sábado, 3 de octubre de 2015

La Palabra de Dios



 “Debido a esa experiencia, ahora confiamos aún más en el mensaje que proclamaron los profetas. Ustedes deben prestar mucha atención a lo que ellos escribieron, porque sus palabras son como una lámpara que brilla en un lugar oscuro hasta que el día amanezca y Cristo, la Estrella de la Mañana, brille en el corazón de ustedes. Sobre todo, tienen que entender que ninguna profecía de la Escritura jamás surgió de la comprensión personal de los profetas ni por iniciativa humana. Al contrario, fue el Espíritu Santo quien impulsó a los profetas y ellos hablaron de parte de Dios” (1Pe.1:19-21) NTV

Sal.19:7-11 / Sal.119:97-114 / Sal.119:30 / 2Tim.3:10 / Hebr.4:12

La manera como pensamos respecto a la Biblia y el lugar que le damos a la misma en nuestra vida tiene mucho peso a la hora de tomar decisiones. La manera como pensamos respecto al valor de la misma influye en el momento de establecer opiniones, estilo de vida, valores, convicciones, doctrinas, reglas y manejos de la iglesia.
Algunos piensan que la Biblia tiene la misma autoridad que las tradiciones humanas o ciertas reglas humanas. Otros la reducen a simples palabras humanas. También hay quienes creen que la opinión de la mayoría, o de alguna minoría, tiene el mismo o mayor valor que lo que dice la Biblia. Hay quienes ponen por encima de la Biblia opiniones, reglamentos o declaraciones humanas. Las consecuencias de tales consideraciones pueden ser bastante peligrosas.


 1. ¿Podemos confiar en la Biblia?


Auténticos cristianos ven la Biblia como la suprema autoridad de la fe y de la práctica. La Biblia dice de sí misma: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. Dios la usa para preparar y capacitar a su pueblo para que haga toda buena obra” (2Tim.3:16-17) (NTV).

La Biblia fue escrita por hombres que fueron inspirados por el Espíritu Santo. Estos hombres, cuando escribieron el mensaje que Dios quería que transmitieran, fueron guiados sobrenaturalmente por el Espíritu Santo. Por eso, finalmente, el autor de la Biblia es Dios (2Pe.1:19-21 / 2Tim.3:16-17 / 1Te.2:13 / Gal.1:11). Theopneustos (griego), traducido por “inspiración de Dios”, literalmente significa “aliento divino”. Esto describe la fuente de donde procede toda la Biblia, como algo que trasciende la inspiración humana. Cada escritor que participó en la producción de las Sagradas Escrituras fue “movido por” (literalmente “llevado, conducido”) el Espíritu Santo. Esto, sin embargo, no significa que los escritores fueran utilizados por Dios para escribir como autómatas, sin su participación consciente. Dios no pasa por encima de aquellos dones del intelecto y la sensibilidad que ha dado a Sus criaturas.

MyerPearlman dice que el mejor argumento a favor de la Biblia es el práctico. La Biblia ha funcionado. Ha influenciado civilizaciones, ha transformado vidas, ha traído luz, inspiración y consuelo a millones.

La Biblia es perfecta, es moral y espiritualmente correcta – ¡y sigue siéndolo! La Biblia no exalta a un hombre. Tampoco enaltece las opiniones de la gente ni las tradiciones humanas. La Biblia glorifica a Dios. Los parámetros morales de la Biblia son muy altos (1Tes.2:13 / Sal.119:138,144 / Sal.19:7-9 / Dt.4:8) y no existe ninguna otra enseñanza sobre moralidad que se asemeje a la de la Biblia.

La Biblia consta de 66 libros que fueron escritos en un periodo de aproximadamente 1.500 años, por 40 diferentes autores y encontramos que no es una simple colección de escritos sin mensaje común. La Biblia tiene un mensaje central: El plan de la salvación (este mensaje es el mismo tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento).
A través de esos 1.500 años encontramos que hay unidad en cuanto a lo que se dice de Dios, el hombre, el pecado, Satanás, el mundo; de Jesús y el Espíritu Santo. Todo esto es posible porque en verdad solo hay un Autor detrás de este libro.

