martes, 9 de agosto de 2016

CARRERA - despojándonos de todo peso

En las competencias deportivas nunca vemos a los atletas cargando un morral o llevando vestidos con la indumentaria incorrecta o pesada. Cualquier cosa que pueda impedir la agilidad para correr o llevar a cabo la competencia es dejada a un lado.

En la carrera cristiana no nos va diferente. Debemos despojarnos del peso que impide una carrera cristiana segura y próspera en el cumplimiento de los planes de Dios (Hebr.12:1-3). 
Algunos de esos impedimentos o pesos que hacen lenta la carrera o aun la pueden truncar son:
> Relaciones humanas incorrectas - malas compañías (1Cor.15:33).
> > Las preocupaciones por las cosas no transcendentales y las preocupaciones por las riquezas (Mt.6:33 / Mt.13:1-9 / 1Tim.6:9-10)
> > > Una vida dada a los placeres mundanos (Rom.13:11-14)
> > > > La idolatría en todas sus formas (Ex.20:3-6 / Rom.1:25-26)

“Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe. Debido al gozo que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que ésta representaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios. Piensen en toda la hostilidad que soportó por parte de pecadores, así no se cansarán ni se darán por vencidos” (Hebr.12:1-3) NTV

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