Haciendo DISCÍPULOS, Desarrollando LÍDERES, Plantando IGLESIAS, Alcanzando NACIONES
jueves, 27 de diciembre de 2018
No te inquietes - espere con paciencia
jueves, 20 de diciembre de 2018
¿Qué hacemos con Jesús? Mt.2:1-12
- Una de las lecciones, y probablemente la más importante, que aprendemos de estos sabios es la siguiente: Toda la humanidad está llamada a adorar al Rey de reyes. Estos sabios no eran judíos, venían más bien de una cultura pagana, de la Biblia no tenían mucho conocimiento, y de todas maneras vinieron con un propósito bien definido - a adorar a Jesús. Jesús no es solamente el Dios de los judíos, también es el Dios de todos los humanos. Él es el Salvador de todo el mundo: de hombres y mujeres, de niños y adultos, de negros y blancos, etc. (Jn.3:16 / Mt.28:18-20). La profecía que dice que de todos los rincones del mundo se oirán alabanzas de adoración al Dios Creador del cielo y de la tierra se hace aquí una realidad demostrada (Sal.67 / Is.24:14-16 / Sal.117:1).
- Comprendemos, además, que con esta y otras historias Dios está cumpliendo SU promesa de bendecir a Israel y a través de Israel a todas las naciones (Gn.12:1-3 / Gn.18:8 / Gn.22:18 / Gn.26:4 / Gn.28:14 / Hch.3:25-26 / Gal.3:8 / Apoc.7:9).
- Es interesante notar las diferentes reacciones de la gente al enterarse del nacimiento de Jesús. Los consejeros de Herodes, quienes eran sacerdotes principales y maestros, tenían un cierto conocimiento acerca del nacimiento del rey. Ellos dieron la información correcta a los sabios del oriente respecto al lugar de Su nacimiento. Sin embargo, teniendo el testimonio de la Palabra de Dios y el relato de los sabios estos consejeros no hicieron ningún esfuerzo por ir a ver lo que estaba pasando en aquella aldea llamada Belén. Notaron que algo pasaba pero no los conmovió para nada. Los sacerdotes y maestros exhibieron su desinterés por lo que estaba ocurriendo en ese momento de la historia humana y de Israel. Cuando Herodes se entera de la noticia reacciona perturbado y comienza a hacer planes para matar a Jesús. Jesús se torna para él en una figura amenazante e incómoda, y por eso lo rechaza totalmente. Los sabios del Oriente, quienes desde lejos habían venido a Jerusalén, entendiendo el momento histórico, pagaron un alto precio por ver al Mesías, al Salvador. Estos sabios llegaron con el propósito de adorar al rey de los judíos.
- Algún tiempo antes de los hechos relatados en Mateo 2 ocurrió otra historia. Unos pastores que cuidaban ovejas, cerca al lugar donde Jesús había nacido - un establo, se enteraron por medio de ángeles de las Buenas Noticias. Ellos aterrados y a la vez curiosos fueron a ver si lo que escucharon era verdad. Ellos encuentran al niño acostado en un pesebre. Luego salen y cuentan la historia con todo el mundo. Finalmente regresan a sus trabajos glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y oído (Lc.2:8-20).
- Que la navidad no sea para nosotros algo 'interesante' o algo que re-nombramos, o que le damos otra definición o contenido. Que la navidad no sea algo que no nos conmueve a ver lo que de verdad está pasando o ha pasado, y lo que ello podría significar para cada uno de nosotros personalmente. Que la navidad nos motive a buscar con esmero y con prisa un encuentro con el Hijo de Dios quien vino a salvar al mundo. Que la noticia de la venida del rey de los judíos y nuestro Salvador nos lleve a que personalmente adoremos al Rey y a invitar a otros a adorar al Rey.
domingo, 2 de diciembre de 2018
CAPACIDADES vs CARÁCTER
- Creyentes en Cristo que viven en un balance sano, entre tener un carácter formado a la imagen de Cristo y las aptitudes ministeriales necesarias para servir / ministrar, son discípulos con un gran potencial para influir, dejan un legado, multiplican discípulos y llegan bien al final.
- Un creyente que solo tiene grandes aptitudes, pero que no tiene un carácter cambiado a la imagen de Cristo es una persona con un gran potencial para destruir vidas y organizaciones y va a crear además todo tipo de situaciones caóticas.
- Un creyente que tiene un buen carácter, pero que le faltan aptitudes, si es un cristiano que no ha sido debidamente entrenado, entonces va a ser un buen y agradable cristiano, pero también será un discípulo que no influencia mucho, su impacto va ser limitado.
- Un creyente sin carácter y sin respectivas aptitudes no va a ir muy lejos y no traerá los frutos que Dios espera de cada uno de sus discípulos (Jn.15).
lunes, 29 de octubre de 2018
¿Cómo vivir iglesia dinámica?
- Cada creyente tiene dones que Dios le ha dado. Y Dios espera que cada uno sirva a la iglesia y al mundo con sus dones. Todo creyente es parte del cuerpo y tiene una función específica (1Cor.12 / Rom.12 / Ef.4).
