que estaban reunidos había
personas que ya habían sido llenas del Espíritu Santo en el evento de Hch.2.
Observamos que la llenura del Espíritu Santo es una experiencia continua.
- En Samaria (Hch.8:12 ss): Esta historia ocurre más o menos dos años
más tarde que la historia de Hch.2.
·
En Hch8:12
leemos que ellos creyeron. Aquí ellos experimentan el nacimiento de nuevo. Esta
experiencia es la primera experiencia que se observa en la vida de estos
creyentes fuera de Jerusalén. También se dejan bautizar en agua a raíz de la
conversión.
·
En Hch.8:15-16
leemos que hay una reunión aparte en la cual experimentan el Bautismo en el
Espíritu Santo. Obviamente no habían recibido en el principio todo lo que Dios
tiene a disposición para los creyentes en Cristo.
- Ananías
ministra al futuro apóstol Pablo (Hch.9:15-17)
·
En Hch.9:17
Pablo es lleno del Espíritu Santo.
·
En
Hch.9:15: Recordemos que Pablo experimentó su conversión en el camino a
Damasco; al recibir Pablo el Espíritu Santo en V.17 está entonces viviendo una
segunda experiencia.
·
Hay
quienes argumentan que Pablo no hablaba en lenguas, pero en 1Cor.14:18
observamos que el sí habló en lenguas.
- En la casa de
Cornelio (Hch.10:44ss) (Más o
menos 12 años después de Hch.2.).
·
En este
caso se experimentan el nacimiento de nuevo y el Bautismo en el Espíritu Santo
al mismo tiempo. Pedro y sus acompañantes sabían que los que habían escuchado
el mensaje habían sido bautizados con el Espíritu Santo porque los oían hablar
en lenguas y alabar a Dios (Hch.11:15).
·
Pedro
compara esta experiencia con la experiencia que los discípulos tuvieron al
principio de la historia de la iglesia en Hch.2.
- Pablo en Éfeso (Hch.19:1ss) -
Este evento ocurre más o menos 25 años después de Pentecostés.
·
En Hch.19:2
el apóstol Pablo le pregunta a unos discípulos lo siguiente: ¿Recibieron
ustedes el Espíritu Santo cuando creyeron? Según el texto podemos deducir que
ellos sí creían en Jesús, pero obviamente no habían sido enseñados en toda la
doctrina cristiana.
·
Después de
que el apóstol Pablo les enseña toda la verdad, estos discípulos reciben el
bautismo en el Espíritu Santo. La señal de que ellos habían recibido el
Espíritu Santo fue el hablar en nuevas lenguas y también profetizaban.
La descripción de la bendición pentecostal
En la Biblia
encontramos diferentes expresiones que hablan de la misma experiencia.
·
“Promesa del Padre” – Esta descripción tiene un aspecto profético
(Hch.1:4 / Lc.24:49 / Is.44:4 / Joel 2:28-29 / Jn.14:6). Obviamente el bautismo
en el Espíritu Santo no existía como una experiencia de los creyentes del A.T.
·
“Bautismo con el Espíritu Santo” – Esta
descripción enfatiza una experiencia inicial (Mt.3:11 / Hch.1:5). Habla de un
momento en el que ocurre algo trascendental y profundo en la vida de un
creyente.
·
“Llenos del Espíritu” – Este término habla de una experiencia
permanente (Ef.5:18 / Hch.6:5). La expresión: “sed llenos” está escrita en
presente imperativo en Ef.5:18. Esto significa un llamado a hacer algo en un
permanente y repetido ejercicio.[4] El ser llenos del Espíritu Santo no es
solamente una única experiencia en la vida, sino un continuo rellenar.
·
“La unción del Espíritu Santo” – Esta expresión enfatiza el ser revestidos
con poder especial para el servicio o ministerio (Lc.4:18 / 2Cor.1:21-22).[5]
Podemos concluir que el bautismo con el Espíritu Santo es una
experiencia que tiene su punto de partida, pero que no es estática. El creyente
debe mantenerse constantemente lleno del Espíritu Santo, o importando cuánto
tiempo lleve como seguidor de Cristo.