Hasta el día de hoy la Biblia ha cumplido con lo que menciona. Ninguna religión conoce semejantes profecías, como las menciona la Biblia, y que además se hayan cumplido (Dt.18:22 / Is.44:24-26).
Compare algunas profecías con su cumplimiento en cuanto a Jesús:

  • Miq.5:2 - Mt.2:1,5-6
  • Is.7:14 - Mt.1:18-25
  • Sal.22:18 – Mt.27:35
  • Is.50:6 - Mt.26:67-68
  • Compare también los siguientes pasajes de la Biblia: Jer.31:15 / Os.11:1 / Is.11:2 / Sal.41:9  Zac.13:7 / Zac.11:12 / Sal.34:20 / Sal.69:21 / Sal.22. Estos pasajes hablan de ciertos aspectos de la vida y ministerio de Jesús que se cumplieron al pie de la letra en la vida de Jesús

La fe cristiana permanece de pie o cae con la resurrección de Jesús. Si Jesús no resucitó de entre los muertos, el cristianismo es una mentira y está guiando a la gente por un camino errado (1Cor.15).
A continuación encontramos algunos de los hechos que confirman la resurrección:
  • Si los judíos hubieran podido mostrar el cuerpo de Cristo, la resurrección sería refutada. Para cuidar el sepulcro e impedir que el cuerpo de Jesús desapareciera las autoridades organizaron guardias. Pero aún con este cuidado el cuerpo desapareció. Después de esto, los sacerdotes inventaron una mentira (Mt.28:11-15). Pero por una mentira nadie quiere morir como mártir. Los discípulos estuvieron dispuestos a morir por el testimonio de la resurrección de Cristo (2Pe.1:16-21).
  • Por 40 días Jesús, después de Su resurrección, se apareció a los discípulos (1Cor.15:6). Los mismos discípulos no querían creer lo que estaban viendo; Jesús tuvo que convencerlos que lo que estaban viendo y experimentando era algo real (Lc.24:36-43). Tomas fue uno de los más críticos, pero, finalmente, tuvo que reconocer que Jesús había resucitado.
  • El cambio en la vida de los discípulos. Después de la crucifixión ellos tenían miedo y estaban deprimidos; no habían pasado muchos días cuando estuvieron convencidos de la resurrección y dispuestos a morir por la causa (Lc.24). ¿Cómo es esto posible? Solamente es posible a raíz de un verdadero encuentro con el Jesús resucitado. Además, ahora después de 2.000 años, la vida de todo aquel que confía en Él es cambiada (1Cor.6:11 / Ef.2:1-3 / Sal.119:97-104 / 2Cor.3:2-3). ¿Cuál otro libro puede cambiar a un alcohólico o a un vicioso en una persona libre de la adicción que tiene paz y gozo?

Jesús nunca puso en duda la Escritura. El creyó en toda la Escritura (Mt.5:18 / Jn.10:35 / Mt.19:4-5 / Mt.24:37 / Mt.12:40). Él proclamó que Sus Palabras son la Palabra de Dios (Mt.24:35 / Jn.12:48). Jesús también dijo: “El cielo y la tierra desaparecerán, pero mis palabras no desaparecerán jamás” (Mt.24:35). Lea también las siguientes citas bíblicas: Mt.5:18 / Hebr.1:11-12 / Sal.119:89-90 / Is.40:8 / 1Pe.1:25.
  

