miércoles, 19 de septiembre de 2018

Por gracia son salvos


"Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas" (Ef.2:8-10) LBLA

En nuestra predicación del evangelio es importante enfatizar la verdad de que la salvación encuentra su base en la gracia de Dios y no en las obras humanas o en la realización de rituales religiosos. Esto no significa que excluyamos el lugar legítimo de las buenas obras en la vida de un cristiano, pero claramente separamos las obras que hace un creyente porque él o ella es salvo/a de lo que alguien hace en un intento equivocado por ganar la salvación por medio de las obras. La obra redentora de Jesucristo en la cruz es la única provisión de Dios para nuestra salvación. Solo Cristo es el Justo cuya justicia se imputa a los creyentes que no tienen justicia propia.

Cuando el apóstol Pablo habla de 'no por obras' no solamente está haciendo referencia a la ley mosaica, sino a todo esfuerzo humano a través de los cuales los seres humanos intentan obtener la salvación. El propósito de Dios al proporcionar la salvación por la gracia en lugar del esfuerzo humano, es excluir la jactancia, o sea, que los humanos se atribuyan el mérito de su salvación. Creer que puedo salvarme por medio de esfuerzos humanos no solo conduce a la auto-gratificación sino también al orgullo ante Dios (Rom.4:2) y a un sentido de deuda o recompensa (Rom.4:4). Pero, debido a que nuestra salvación es por gracia, Dios ha excluido cualquier posibilidad de jactancia humana. Él no nos debe nada. Todo lo que recibimos de Él es un regalo lleno de gracia.

La gracia la recibimos al abrazar personalmente el plan de salvación de Dios. [1] Reconociendo que somos pecadores y que estamos espiritualmente muertos, y que no hay nada que podamos hacer para ganar nuestra salvación - no importa cuánto lo intentemos. [2] Luego, debemos confiar en que la obra de Jesucristo en la cruz es la provisión de Dios para nuestra salvación - por eso nos arrepentimos de nuestros pecados y abrazamos el regalo de Dios por fe.

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Jn.3:16) LBLA.
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