- Cada creyente debe ser capacitado / entrenado / formado para que pueda hacer la obra del ministerio con excelencia a la cual Dios lo/la llamó (Ef.2:10).
- La dinámica del ministerio de los unos para con los otros debe llevar a la edificación y al fortalecimiento de la fe en Cristo de la iglesia (no estamos jugando a la religión) - JUNTOS ayudándonos a cambiar a la imagen de Cristo; JUNTOS aportando para que crezcamos para no ser arrastrados por doctrinas falsas; JUNTOS crecemos para aprender a distinguir entre lo bueno y lo malo. CADA CREYENTE al cumplir con su función específica ayuda al desarrollo de los demás para ver una congregación que vive iglesia sana y llena de amor (1Cor.14:26 / 1Tes.5:11 / Hebr.10:25 / Hebr.5:11-14 / Ef.4:11-16).
- Todo debe hacerse en orden (1Cor.14:26-33.40 / Rom.13:13 / Col.2:5 / Tit.1:5)
martes, 23 de octubre de 2018
Contando números vs midiendo impacto
viernes, 12 de octubre de 2018
¿Cómo están nuestros oídos?
- PARA SER BUENOS OIDORES de la voz de Dios debemos prestar atención a Su Palabra (Lc.11:31 / Ecl.5:1 / Hebr.5:11). Debemos ser gente rápida para escuchar y lentos para hablar (Stg.1:19). María se sentó a los pies de Jesús para escuchar Sus enseñanzas y Jesús alabó su actitud (Lc.10:39). Tener sincero interés (hambre) por escuchar la Palabra de Dios lleva a que finalmente escuchemos el mensaje de Dios, aquel mensaje que trae verdadera salvación (Hch.10:33 / Hch.13:42-43 / Hch.7:51-54).
- HAY COSAS QUE TAPAN LOS OÍDOS espirituales - por ejemplo: Dejarse llevar por los propios deseos y buscar que estos sean satisfechos a nuestra manera (2Tim.4:3-4 / Jer.7:23-24). Negarse (Excusarse, evadir - Lc.14:18-19) el escuchar la Palabra de Dios porque hay otros intereses que predominan (Hebr.12:25 / Lc.13:34 / Lc.15:28 / Sal.81:11 / Jer.44:4-6 / Zac.1:4 / Mt.22:3 / Hch.3:14-15). Preferir las cosas malvadas y la mentira - esto inhabilita el escuchar la verdad de Dios. Amar más la oscuridad que la luz (Jn.8:43-44 / Jn.3:19 / Prov.1:24-30). Odiar el conocimiento de Dios y no temer a Dios (Prov.1:29). Tener un corazón endurecido; el corazón se ha hecho insensible por preferir los deseos pecaminosos y por apartarse voluntariosamente de la verdad siguiendo mitos - (tienen dificulta en recibir y comprender) (Mt.13:15 / Jn.8:43-44 / Hch.7:57).
martes, 2 de octubre de 2018
Jesús dijo: 'Tienen que nacer de nuevo'
- Ahora hay nuevos deseos y una nueva fuerza que nos mueve (Rom.8:9 / Gal.5:17 / 1Jn.3:9 / Col.2:11)
- Llegamos a ser el templo del Espíritu Santo - El Espíritu Santo habita ahora en el creyente (1Cor.3:16 / 1Cor.6:19). Somos hijos de Dios (Jn.1).
- Tenemos ahora una nueva mente enfocada en las cosas de Dios (Rom.8:6 / Gal.5:17).
- Aunque seguimos con la libertad de decidir entre el bien y el mal, el Espíritu Santo ha puesto una nueva mente y un nuevo corazón en nosotros, a tal punto que ahora odiamos lo que hacíamos en el pasado y deseamos lo de Dios (Hebr.10:16 / Jer.31:33 / 1Jn.3:9-10 / 1Jn.5:18).
- Un creciente amor por Dios y por el prójimo se manifiesta en el nacido de nuevo (1Jn.4:7 / 1Jn.5:1).
- Un creciente amor por la Palabra de Dios (1Pe.2:1-3 / Sal.19:7-10 / Hebr.5:12-13).
sábado, 29 de septiembre de 2018
Arrepentimiento - Fe - Salvación
viernes, 21 de septiembre de 2018
Justificados por Gracia
"Pero ahora, tal como se prometió tiempo atrás en los escritos de Moisés y de los profetas, Dios nos ha mostrado cómo podemos ser justos ante él sin cumplir con las exigencias de la ley. Dios nos hace justos a sus ojos cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo. Y eso es verdad para todo el que cree, sea quien fuere. Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios. Sin embargo, con una bondad que no merecemos, Dios nos declara justos por medio de Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados" (Rom.3:21-24) NTV
En Romanos 3, Pablo explica que la justicia (estar en correcta relación con Dios) no está relacionada con el cumplimiento de las exigencias de la ley (Rom.3:21). Con esto quiere decir que el estar en buena relación con Dios no se alcanza a través de sistemas de conducta humana, sea que estén basados en la ley de Moisés o en otro código de conducta. Más bien, la salvación viene libremente por Su gracia, como regalo inmerecido (Rom.3:24).