CONCLUIMOS:

  • Lo arriba mencionado tiene consecuencias para cada uno de nosotros. Si alguien de verdad cree en la autoridad de la Biblia – y un verdadero cristiano lo cree - va a practicar en la vida diaria lo que ésta dice que debemos hacer (Stg.1:22-24). La Biblia llega a ser una bendición para los hombres en el momento que la obedecen (Stg.1:25 / Jos.1:8 / Sal.1:1-3).
  • La Biblia es un manual totalmente confiable para el manejo de la vida, de acuerdo con los propósitos de Dios. La Biblia contiene los planos para la vida. También contiene los detalles del cuidado íntimo de Dios para con el hombre. Es la carta de amor de Dios para el hombre (Sal.119:105 / 2Tim.3:16-17 / Sal.1:1-3 / Jos.1:8).
  • Aunque no negamos el valor de las tradiciones, tenemos que reconocer que para que una de ellas sea válida, ésta debe ser examinada a la luz de la verdad Bíblica y encontrada acorde con ella (Mt.15:3 / Mr.7:3-13 / Gal.1:14 / Gal.2:14 / Tit.1:14). Igualmente: todo lo que los seres humanos digan o afirmen (no importando cuán lindo suene ni cuál sea su posición, educación, título, etc.), todo debe ser probado a la luz de la Palabra de Dios (1Jn.4:1 / Dt.13:1-5 / Prov.14:15 / Rom.16:18 / Mt.7:15-16 / 2Pe.2:1).


 2. ¿Cuáles son los propósitos de la Palabra de Dios?


El principal propósito de la Biblia es revelar a Dios a los hombres, conocer a Jesucristo y obtener vida eterna (Jn.14:9 / Jn.1:1s / Jn.5:39). La Biblia no explica a Dios, simplemente lo revela (Gn.1:1 – “En el comienzo Dios...). Dios no hace ningún esfuerzo por probar Su existencia. La razón de esto es que Dios creó al hombre con una conciencia interior de la existencia de Dios (Hebr.11:6). Es en la Biblia donde podemos conocer a Dios y entender Sus características y Sus intenciones para con el hombre.

Otro propósito de la Biblia es mostrarle al hombre la necesidad que tiene, de tener una relación con su Creador y Dios. El hombre nunca fue creado para vivir separado de Dios. Dios es la fuente de vida y si el hombre quiere vivir plenamente, entonces debe vivir en armonía con Dios. La Biblia revela los continuos fracasos del hombre y muestra claramente que no puede vivir separado de Dios (Rom.3:10.20.23 / Jer.17:9 / Rom.6:23).

La Biblia también fue escrita para mostrarle al hombre el camino de su salvación y de cómo poder encontrar a Dios y reconciliarse con El (Jn.14:6 / Hch.4:12 / Hch.16:30,31 / Rom.10:9-10 / Jn.3:7).

La Palabra de Dios es el arma que Dios nos ha dado para resistir y derrotar al diablo. Es la herramienta para vencer cualquier tentación (Mt.4:4-10 / Ef.6:17 / Hebr.4:12).

Es la herramienta para predicar y enseñar las verdades de Dios (2Tim.3:16-17 / Hebr.4:12 / 1Cor.2:4-5). Igual, nos suministra elementos para defender nuestra fe (1Pe.3:15). Ella aumenta nuestra fe (Rom.10:17) y nos ayuda a vivir una vida que marca la diferencia limpiándonos de nuestros pecados (Jn.15:3 / Gal.5:22-23). El conocer la verdad nos hace libres de verdad (Jn.8:32).

Además, la Biblia nos muestra la manera cómo podemos crecer en la relación con Dios y con el prójimo (1Cor.1:30 / Ef.4:1s / Sal.1:1-3 / Sal-119:9 / 1Pe.2:1-3). La Biblia nos ayuda a encontrar paz y gozo (Sal.119:165 / Is.23:6 / Jer.15:16). Nos asiste en la toma de decisiones sabias (Sal.119:105). Ella nos provee sabiduría para prosperar en la vida (Jos.1:8 / Sal.1:1-3).
 
