martes, 1 de diciembre de 2020

enfoque ministerial de Jesús

 

"Jesús recorrió todas las ciudades y aldeas de esa región, enseñando en las sinagogas y anunciando la Buena Noticia acerca del reino. Y sanaba toda clase de enfermedades y dolencias. Cuando vio a las multitudes, les tuvo compasión, porque estaban confundidas y desamparadas, como ovejas sin pastor" (Mt.9:35-36) NTV.

Cuando observo la vida y el ministerio de Jesús inmediatamente noto que su enfoque de vida y de ministerio era la gente y no las cosas. Jesús vino a este mundo para dar su vida en rescate por los humanos (Mt.9:12-13). En los capítulos 8 y 9 de Mateo leo una historia tras otra de cómo Jesús se acercaba a la gente, gente que muchas veces fue rechazada por la sociedad o por los mismos líderes religiosos de aquel tiempo (Mt.9:9-13) - Jesús se acercaba para sanarla, liberarla y traer esperanza. Impresiona ver que los fariseos no temían ajustar su teología para atacar a Jesús y desestimar su trabajo para con los necesitados. Pero hay que decirlo, tampoco conocían a Dios (Mt.9:32-34). ¿Cuál era el enfoque de los fariseos? ¿Qué pensaban ellos acerca de sí mismos y de su labor como líderes religiosos? ¿Cómo se compara la actitud de los fariseos con la de Jesús?

El capítulo 9 termina con una escena que revela el corazón de Jesús y Su deseo de alcanzar a todos. Él ve la necesidad de "expulsar" (enviar - 'ekbalo') a pastores obreros al campo donde estaban las multitudes necesitadas. Jesús no dijo que para poder alcanzar a la gente y ayudarla se requería necesariamente de dinero, de edificios o de programas especiales. Él pedía por obreros, ya que la necesidad urgente y principal eran pastores. Sin ellos la gente anda confundida y desamparada (Mt.9:35-38).

¿Será posible que en algún momento nos podemos desenfocar y caer en la tentación de invertir más de lo necesario en cosas que no representan, a la luz de la eternidad, tesoros duraderos? Seamos sinceros, es fácil priorizar la inversión de tiempo, dinero y esfuerzos en edificios, programas, reglas, proyectos, y descuidar los tesoros verdaderos, que según Jesús, son las personas - esa es la impresión que surge cuando vemos a los fariseos y sus actuaciones (Mt.9:12-13 / Mt.9:34 / Mt.11:19 / Lc.15:1-6 / Lc.13:10-17). ¿Cómo es posible que los fariseos se indignen al ver a Jesús alcanzándole la mano al descarriado, al enfermo, al endemoniado? ¿Cómo podemos llegar al punto de no ser considerados con los necesitados y descarriados, a ser gente falta de sincera compasión y preferir cumplir ritos religiosos vacíos por encima de ver por el prójimo? ¿No es una persona más valiosa que una oveja? (Mt.9:12-13 / Mt.12:12 / Mt.6:26 / Mr.3:4).

"Jesús recorrió todas las ciudades y aldeas de esa región, enseñando en las sinagogas..." (Mt.9:35). Jesús literalmente iba a todo lugar para cumplir con la tarea e ir tras la gente. Él iba a las ciudades y pueblos (Mt.9:35), al campo y a las montañas (Mt.5:1), a las sinagogas - si le daban oportunidad (Mt.9:35), a las orillas del mar (Mt.4:18), a las barcas (Mt.8:23), a las casas (Mt.8:14 / Mt.9:10). Notemos: la mayoría de los milagros no ocurrieron en el templo. Jesús salía a donde estaba la gente (Mt.4:23-24 / Mt.11:4-5 / Mt.14:14 / Mt.15:32 / Mr.6:56 / Hebr.4:15 / Hebr.5:2). Jesús predicó el mensaje del Reino de Dios, enseñó y sanó a los enfermos en cualquier lugar donde había gente deseosa de Su toque (Mt.9:35 / 2Tim.2:2 / 2Tim.4:2 / Hch.10:38-39 / Hch.11:19-30).

"Cuando vio a las multitudes, les tuvo compasión,. . . ". Él veía la multitud y les tuvo compasión (movido en las entrañas, es una compasión que mueve a una persona en lo más profundo de su ser) (Mt.9:13,36 / Mt.14:14 / Mt.15:32 / Mt.20:34), porque estaban confundidas (desmayadas) y desamparadas (derribadas), como ovejas sin pastor. La motivación de Jesús al ministrar, sanar, liberar y ayudar a la gente es la compasión. 

"... como ovejas sin pastor". Aunque habían líderes religiosos en Israel, estos no estaban preocupados por el bienestar de la gente, ellos más bien se aprovechaban de la gente, no ofrecían verdadera ayuda, cargaban a la gente con reglas y leyes humanas que los líderes mismos no cargaban - ofrecían una religión que era un impedimento para acercarse a Dios (Mt.9:32-34 / Lc.13:10-17 / Jn.8:1-11 / Ez.34:1-10). Jesús critica fuertemente a los líderes religiosos que no cumplen con su labor y que andan enfocados en sí mismos y que olvidan los aspectos más importantes de la ley: la justicia, la misericordia y la fe (Mt.23). Una crítica similar la leemos en el Antiguo Testamento (Ez.34:1-10). Jesús, por el otro lado, el buen pastor, estaba hambriento por ver a la gente siendo tocada por el poder de Dios (Jn.4:34-35 / Ez.34:11-16). ¿Qué intereses nos mueven cuando vemos a las personas? ¿Las vemos como Jesús la vio? ¿Cómo nos mueve el ver gente necesitada de Dios? ¿Extendemos la mano al confundido y desamparado como lo hizo Jesús?