Dios ha actuado en Cristo para proporcionar el único medio posible para la salvación de los humanos, y es totalmente inmerecido. Se puede obtener solo a través de la fe en Cristo. Su muerte, sepultura y resurrección son la base de nuestra salvación, y nada se le puede quitar y nada se le puede añadir. Es una cuestión de gracia (favor inmerecido) por parte de Dios y fe por el lado humano (Ef.2:1-10).
La Gracia está directamente ligada a Cristo. No fue solamente una corazonada de Dios que lo llevó en algún momento a expresar gracia, perdón, aceptación, todo en favor de nosotros los humanos. Para que la justicia fuera totalmente satisfecha era necesario que aquellos que pecaron, y todos pecaron (Rom.3:23), fueran castigados (Rom.6:23).
La única alternativa que existe para que los humanos pecadores no experimenten el castigo merecido es la muerte de Cristo, el Hijo de Dios - Cristo muriendo por nosotros (Hebr.9:12-15 / 1Pe.1:18-19 / 1Pe.2:24 / 1Pe.3:18 / 1Jn.4:10 / Apoc.5:9). La salvación de los pecadores es solamente a través de la gracia. No hay nada bueno en nosotros ni nada bueno podemos hacer para obtener el favor de Dios. La única salida es Cristo. Solo nos queda venir a Jesús y arrojarnos delante de ÉL, confiar en Su misericordia y amor infalibles, así como lo dice Su Palabra. Él nos compró con Su sangre. y nos ofrece vida eterna a todos aquellos que creen en Él.
A DIOS SEA LA GLORIA Y LA ALBANZA Y LA ADORACIÓN: ". . . para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado. En El tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de su gracia" (Ef.1:6-7) LBLA
miércoles, 19 de septiembre de 2018
Por gracia son salvos
En nuestra predicación del evangelio es importante enfatizar la verdad de que la salvación encuentra su base en la gracia de Dios y no en las obras humanas o en la realización de rituales religiosos. Esto no significa que excluyamos el lugar legítimo de las buenas obras en la vida de un cristiano, pero claramente separamos las obras que hace un creyente porque él o ella es salvo/a de lo que alguien hace en un intento equivocado por ganar la salvación por medio de las obras. La obra redentora de Jesucristo en la cruz es la única provisión de Dios para nuestra salvación. Solo Cristo es el Justo cuya justicia se imputa a los creyentes que no tienen justicia propia.
Cuando el apóstol Pablo habla de 'no por obras' no solamente está haciendo referencia a la ley mosaica, sino a todo esfuerzo humano a través de los cuales los seres humanos intentan obtener la salvación. El propósito de Dios al proporcionar la salvación por la gracia en lugar del esfuerzo humano, es excluir la jactancia, o sea, que los humanos se atribuyan el mérito de su salvación. Creer que puedo salvarme por medio de esfuerzos humanos no solo conduce a la auto-gratificación sino también al orgullo ante Dios (Rom.4:2) y a un sentido de deuda o recompensa (Rom.4:4). Pero, debido a que nuestra salvación es por gracia, Dios ha excluido cualquier posibilidad de jactancia humana. Él no nos debe nada. Todo lo que recibimos de Él es un regalo lleno de gracia.
La gracia la recibimos al abrazar personalmente el plan de salvación de Dios. [1] Reconociendo que somos pecadores y que estamos espiritualmente muertos, y que no hay nada que podamos hacer para ganar nuestra salvación - no importa cuánto lo intentemos. [2] Luego, debemos confiar en que la obra de Jesucristo en la cruz es la provisión de Dios para nuestra salvación - por eso nos arrepentimos de nuestros pecados y abrazamos el regalo de Dios por fe.
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Jn.3:16) LBLA.
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sábado, 4 de agosto de 2018
Cuida tu corazón
El libro de Proverbios hace un llamado serio en cuanto al cuidado de nuestro corazón. Dice que de él 'mana la vida' o cómo lo traduce LBLA 'brotan los manantiales de la vida'. La NTV lo expresa de la siguiente manera: 'determina el rumbo de la vida'. Nuestras palabras, nuestros pensamientos, nuestras decisiones, nuestras actitudes, nuestras acciones, nuestros valores y prioridades son determinadas por lo que hay en nuestro corazón (Hebr.12:15).
La Palabra de Dios nos da a entender claramente que los frutos que una persona produce en su vida, dependen de las raíces (Rom.11:16 / Stg.3:12 / Prov.4:23). Un árbol malo no puede producir buenos frutos (Mt.7:16-20). Por lo contrario, si el árbol es bueno va a producir buenos frutos (Mt.12:33 / Lc.6:43-44).
Del corazón es que salen las diferentes cosas que se manifiestan en la vida - el corazón es la raíz del humano (Mt.15:17-20 / Mt.12:34). Dios le dio al hombre el potencial para dar buenos frutos en su vida, pero en algún momento dado, algo pasó y los frutos que el hombre produce por naturaleza son malos (Is.5:2-4 / Jer.17:9 / Jer.2:21). Es solamente con la intervención de Dios que una fuente amarga puede ser cambiada en una fuente de agua dulce (Ex.15:22-25 / 2Re.2:19-22).