Una experiencia tan grande y tan importante como es el bautismo en
el Espíritu Santo indudablemente será
acompañada por evidencias inequívocas, y así no se tendrá duda alguna que en
verdad ha recibido la Promesa del Padre. Algunas de las evidencias son
manifiestas de inmediato, mientras que otras se manifiestan a lo largo de una
vida llena del Espíritu.
a.
Hablar en
nuevas lenguas (Hch.2:4 / Hch.10:44-46).
El libro de los Hechos presenta el hablar en
lenguas, según el Espíritu faculta para hacerlo, como una señal inicial que
acompaña al bautismo en el Espíritu.
·
El hablar
en lenguas no es el bautismo en el Espíritu Santo – es la evidencia inicial,
pero no la única.
·
No se
trata de buscar el hablar en lenguas como si fuera equivalente del bautismo en
el Espíritu Santo. Más bien hay que buscar a Dios y rendirse a Él.
b.
Otras
evidencias y resultados del bautismo en el Espíritu Santo que se observan en
aquellas personas que experimentaron esa verdad bíblica en sus vidas:
·
Declaraciones
proféticas y alabanzas a Dios (Hch.2:4,17 / Hch.10:46 / 1Cor.14:2).
·
Gozo sobreabundante (Hch.2:46).
·
Carga
profunda y deseo sincero de predicar (compartir) el evangelio de Jesús (Hch.1:8
/ Hch.2:14 / Hch.3:11 / Hch.4:31-33 / Hch.5:29-33 / Hch.19:6).
·
Mayor
sensibilidad al pecado que aflige al Espíritu Santo (Jn.16:8).
·
Deseo de vivir
una vida que glorifica a Jesús (Jn.16:13-14 / Hch.4:33).
·
Manifestación
de los dones del Espíritu Santo (1Cor.12:4-10).
·
Mayor
deseo de orar (Hch.2:41-42 / Hch.3:1 / Hch.4:23-32 / Hch.6:4 / Hch.13:1-3 /
Rom.8:26).
·
Amor y
entendimiento más profundos de la Palabra de Dios (Jn.16:13 / Hch.2:42).
La Palabra de Dios nos presenta tres maneras del uso de las nuevas
lenguas.
a.
Hablar
misterios a Dios (1Cor.14:2.4.5.14 / Rom.8:26 / Hch.2:4.11 / Hch.10:45-46 /
Hch.19:6-7).
·
Éste
hablar está dirigido a Dios.
·
El
contenido son misterios que nadie entiende – solo Dios los entiende. Se expresan en oración y cánticos espirituales.
·
El
propósito de éste hablar en lenguas es la edificación personal.
·
En la
práctica es para todos los creyentes en Jesús (Hch.2:38-39 / Hch.10:34-35,44-48
/ Hch.11:15-18).
b.
El mensaje
de Dios a los hombres (1Cor.14:3-5).
·
Está
dirigido a los hombres y a la iglesia. Dios se dirige a la iglesia
(1Cor.14:3-5) usando a hombres y mujeres.
·
El
propósito es la edificación de toda la iglesia, es para convencer de pecado y
para revelación (1Cor.14:3.5.24-25).
·
Dios da
ese don como Él quiere a unos cuantos creyentes y debe ser interpretado para
que todo se haga en orden (1Cor.12:11.14.26-28).
c.
Un mensaje
de Dios a una persona en particular.
·
Dios se
dirige a cierta gente en un idioma que ellos entienden, también puede ser
dirigido a gente no creyente.
·
El
contenido son palabras a los incrédulos. Habla de las obras maravillosas de
Dios.
·
El
propósito es una demostración de la realidad de Dios.
·
En la
práctica lo vemos en Hch.2:4.6.11.