"...pídanle que envíe más obreros a sus campos" (Mt.9:38). Jesús con seguridad no estaba pensando en enviar obreros como los que se describen en Mateo 23 y en Ezequiel 34. Jesús llamó y preparó a Sus discípulos para hacer de ellos pescadores de hombres y no constructores de monumentos (Mr.3:14-15 / Mt.4:19 / 1Sam.15:12). Jesús siempre vivía enfocado en el ministerio a la gente (Mt.9:35-38 / Mt.14:14 / Mt.15:32 / Hebr.4:15). Dios ama a la gente y por eso dio Jesús Su vida en rescate por el mundo y además entrenó a unos pocos para enviarlos a las naciones como sus embajadores predicadores del Reino de Dios - las Buenas Noticias (Jn.3:16 / 1Tim.2:1-4 / Mt.4:19 / Mt.28:18-20). Jesús compartió Su autoridad con los discípulos con el propósito de que sirvieran a otros con humildad y para que cumplieran con la misión de predicar las Buenas Noticias sanando, liberando y llevando esperanza en Cristo (Mt.10:1). La visión de Dios es gente y no necesariamente edificios, programas, proyectos. Y para completar esa tarea Jesús necesita a otra gente que va y hace lo que Jesús hizo (Apoc.7:9-10 / Jn.14:12 / Mt.10).

'Jesús pasó más tiempo acercándose a la gente y hablando con ella que en alguna otra actividad. El Señor Jesús no estaba obsesionado por Sus tareas o metas, a pesar de que sabía que sólo tenía tres años para entrenar a doce hombres que siguieran con el movimiento religioso que iba a transformar al mundo. El modelo de nuestro Señor era seguir vendando heridas, aun hallándose en medio de una insoportable presión por cumplir con Sus tareas y metas (Col.1:28-29)'.1

¿Son para mi las reglas eclesiásticas humanas, los legalismos y las estructuras religiosas rígidas más importantes que servir, amar y ministrar con gracia, misericordia, amor y poder a la gente? ¿Qué me impide hoy día el acercarme a las personas, especialmente a aquellas que pueden haber fallado, que me hirieron, que andan por caminos errados? ¿Qué me lleva a excluir a cierta gente de ser servida como Cristo lo haría, especialmente a aquellos que buscan ayuda?

Como líder no puedo estar solo preocupado por el presupuesto, por los números de asistencia o que se cumplan ciertas reglas (Lc.13:10-17). Nunca debo olvidar que Jesucristo murió y resucitó para salvar a los perdidos y que nos llamó a buscar a esos perdidos, desdichados y sin esperanza humana, para que sean ganados para Cristo y que todo creyente llegue a ser todo lo que Dios quiere que sea  (Mt.9:35-38 / Mt.10:6 / 1Tim.2:1-4 / Gal.4:19 / Ef.4:10-16). Dios quiere ver el cielo poblado con gente rescatada por Jesucristo y que adora al único verdadero Dios (Apoc.5:8-14 /  Apoc.7:9-10).

El verdadero trabajo de la obra del ministerio no es llevar a que se cumpla con el trabajo, sino a que se utilice el trabajo para alistar a la gente. El rendimiento es secundario. Todos los eventos y actividades de nuestra iglesia son una oportunidad para que el discipulado y el entrenamiento se enfoquen en un ser humano.2

¿Qué tanto aporta o frena un cierto evento, un programa, un edificio, los estatutos de una iglesia el ver gente salva, discipulada, involucrada en el ministerio, tocada por el poder de Dios? ¿Qué debe cambiar, ser ajustado o renovado?

ORO: Padre celestial, no deseo ser un constructor de monumentos. Y si me permites construir un edificio, planear un evento o establecer un programa, que sea entonces con el propósito de ayudar al cumplimiento de la Misión de Dios, para alcanzar las personas que Tu quieres tocar con Tu Evangelio y poder, y para ver vidas cambiadas que Te adoran a Ti. 

Perdóname porque frecuentemente veo la gente como instrumentos para un proyecto, en vez de ver el proyecto como una herramienta para bendecir a la gente.

Gracias Padre por aquellos que se me acercaron en algún momento y que aun se me acercan con el plan de acercarme a Ti - sin cobrar, sin exigir, sin calcular si ganaban algo con ello o no, si les caía bien o no. Ellos fueron para mi como el buen samaritano para el golpeado y herido por los ladrones (Lc.10:25-37). Aquel samaritano no dejó al herido en el piso, no tuvo pretextos personales o religiosos, su ayuda fue motivada por un profundo y sincero interés por el bienestar del afligido y por verlo recuperado.

Ayúdame Padre a ver a la gente como Tu la ves y a servir con la actitud con la que Cristo sirvió y sirve. Quiero ser Tu embajador para ver a la gente acercándose a Ti. Gracias por empoderarme para esa misión.

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1 FINZEL, Hans. Los Líderes – sus diez errores más comunes. Puebla, México: Las Américas, A.C., 1998. P.42

2 BROWN, Daniel A. The other side of pastoral ministry. Gran Rapids, Michigan,: Zondervan, 1996. P.126 (Traducción hecha por el autor)

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