Una vez que hayamos permitido que Dios limpie nuestro corazón debemos tomar en serio el llamado a mantener el corazón limpio y seguir en el camino recto (1Cor.6:11 / 1Jn.1:7-10 / Sal.56:13 / Ef.5:8). El llamado es a proteger nuestro corazón de toda maldad, de amargura, envidia, odio, ira, idolatría, etc. Si estas cosas invaden, contaminan y controlan nuestro corazón, entonces no debemos sorprendernos que las decisiones que tomamos no sean las mejores. (Hebr.3:12 / Hebr.12:15 / Prov.23:19 / Jos.6:18 / Ef.5:3 / Col.3:5). Hay que cuidar lo que sembramos en nuestros corazones - eso nos eleva a dimensiones divinas o nos hunde en la desgracia (Gal.6:7 / Filp.4:8).
Si el corazón está lleno de Dios, de Su amor, de Sus valores, entonces saldrán de él palabras buenas, sanas, verdaderas, llenas de amor.
También hay que guardar nuestra vida de cierta gente mala que aporta a la contaminación de nuestro corazón. Igual hay que alejarse de relaciones insanas, de actividades cuestionables, y de todo aquello que entra por los ojos u oidos y que no es bueno o puro (Sal.1 / Prov.1 / 1Cor.15:33 / 1Cor.5:6 / Prov.13:20 / 2Tim.2:16-18 / 2Pe.2:2,18-20).
Tomemos este llamado en serio y protejamos con todo el necesario esfuerzo nuestro corazón para que de él broten cosas lindas, amables, cosas que agradan a Dios. Esto nos va hacer bien a nosotros y va a dar gloria a Dios. Sembremos las cosas del Espíritu y cosecharemos el fruto del Espíritu Santo (Gal.6:5-10).
"Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar. Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza" (Filp.4:8) NTV
OREMOS: "Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan. Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna" (Sal.139:23-24) NTV (Sal.139:1 / Sal.26:2 / Prov.17:3).
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viernes, 3 de agosto de 2018
La liberación de los sufrimientos (Rom.8:18-23)
Todos los cristianos sufren y experimentan en algún momento de la vida aflicciones. La palabra sufrimientos hace alusión a todo tipo de sufrimientos que una persona pueda experimentar en la vida. Estos sufrimientos, luchas y aflicciones pueden ser de índole material, emocional, espiritual, físicos (enfermedades, persecución, pérdidas, lucha espiritual, abuso, envejecimiento, dolor, debilidad, etc.) (Hch.14:22). El que pasemos por sufrimientos nos recuerda constantemente que aun no hemos llegado al cielo ni a la nueva tierra donde no habrá llanto ni dolor (Apoc.21:1-4). Sin embargo, es importante notar que el sufrimiento no es sin propósito.
- Sufrimos a fin de que seamos glorificados con Cristo (Rom.8:17).
- Los sufrimientos y las aflicciones son necesarias para probarnos, purificarnos e invitarnos a vivir una vida ordenada delante de Dios y del prójimo (2Pe.1:6-7 / Hebr.12:5-11 / Lc.13:1-5).
- Los sufrimientos hacen que el creyente dependa cada vez más de Dios (2Cor.1:8-11).
- Los sufrimientos nos hacen mejores servidores y ministros (2Cor.1:3-6).
Los sufrimientos, aflicciones y luchas que experimentamos en esta vida no es nuestro final ni nuestra meta. Hay una gloria que será revelada y que no se puede comparar con nada vivido en esta tierra (Rom.8:18 /Col.3:4 / 2Tes.1:7-12,14 / 1Pe.4:13 / 1Pe.5:1 / 1Jn.3:2).
La creación entera sufre las consecuencias del pecado. Ella fue sometida a vanidad - no alcanza los resultados para los cuales fue creada. Hay una interrelación entre los humanos y el bienestar de la tierra. Lo que vemos hoy ocurrir en el mundo no es el plan original de Dios con la creación (Rom.8:19-20). La creación sufre los efectos del pecado, está bajo maldición, sufre violencia, es profanada - todo esto por el pecado de los humanos. La creación no buscó ser condenada a la corrupción. Por la causa del hombre fue sometida a maldición (Gn.3:17-19 / Gn.5:29 / Gn.6:13 / Is.24:5-6 / Jer.12:4,11 / Jer.14:5-6 / Os.4:3 / Joel 1:18).
La otra realidad es que la creación está esperando ansiosamente (estira la cabeza en una espera anhelante y profunda de algo proveniente de un cierto lugar / Rom.8:19,23 / Filp.1:20) el momento cuando los hijos de Dios serán glorificados. Entonces llegará el momento en el que Dios crea cielos nuevos y tierra nueva (Is.65:7 / Hch.3:21 / 2Pe.3:11-13 / Apoc.21:1-5). Mientras tanto la tierra gime y sufre dolores de parto hasta ahora, queriendo ver cumplir el plan de redención divino - ella fue sometida a vanidad en la esperanza de que ella misma será también liberada de la corrupción (Rom.8:20-22). En la revelación de los hijos de Dios la creación también será liberada de la corrupción y de la maldición que experimenta por culpa de los humanos (Rom.8:21 / 2Pe.3:10-13).
