No hace mucho que comenzaron las OLIMPIADAS de 2016 y ya notamos que atletas excelentes y que iban bien en su carrera caen mal o son descalificados por A o B razon. No todo el que corre llega bien al final - esto es una triste realidad.
Del cristiano se espera que corra su carrera en la vida y en el ministerio, y que llegue bien al final; que cumplamos los propósitos de Dios en la vida y en el ministerio.
No todo el mundo llega bien al final. La Biblia habla de la posibilidad de experimentar un naufragio espiritual (1Tim.1:18-19). Algunos abandonan el camino de la fe (1Tim.1:18-19 / Gal.1:6-8 / Gal.5:4 / Hebr.6:4-6). Otros se dejan engañar por diferentes tentaciones y se enredan en cosas que hacen daño a sus vidas (1Tim.6:9 / Mt.13 – la parábola del sembrador). Otros descuidan la continua superación personal y ministerial (2Pe.1:3-10). Otros no le ponen atención a su conciencia (1Tim.1:18-19)
EL EJEMPLO DEL APOSTOL PABLO: "Porque yo ya estoy para ser derramado como una ofrenda de libación, y el tiempo de mi partida ha llegado. He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida" (2Tim.4:6-8) NTV
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