Hablar en lenguas es bíblico y es para hoy día (Hch.2:3-4.38-39). El que
habla en lenguas tiene total control sobre sí mismo (1Cor.14:32.33.40). No es
una señal de que alguien es mejor que otro (Stg.2:1-9). El hablar en lenguas
ayudará a nuestro crecimiento espiritual, pero nunca lo va a sustituir
(Jn.16:5-15). El hablar en lenguas es un don para comunicarse de una manera
especial con Dios, adorarle e interceder (Rom.8:26 / 1Cor.14:14-15). El hablar
en lenguas es la manifestación que identifica a la iglesia del N.T. Los demás
dones ya existían en el A.T. (Hch.2:1-39).
La Palabra de Dios menciona diferentes condiciones bajo las cuales se da
el bautismo en el Espíritu Santo:
·
Ser
creyente en Jesús y haber nacido de nuevo (Hch.2:38-40 / Hch.8:12-17).
·
Tener el
deseo de la plenitud (Jn.7:37-39 / Isa.44:3 / Mt.5:6).
·
Con
frecuencia se recibe la plenitud en respuesta a la oración (Lc.11:13 / Hch.1:14
/ Hch.2:1-4 / Hch.4:31 / Hch.8:15,17).
·
Apartarse
de pecados y del ocultismo (Hch.5:32).
La iglesia primitiva creía que el bautismo en el Espíritu Santo era para
todo creyente y además se aseguraba que toda persona que creía en el nombre de
Jesús fuera bautizada en el Espíritu (Hch.8:14-17 / Hch.9:17 / Hch.19:1-6 /
Joel 2:28-32 / Hch.2:38-39 / Gal.3:13-14).
La manera en que se recibió el Bautismo en el
Espíritu Santo
Es importante notar que no existe una metodología única para que alguien
reciba el poder del Espíritu Santo. Dios en su misericordia provee diferentes
momentos y diferentes maneras para que un creyente reciba el bautismo en el
Espíritu Santo:
·
De
repente, mientras estaban orando esperando en la Promesa del Padre (Hch.2:1-4).
·
Instantánea
e inesperadamente mientras oían un sermón (Hch.10:44-46).
·
A través
de la oración y la imposición de las manos (Hch.8:14-17 / Hch.9:17 / Hch.19:6).
·
A través
de la oración de aquellos que buscan ser llenos con el poder del Espíritu
(Lc.11:9-13 / Jn.7:37-39).
Conclusión
El bautismo con el Espíritu Santo es de vital importancia en relación con la vida espiritual y el servicio cristiano de todo creyente.
El bautismo con el Espíritu Santo es el secreto del poder de la iglesia. Es la
mayor necesidad en toda esfera de actividad cristiana, a fin de que el mensaje
de salvación pueda ser proclamado con la unción divina y así asegurar su éxito.[6]
Si usted ha nacido de nuevo y si no hay cosa alguna que pueda impedir
que el Espíritu Santo venga sobre usted, y si desea hablar en lenguas, entonces
haga la siguiente oración:
“Jesús, bautízame con el
Espíritu Santo. Lléname con tu poder de manera que pueda ser un mejor testigo
tuyo. Gracias Señor; he recibido. Ayúdame ahora a soltar mi lengua espiritual.
Amén.”
Si usted ora esta oración de todo corazón, entonces la Biblia dice que usted ha sido bautizado
ahora con el poder del Espíritu Santo. De modo, que suelte ahora su lengua
espiritual, respire profundo y comience a hablar en su nueva lengua.
[1] Stanley M Horton, What the Bible says about the Holy Spirit. Springfield , Missouri :
Gospel Publishng House 1989. P.138.
[2] Strongs Dictionary, PC Bible Study, Version 2.1I, Seattle : Biblesoft 1998.
[3] Strongs Dictionary, PC Bible Study, Version 2.1I, Seattle : Biblesoft 1998.
[4] Elberfelder Studienbibel mit
Sprachschlüssel. Wuppertal und Zürich: Brockhaus Verlag 1994.
[5] Compare con: Hch 4:27 / Hch.10:38 / Hebr.1.9[5] / 1Sam.10:1 / Ex.28:41 / 1Re.19:16.
[6] Guy P. Duffield y Nathaniel M. Van Cleave,
Fundamentos de Teología Pentecostal. San Dimas, California: Life Pacific Collage 1987, P.329.
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