Como creyentes en Cristo tenemos viviendo en nosotros el Espíritu Santo y con ello ya experimentamos la primicia (primer fruto) de lo que ha de venir en su plenitud. El Espíritu Santo en nosotros es el primer fruto de lo que será la total cosecha/resultado de la cruz. Ya hemos comenzado a vivir la vida abundante y eterna. Si el primer fruto es tan sabroso, entonces ¿cómo será la plenitud? (Rom.8:15-16,23-27 / Rom.5:5 / 2Cor.5:5 / Ef.1:14).
Pero la perfección aun no se manifiesta. Por eso el creyente, igual que el resto de la creación, gime en su interior anhelando la redención de su cuerpo - queremos ser librados completamente de los sufrimientos y limitaciones de este mundo (Filp.3.20-21 / 2Tim.4:8 / Tit.2:13 / Hebr.9:28 / 1Jn.3:2 / Lc.21:28 / Ef.1:4 / Ef.4:30 / 1Cor.15:50,53-53 / 2Cor.5:2).
Entendiendo lo que se nos viene esperamos, en medio de cualquier sufrimiento, la intervención final de Dios; la esperamos con paciencia, cuidando nuestro caminar con Cristo y sirviendo a Dios y al prójimo como Dios manda (Rom.12:12 / Hebr.6:12,15 / Stg.5:7-11 / Sal.37:7-9 / Sal.62:1,5-6 / Sal.130:5-7 / 2Tes.3:5 / Hebr.10:36 / Hebr.12:1-3 / Stg.1:3-4 / Apoc.1:9 / Apoc.14:12).
Nuestra espera no es fatigosa ni frustrante. Es una espera llena de expectación y de gozo. Por fuera vivimos los desafíos de un mundo afectado por el pecado, tenemos que enfrentar dificultades, sufrimientos, muerte, corrupción, etc. Pero recordamos que el cristiano no vive solo en este mundo - también vive en Cristo y el Espíritu Santo vive en él. No miramos solo hacia este mundo sino hacia arriba de donde nos viene toda ayuda para salir adelante en esta vida y luego vivir la plenitud de la redención.
Vemos la destrucción que trae el pecado, pero también vemos a Dios y Su poder, Su misericordia, Su amor y Sus promesas de vida. El cristiano no espera la destrucción final y la muerte eterna, sino la vida eterna y la manifestación total de la salvación divina.
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lunes, 30 de julio de 2018
Escuche - Mire - Obedezca
Cuando escucha la Palabra de Dios, cuando la estudia, cuando medita en ella, entonces permita que ella de lleve al arrepentimiento (cambiar de rumbo).
Si nos exponemos a la Palabra de DIos vamos a notar que ella con gran frecuencia nos muestra lo que no anda bien en nuestra vida - expone nuestros pecados. En el momento que la Palabra de Dios toca su corazón, si despierta su conciencia, si revela su estado incorrecto en relación con Dios y el prójimo, entonces no dude en parar un momento y arrepentirse de sus pecados - confesándolos, pidiendo perdón, si es necesario hacer restitución y dándole un nuevo rumbo al asunto y a la vida. La verdad de la Palabra de Dios nos hace verdaderamente personas libres.
sábado, 28 de julio de 2018
La esperanza en los sufrimientos
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jueves, 14 de junio de 2018
Sufrimientos: oportunidad para crecer en santidad
El Padre celestial, en Su amor, nos cuida y busca lo mejor en nosotros y para nosotros. Aun en los momentos más difíciles que podamos vivir en la vida, Él está cerca y busca transformar nuestras vidas para que vivamos una vida que marca la diferencia. Él no busca darnos golpes para destruirnos. Él siempre busca nuestro bienestar.
Sin embargo, El Señor sí nos disciplina - Él usa circunstancias externas para disciplinar, corregir, formar a aquel a quien Él ama. Muchas veces nos sentimos en tales situaciones difíciles y de dolor como si Dios no nos amara o nos sentimos menos amados o como si Dios estuviera lejos de nosotros. Pero la verdad es otra. La realidad es que la disciplina nos confirma como hijos de Dios.
Dios no está buscando causarnos dolor, dificultades, aflicciones, sino más bien está preocupado en salvarnos y llevarnos a que seamos todo lo que Él quiere que seamos y que tengamos vida eterna. Dios no nos quiere dejar a la deriva y caminando por caminos errados.
La disciplina es corrección, pero también es enseñar, entrenamiento y formación. Las experiencias exteriores de dolor, sea que hayan sido causadas por nuestra culpa o no, se tornan en herramienta para Dios para conseguir Sus buenos propósitos en nosotros - fortalecernos en nuestra fe, crecer en santidad, crecer en nuestra dependencia de Él, etc.
