sábado, 11 de abril de 2020

llamado al auto-examen en tiempos de crisis


"En esos días, le informaron a Jesús que Pilato había asesinado a varias personas de Galilea mientras ofrecían sacrificios en el templo. «¿Piensan que esos galileos eran peores pecadores que todas las demás personas de Galilea? —preguntó Jesús —. ¿Por eso sufrieron? ¡De ninguna manera! Y ustedes también perecerán a menos que se arrepientan de sus pecados y vuelvan a Dios. ¿Y qué piensan de los dieciocho que murieron cuando la torre de Siloé les cayó encima? ¿Acaso eran los peores pecadores de Jerusalén? No, y les digo de nuevo, a menos que se arrepientan, ustedes también perecerán»" (Lc.13:1-5) NTV.

Una de las preguntas que en algún momento hace todo humano tiene que ver con el por qué del sufrimiento. Una rápida reacción es buscar al culpable. Lo notamos en el caso de los amigos de Job (Job 22:5-22), lo vemos en la historia arriba mencionada (Lc.13:1-5), también en el caso del hombre que nació ciego (Jn.9:1-3), y en la historia de Pablo cuando lo mordió una serpiente (Hch.28:4).

En la cita de Lc.13:1-5 aclara Jesús que todo desastre, calamidad, sufrimiento contiene un llamado dirigido a todos. Y ese llamado es al arrepentimiento (Jesús lo dice dos veces en esta historia). Jesús está prácticamente diciendo: 'El tema importante que se desprende ahora de esas tragedias no son los muertos ni otra gente sufriente, son ustedes los vivos. Si ustedes no se arrepienten, también perecerán.' Este llamado es un llamado lleno de amor y de esperanza, nunca de condenación. Dios no quiere que perezcamos y por eso nos llama  auto-examinarnos (2Pe.3:9 / 1Tim.2:1-4 / Jn.3:15-17 / Tit.2:11).
Un desastre o una calamidad puede llevar a que muramos físicamente (también los cristianos), importante es que ya sea que vivamos o que muramos, que seamos de ÉL (Rom.14:8 / 1Tes.5:10 / Filp.1:20,23-24 / Col.1:24 / 2Pe.1:12-15).

La razón para semejante llamado es que de una u otra manera todos hemos pecado, hemos sacado y aun sacamos a Dios de nuestra vida; no le permitimos ocupar el primer puesto. Obtamos por otros amores en nuestra vida - preferimos dinero, fama, sexo, entretenimiento, amigos, familia, etc. Dios nos llama a que nos examinemos y que pongamos nuestra vida en orden para no ser sorprendidos y terminar en el lugar equivocado (Mt.22:37 / Mt.10:37 / Rom.1:22-23 / Rom.3:23 / Rom.6:23).

El arrepentimiento es un cambio en la manera de pensar y un cambio de accionar, entiende que su manera de pensar está equivocada, que su actuar va en contra de las expectativas de Dios, entonces confiesa sus pecados y vuelve a Dios y ordena su vida (Lc.15:17-21 / Tit.2:11-14 / Stg.1:21-25). El que se arrepiente ordena su vida delante de Dios (Mt.3:2,11 / Mt.4:17 / Lc.13:5 / Mt.6:12 / Hch.2:38).

ORACIÓN:
"Puede ser que a veces yo cierre los cielos para que no llueva o mande langostas para que devoren las cosechas o envíe plagas entre ustedes; pero si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, busca mi rostro y se aparta de su conducta perversa, yo oiré desde el cielo, perdonaré sus pecados y restauraré su tierra" (2Cron.7:13-14) NTV.

Padre en el cielo, eterno Dios y fiel Señor; 
Tu que escuchas nuestras oraciones y quien se manifiesta con poder, Tu has dicho que si Tu pueblo, quien lleva Tu nombre, se humilla y ora, y si te busca y abandona su mala conducta, entonces escucharás desde el cielo, perdonarás nuestros pecados y restaurarás nuestra vida y nuestra tierra.

Confesamos hoy que hemos pecado contra Ti. 
Te hemos ofendido y nos hemos corrompido mucho; hemos desobedecido Tus mandamientos, preceptos y decretos. Confesamos que le hemos dado espacio a las pasiones pecaminosas, a la inmoralidad sexual y a la impureza, a la idolatría, a la religiosidad falsa y a la brujería, al odio y a la discordia, a los celos y a los arrebatos de ira, a las rivalidades y al consumismo, a la mentira y al engaño. ¡Perdónanos Señor!

Padre eterno, escogemos hoy servirte de todo corazón 
y con todas nuestras fuerzas; escogemos seguirte obedeciendo Tus ordenanzas. Hoy nos entregamos a una vida de adoración continua, por medio de Jesucristo; ofrecemos sacrificios de alabanza, el fruto de nuestros labios que confiesan Tu nombre; nos dedicamos a hacer el bien y a compartir con otros lo que tenemos; ofrecemos nuestro cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Ti - son estos los sacrificios que a Ti de agradan. Señor, nos complace honrar Tu nombre.

Te pedimos ahora que nos concedas en estos tiempos el proclamar Tu palabra 
sin temor alguno y en el poder del Espíritu Santo. Llénanos con Tu Santo Espíritu. Padre que estás en el cielo, extiende Tu mano poderosa para sanar y hacer señales y prodigios mediante el nombre de Tu santo siervo Jesús. Señor, que en estos tiempos el Evangelio del Reino se predique en todo el mundo como testimonio a todas las naciones. ¡Ven, Señor Jesús!


ASIMILANDO (2 Timoteo 3:16-17)

[1] ¿Qué lecciones aprendió durante este estudio? ¿Qué escuchó que Dios le impresionaba o hablaba durante este estudio?

[2] ¿Qué pasos va a tomar para ejecutar lo aprendido? Sea específico. ¿Cuándo va a comenzar con la aplicación de las lecciones en su vida y ministerio? ¿A quién le va a rendir cuentas acerca del proceso de ejecución de las lecciones?

[3] ¿Cuáles desafíos cree usted que va a enfrentar en la aplicación de las lecciones en su vida y ministerio? ¿Qué cosas ve usted como favorables para la aplicación de las lecciones?

[4] ¿Con quién va a compartir lo aprendido en esta lección? ¿Cuándo le compartirá?

[5] Anote a continuación una petición de oración relacionada con la sesión y la lección. Comparta con otros su petición y permita que ellos oren con usted.

No hay comentarios:

Publicar un comentario