lunes, 21 de diciembre de 2020

manténganse despiertos

 


"Por lo tanto, manténganse despiertos, porque no saben cuándo volverá el dueño de la casa, si al atardecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga de repente y los encuentre dormidos. Lo que les digo a ustedes, se lo digo a todos: ¡Manténganse despiertos!" (Mr.13:35-37) NVI.

Cuando de los acontecimientos del futuro se trata hay siempre preguntas que no se dejan contestar fácilmente. ¿Cuándo regresa Cristo por segunda vez? ¿Cuándo se cumplirán ciertas promesas del Señor? ¿Qué cosas podemos esperar en el futuro? ¿Qué oportunidades y desafíos voy a enfrentar? Todo esto se presta para mucha especulación, pero también para alimentar el temor y la confusión. De lo que puedo estar seguro es que la historia tiene un rumbo. Hay cosas que vienen y que aparecen de repente, otras demoran, algunas nunca ocurren. Lo que Dios dijo que ocurrirá acontecerá - sin embargo, no siempre conocemos los tiempos. Viendo esta realidad es importante estar preparados para recibir ese futuro bien posicionados.

Como vemos, existe un gran peligro: la posibilidad de perder el estado de alerta, de vigilancia espiritual. Por eso se nos dice: "manténganse despiertos". El apóstol Pablo conocía ese peligro y por eso les advirtió, en un cierto momento, a los de Éfeso que estén alertas porque falsos maestros pueden aparecer en cualquier momento y con sus enseñanzas destruir lo que Dios está haciendo en nuestra vida (Hch.20:25-32). En otra oportunidad escribe el apóstol a los de Éfeso y los llama a que despierten del sueño espiritual y que cuiden la manera como viven (Ef.5:13-17). Tristemente leemos que los creyentes de Éfeso, en algún instante de descuido, perdieron el primer amor (Apoc.2:4). 

A los de Tesalónica les dice Pablo: "Así que manténganse en guardia, no dormidos como los demás. Estén alerta y lúcidos" - lúcidos o en sano juicio describe el estado de alerta moral. A Timoteo, su compañero de milicia le recuerda que para ser un buen soldado, batallador eficaz en los conflictos espirituales, y que agrada al que lo reclutó, debe cuidarse y no enredándose en asuntos secundarios - es posible desenfocarse y andar en peleas y asuntos que no avanzan la causa (2Tim.2:3-4 / 2Tim.4:10 / Lc.8:14 / 1Cor.9:24-27 / 1Tim.6:9-12). Para mantenernos en guardia, alertos, lúcidos y bien enfocados debemos usar toda la armadura de Dios protegiendo así nuestra fe en el Cristo crucificado, viviendo intencionalmente en la luz y en amor a Dios y al prójimo (1Tes.5:6-11 / 1Cor.16:13).

El apóstol Pedro nos dice que debemos permanecer alertas frente a las amenazas y tentaciones del diablo (1Pe.5:8); igualmente nos anima a mantenernos lúcidos y tener una mente clara al orar (1Pe.4:7). La iglesia de Sardis tuvo que escuchar el llamado fuerte a despertar porque sus obras no eran perfectas delante de Dios (Apoc.3:2).

Jesús conoce el peligro y nos manda a mantenernos despiertos, ya que no sabemos la hora de la venida de nuestro Señor (Mr.13:35-37 / Mt.24:42-44 / Mt.25:13). Él nos quiere encontrar pendientes de su llegada, preparados, fieles y enfocados en el trabajo que Él nos encomendó (Lc.12:37-48 / Mt.25 / Mt.26). Eso lo podemos hacer al estar vigilantes y orando para que no caigamos en tentación (Mt.26:38-44 / Hebr.4:15) - Jesús se mantuvo despierto y en oración -se preparó espiritualmente- para estar listo y poder enfrentar el evento más grande de su paso por la tierra (Lc.22:41-44 / Ef.6:18). Los discípulos no se mantuvieron, en aquella ocasión, despiertos y, consecuentemente fracasaron terriblemente (Mt.26:56 / Mr.14:50/72).

De Jesús aprendemos que el mantenernos despiertos, el vigilar, tiene que ver con la preparación espiritual y el estado espiritual. En este contexto el llamado es a mantener nuestra ropa lista -ropa libre de manchas de inmoralidad y pecado- para no ser un día avergonzados. Tenemos que entonces cuidar nuestra ropa, nuestro carácter; y remover toda mancha y arruga para ser santos e intachables delante de Dios (Apoc.16:15 / Apoc.3:4,18 / Ef.5:27 / 2Pe.3:14 / Stg.5:2). Siempre preparados para su segunda venida, no importando cuan pronto o inesperadamente llegue ese momento. Entender todo acerca de los últimos tiempos y de los sucesos mundiales no sirve para nada si no nos esforzamos por desarrollar nuestro carácter, por cambiar a la imagen de Cristo y por estar enfocados en la Misión de Dios (1Cor.13:2 / Gal.4:19 / 2Tim.2:3-4 / 2Tim.3:10 / 2Tim.4:1-5).

"¡Tengan cuidado! No dejen que su corazón se entorpezca con parrandas y borracheras, ni por las preocupaciones de esta vida. No dejen que ese día los agarre desprevenidos, como una trampa. Pues ese día vendrá sobre cada ser viviente de la tierra. Manténganse siempre alerta. Y oren para que sean suficientemente fuertes para escapar de los horrores que vendrán y para presentarse delante del Hijo del Hombre" (Lc.21:34/36) NTV.

'TENGAN CUIDADO' significa devoción de pensamiento y esfuerzo a una cosa (Vine); mantener la mirada fijada en un destino. Jesús advierte y dice que es importante vivir enfocados en el camino correcto y poner mucha atención a cualquier cosa que nos quiera desviar. Podemos ser desviados del camino al no tomar en serio los mandatos de Dios, al dejarnos llevar por los deseos pecaminosos y por las preocupaciones de este mundo. Cuidado con todo tipo de distracciones (Ef.5:14-21 / Hebr.12:14-17 / Gal.5:17 / Mt.13:3-9,18-23). 

No podemos acomodarnos, hay que emplear esfuerzo y concentración. Mantenerse despierto requiere esfuerzo. Para crecer en carácter y ser vencedores se requiere disciplina y entrega (1Cor.9:26-27 / Rom.8:13 / Col.3:4 / 2Tim.2:22 / 1Pe.2:11 / Stg.1:21-27). Saber cosas acerca de Dios, ministrar y hacer milagros no es suficiente, la obediencia a los mandatos de Cristo hace la diferencia (Mt.7:21-27 / Mt.28:18-20 / Tit.1:16).

"Esto es aún más urgente, porque ustedes saben que es muy tarde; el tiempo se acaba. Despierten, porque nuestra salvación ahora está más cerca que cuando recién creímos. La noche ya casi llega a su fin; el día de la salvación amanecerá pronto. Por eso, dejen de lado sus actos oscuros como si se quitaran ropa sucia, y pónganse la armadura resplandeciente de la vida recta. Ya que nosotros pertenecemos al día, vivamos con decencia a la vista de todos. No participen en la oscuridad de las fiestas desenfrenadas y las borracheras, ni vivan en promiscuidad sexual e inmoralidad, ni se metan en peleas, ni tengan envidia. Más bien, vístanse con la presencia del Señor Jesucristo. Y no se permitan pensar en formas de complacer los malos deseos" (Rom.13:11-14) NTV.


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