Un llamado importante que encontramos en estos versículos es el de no despreciar la disciplina y el de no dejarnos desanimar por ella. Debemos tomar la disciplina en serio y permitir que cumpla con su cometido divino (Hebr.12:5 / Jer.32:33 / Jer.2:30 / Jer.5:3 / Apoc.16:11 / Hch.7:51)
Si como hijos de Dios, como aquellos que han sometido su vida al Señor, somos disciplinados, entonces no es porque Dios nos tiene bronca o nos desprecia, sino porque nos ama. Si nuestros padres terrenales, quienes nos dieron la vida física, nos tratan con disciplina por amor y por el interés de que no lleguemos a ser bastardos e hijos desordenados, cuanto más el Padre celestial, quien nos dio la vida espiritual, nos tratará de la misma manera. Dios no solo busca que nos vaya bien acá en esta vida, Él busca lo mejor para nosotros para la vida eterna. Los padres terrenales lo hicieron de acuerdo a lo que ellos pensaron que era lo mejor para nosotros en la vida. El Padre celestial sí sabe lo que es bueno para nosotros en todo tiempo. Sin disciplina el mundo estaría en una mayor situación caótica. El mundo requiere de disciplina, de instrucción, de formación, de corrección.
No somos perfectos, somos pecadores y frecuentemente tomamos decisiones equivocadas que nos llevan por caminos de muerte. Dios no quiere nuestra destrucción, sino nuestra vida, vida eterna y por eso trata con nosotros para encaminarnos por las sendas de vida (Hebr.12:7 / Stg.1:12 / Stg.5:11 7 1Pe.2:19 / Lc.10:27-28).
El propósito de la disciplina divina, que es por amor, es que lleguemos a ser participantes de Su santidad. Aunque la disciplina es dolorosa en su momento, al final llega a producir un fruto agradable - "la cosecha de una vida recta" (Mt.13:23 / Sal.34:14). Todo sufrimiento y aflicción tiene como fin el que seamos cambiados a la imagen de Dios, que crezcamos en santidad y vivamos una vida recta (Lv.11:45 / Lc.1:74-75 / 2Cor.7:1 / 1Pe.1:16 / 2Pe.3.11 / Rom.12:1-2). Si en medio de las circunstancias difíciles aprendemos a someternos a Dios de todo corazón, entonces veremos, que estos momentos que sirven como herramienta disciplinadora, nos cambian para ser gente que marca la diferencia y dan gloria a Dios (2Cor.1:8-9).
APLICACIÓN:
¿Cómo se siente usted cuando pasa por momentos difíciles en la vida? - ¿Se siente amado o menos amado? ¿Por qué?
¿Está usted actualmente sufriendo o pasando por una aflicción? ¿Cómo puede usted aprovechar esta situación para acercarse más a Jesús en vez de alejarse de Él?
¿Tiene usted una persona de confianza con al cual puede compartir lo que está viviendo para orar juntos?
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miércoles, 13 de junio de 2018
Las aflicciones nos enseñan a depender de Dios
Cuando uno de nuestros hijos o nietos corre hacia nosotros llorando no dudamos en levantarlo y abrazarlo, ¿cuánto más va el Padre celestial a abrazar y cuidar a aquellos que corren hacia Él y que se dejan caer en su regazo? (Mt.7:7-11 / Lc.11:13).
En el texto arriba mencionado leemos que el apóstol Pablo estaba pasando por momentos muy difíciles. Pablo habla de una aflicción que los abrumó sobremanera, a él y a sus compañeros. Llegaron a los límites de sus fuerzas y perdieron toda esperanza de salir de esa situación con vida. Sin embargo, también aprendemos que Dios tiene un propósito con esos sufrimientos que estaban viviendo. Dice: "a fin de...".
El propósito era el de llevarlos al punto de no confiar en ellos mismos sino en Dios quien puede resucitar a los muertos. No era llegar a tener necesariamente una esperanza que los iba a sacar de la situación misma, sino más bien una esperanza en la resurrección de los muertos. Aun si estas aflicciones los llevaban a la muerte, ellos aprendieron a ver más allá, a ver la resurrección de los muertos.
Hay momentos en la vida en las que las aflicciones no van a mejorar, podemos morir en el proceso, pero la esperanza de la resurrección de los muertos es suficiente para ayudarnos a seguir adelante confiando en Dios y en Sus promesas de una vida en Su presencia. Es una esperanza que no nace de Pablo ni de lo que diga la gente, ni en trucos religiosos o declaraciones vacías. Es una esperanza generada por Dios en Pablo y en sus compañeros. Dios es quien los lleva a que aprendan a confiar más profundamente en Dios quien los resucitará de entre los muertos - la muerte física no es el fin.
El propósito de Dios en las aflicciones, sufrimientos y tragedias es la de hacernos más fuertes en Dios; que nuestra confianza en Él esté bien fundamentada y nuestro carácter sea todo lo que Él quiere que sea. Dios usa los sufrimientos para enseñarnos a confiar en Él, depender de Él, esperar en Él (Rom.5:3-5).
Todo sufrimiento humano tiene el propósito de despertar o fortalecer nuestra dependencia y confianza en Dios quien resucita a los muertes y quien cumple Sus promesas contra todos los pronósticos humanos. La confianza salvadora que da seguridad y esperanza no es la confianza basada en nosotros mismos ni en una persona o en cosa o sistema alguno.
Los sufrimientos nos llevan a ser más dependientes de Dios y no de nosotros mismos. No es la fe en nosotros mismos la que nos da verdadera esperanza, sino la fe en Dios quien es poderoso para resucitar a los muertos y para hacer una obra maravillosa en nosotros cambiándonos a la imagen de Cristo. El hombre no se puede salvar/resucitar a sí mismo de entre lo muertos (2Cor.4:7-12 / 1Cor.15:32 / 2Cor.3:5 / 2Cor.12:7-10 / Prov.28:26 / Jer.17:5-7 / Lc.18:9 / Rom.4:17-25 / Hebr.11:17-19).
La confianza en Dios debe ser una confianza a diario. Dice: "... el cual nos libró de tan gran peligro de muerte y nos librará, y en quien hemos puesto nuestra esperanza de que El aún nos ha de librar, ..." (2Cor.1:10) LBLA
Finalmente notamos que los sufrimientos personales, como también los de otros, nos enseñan a orar y a dar gracias a Dios (2Cor.1:11). Las oraciones de los creyentes le ayudan al sufriente a experimentar victoria en medio de las aflicciones. Cuando el creyente sufriente es fortalecido y liberado, cuando vemos que nuestras oraciones son contestadas, esto lleva a que todos alaben a Dios (Rom.15:30-31 / Ef.6:18 / Filp.1:19 / Col.4:12 / Stg.5:16).
APLICACIÓN:
¿Los sufrimientos te llevan a buscar más a Dios o más bien te alejan de Él?
¿Sabe de alguien que está pasando por aflicciones y sufrimientos? ¿Cómo puede orar por esta persona?
Si usted está pasando por un momento difícil ¿por qué no pide que otros oren por usted estando en medio de esas circunstancias?
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sábado, 9 de junio de 2018
Los sufrimientos y las tragedias nos instan a vivir una vida ordenada
Algunos piensan que algunos sufren porque son más grandes pecadores o porque no tienen suficiente fe. Hay quienes llegan a pensar que eso es la verdad y pueden caer entonces en grandes sentimientos de condenación y de vergüenza. La verdad es que no sabemos siempre por qué estamos sufriendo. Sin embargo, es cierto que la Biblia nos da algunas razones generales de las razones del sufrimiento y su propósito.
En el relato que encontramos en Lucas 13:1-5 leemos de dos episodios en el que cierta gente sufrió:
- el primero tiene que ver con un asesinato, es en realidad una masacre perpetuada por parte de Pilato. Él asesinó a algunas personas que estaban ofreciendo sacrificios en el templo y mezcló así su sangre con los sacrificios. No sabemos con exactitud quienes eran esos galileos - ¿eran revolucionarios que se oponían al sistema, eran ladrones, era gente que no quería pagar los impuestos al reino romano, eran religiosos, eran personas comunes y corrientes? No lo sabemos. Este episodio es lo que podemos llamar una atrocidad cometida por humanos, más específicamente por un gobierno.
- el segundo episodio es un accidente, una calamidad - la torre de Siloé cayó sobre 18 personas y las mata. Estas personas pueden haber estado construyendo o reparando la torre - estaban siguiendo sus labores.
A veces tendemos a pensar que si algo así le pasa a una gente es porque debieron haber hecho algo terrible o cometido un pecado 'horrible'. Conectamos entonces inmediatamente el pecado con el sufrimiento. La respuesta de Jesús es clara: estos que sufrieron no son peores que el resto del mundo, y el resto del mundo no es mejor que los que sufrieron estas cosas. Tampoco es correcto pensar que de acuerdo a los pecados o el tipo de pecado que haya cometido una persona, ésta entonces sufrirá más o menos. Si el sufrimiento dependiera de nuestros pecados, entonces ninguno estaría vivo (Mt.7:4 / Hch.28:4 / Rom.3:10-18,23 / Rom.6:23 / Rom.8:6)
Jesús aclara enfáticamente que si nosotros los que aun vivimos y quienes no estamos actualmente viviendo esos sufrimientos o tragedias no nos arrepentimos de nuestros pecados, entonces igualmente vamos a perecer (ser destruidos totalmente, caer en la ruina). Todos somos pecadores y merecemos la muerte (Rom.6:13). Por eso debemos estar muy prestos a buscar el arrepentimiento mientras vivamos, mientras haya oportunidad - Dios nos ha dado tiempo adicional para poner las cosas en orden. El único camino para escapar de la perdición es el arrepentimiento (Hch.2:38 / Hch.3:19 / Hch.8:22 / Hch.17:30).
No necesariamente se dice que vamos a experimentar los mismos sufrimientos como los mencionados en estas historias, pero al final de la vida sí perderemos todo si no nos arrepentimos de nuestros pecados.
Cada vez que vemos sufrimiento o tragedias debemos recordar que lo mismo me puede pasar en cualquier momento y que por eso debo apurarme a auto-examinarme y en caso dado a arrepentirme de mis pecados y vivir una vida ordenada en Dios.
Citas adicionales para considerar: 1Pe.4:17-18 / Job 22:5-16 / Jn.9:2 / Hch.28:4 / Lc.19:42-44 / Mt.23:35-38
APLICACIÓN:
¿Alguna vez ha sufrido o visto, escuchado de tragedias y de sufrimientos y te han llevado a revisar su propia vida? ¿Te ha llevado esta revisión de vida a arrepentirse de algo? Explique
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lunes, 4 de junio de 2018
Escuchar para obedecer - no se engañe
"No solo escuchen la palabra de Dios; tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se engañan a sí mismos. Pues, si escuchas la palabra pero no la obedeces, sería como ver tu cara en un espejo; te ves a ti mismo, luego te alejas y te olvidas cómo eres. Pero si miras atentamente en la ley perfecta que te hace libre y la pones en práctica y no olvidas lo que escuchaste, entonces Dios te bendecirá por tu obediencia." Stg.1:22-25 NTV
Leer, meditar, estudiar y entender la Palabra de Dios, aceptar la voluntad de Dios como buena para su vida, no es suficiente. Debemos recordar el mandamiento de Jesús y el cual fue reiterado por Santiago estamos llamados a ser hacedores y no simplemente oidores de la Palabra. La obediencia es la clave en el proceso de ser un discípulo de Cristo (Mt.7:24-27 / Mt.28:18-20 / Stg.1:22-25).
Rara vez alguien obedece automáticamente o por naturaleza. Frecuentemente debemos tomarnos el tiempo no solo para digerir lo que hemos leído, meditado o estudiado, sino también debemos tomar tiempo para planificar cómo es que vamos y podemos obedecer prácticamente la voluntad de Dios.
¡Planee atentamente obedecer, no solamente escuchar!
domingo, 3 de junio de 2018
Consolados para Consolar
"Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Dios es nuestro Padre misericordioso y la fuente de todo consuelo. Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros. Pues, cuanto más sufrimos por Cristo, tanto más Dios nos colmará de su consuelo por medio de Cristo. Aun cuando estamos abrumados por dificultades, ¡es para el consuelo y la salvación de ustedes! Pues, cuando nosotros somos consolados, ciertamente los consolaremos a ustedes. Entonces pueden soportar con paciencia los mismos sufrimientos que nosotros" (2Cor.1:3-6) NTV
El apóstol Pablo nos está recordando que Dios no nos ayuda en tiempos difíciles para que solamente nosotros seamos bendecidos, y para que luego acaparemos lo que Él nos ha dado. El nos bendice para que a la final nosotros podamos también consolar a otros.
1. Así como los sufrimientos de Jesús llegaron a ser nuestro consuelo - ya que por ellos Él nos puede extender misericordia, perdón, consuelo, vida -, nuestros sufrimientos y el consuelo recibido de Dios llegan a ser una herramienta para consolar a otros. Jesús es nuestro modelo quien a través de Sus sufrimientos puede extendernos bendiciones, nos consuela y da esperanza de vida.
2. El consuelo que recibimos / experimentamos viene de nuestro Dios, del Padre misericordioso, por medio de Cristo. Es un consuelo que nosotros no nos ganamos o merecemos. Es un consuelo que recibimos totalmente gratis. No puede ser que nosotros recibamos este tipo de consuelo inmerecido y no compartamos con otros lo recibido de Dios - lo recibido de manera gratuita lo debemos dar de manera gratuita. (CONSIDERACIÓN ADICIONAL: Es terrible si creemos que podemos comprar las bendiciones de Dios o si creemos que se pueden ofrecer por dinero).
3. "Hay más bendición en dar que en recibir" (Hch.20:35) NTV. Si el ser consolados es solamente para nuestro bien personal, entonces llegamos a ser como el mar muerto en el que le entra agua pero no sale y por eso el 'mar muerto' es muerto y salado y no tiene vida. No podemos embotellar las misericordias recibidas de Dios y creer que solo son para nosotros personalmente. La bendición y el gozo se completan en la vida de un creyente cristiano al recibir el consuelo y al darlo libremente a otros.
4. El propósito de los sufrimientos es el de ser preparados, formados, capacitados para consolar a otros. Los sufrimientos llegan a ser parte importante de la vida de un creyente, y en especial de un líder, que quiere servir como Jesús lo hizo. Si en medio de sufrimientos soy consolado por Dios (recuerde que Él es la fuente de toda consolación), entonces puedo consolar a otros y ayudarles a que no pierdan la esperanza de su salvación. Recuerde que sufrimientos pueden ser tan abrumadores que a la final apagan toda esperanza, y la fe en Dios sufre - la gente entonces es tentada a dejar el camino de Dios. Dios permite que seamos afligidos para que seamos consolados a través de su misericordia y así podamos consolar a otros; y con esa consolación recibida y ahora compartida fortalecer entonces a otros creyentes para que perseveren en su fe y en su caminar con Cristo.
APLICACIÓN:
¿Ha usted alguna vez vivido una temporada en la que Dios te consoló de manera especial? ¿Cómo te consoló Dios en esos momentos y cómo manifestó Dios Su poder en su vida? Explique
¿A quién puede compartirle durante esta semana lo que Dios hizo en su vida y de cómo El le consoló en medio de dificultades? ¿Hubo alguna cita bíblica en especial que Dios uso para fortalecer su fe y que usted ahora pueda usar para consolar a otro?
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