La Biblia obra en diferentes maneras en la vida de todo aquel que se acerca a ella con un corazón abierto. Para demostrar esto, ella usa diferentes símbolos que señalan la manera como obra la Palabra de Dios en aquellos que se exponen a la misma:

  • Un espejo (Stg.1:23-25). Esto ilustra el poder revelador de la Palabra (Hebr.4:12 / Lc.18:9-14).
  • Un crítico (Hebr.4:12). Discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Así como un maestro en la escuela hace ver a los estudiantes los errores para que sean corregidos, la Palabra de Dios revela al hombre aún las intenciones del corazón para que sean corregidas.
  • Una semilla (1Pe.1:23 / Lc.8:5-15). Este símbolo habla del poder generativo de la Palabra. Es una Palabra que da vida.
  • Agua (lavadero) (Ef.5:26). La misma Palabra que revela la contaminación de uno, también provee un medio de limpieza.
  • Lámpara o Luz (Sal.119:105 / Prov.6:23 / 2Pe.1:19). Habla de ser guía.
  • Un fuego (Jer.23:29 / Sal.39:3). El fuego habla de castigo y corrección (Hebr.12:3-15 / 1Cor.11:31-32). La meta final no es la destrucción sino más bien la corrección (Hebr.12).
  • Un martillo (Jer.23:29). La Palabra tiene poder para romper aquel corazón tan duro como una piedra.
  • Una espada (Ef.6:17 / Hebr.4:12). Con ella podemos confrontar mentiras y las falsas doctrinas y filosofías, es un arma contra el enemigo (Mt.4:4).
  • Comida. Así como la comida fortalece nuestro cuerpo físico, la Palabra de Dios fortalece y ayuda a un desarrollo sano de nuestra vida espiritual.

o Leche (1Pe.2:2 / 1Cor.3:1-2).
o Pan (Mt.4:4).
o Carne (alimento sólido – Hebr.5:12-14).
o Miel (Sal.119:103).

 

3. ¿Cuáles son algunos consejos para disfrutar la Biblia?


El hombre que cree en la autoridad de la Biblia debe preocuparse por conocer más y más lo que ella tiene para decirle. Todo creyente también está llamado a crecer espiritualmente, llegando a ser moldeado en su estilo de vida cada día más al de Jesús (1Pe.2:1-3 / Gal.4:19 / 2Cor.3:18). En ese proceso la lectura y el estudio de la Biblia son de suma importancia. Esto ocurre a través de:
  • Escuchar la Palabra de Dios (Rom.10:17).
  • Leer la Biblia (Dt.17:19).
  • Estudiar la Biblia (Hch.17:11).
  • Memorizar las Escrituras (Sal.119:9-11).
  • Meditar en las Escrituras (Sal.1:1-3).
 Considere además los siguientes consejos:
  • Cada creyente debería tener su propia Biblia.
  • Ya que Dios inspiró la Biblia, podemos pedirle a Él en oración que nos bendiga mientras leemos o estudiamos la Palabra de Dios.
  • No se deje confundir cuando encuentra pasajes difíciles de entender.  James S. Hewett narra la siguiente historia: Un religioso se sentó una vez en el comedor de un tren mientras viajaba a lo largo del rio Hudson. Al frente se sentó un ateísta, quien se dio cuenta que estaba sentado con un religioso e inmediatamente entabló una conversación: “Veo que usted es un religioso”, dijo el ateísta. “Sí, yo soy un ministro del Evangelio”, respondió el religioso. “Entonces supongo que usted cree en la Biblia”. El religioso, un hombre ortodoxo en sus puntos de vista, respondió: “Sí, yo creo que la Biblia es la Palabra de Dios”. El ateísta preguntó: “¿Pero no hay cosas en ella que son difíciles de explicar?”. Con humildad el religioso respondió diciendo que sí existen cosas difíciles de entender. Con un aire de victoria el ateísta pensó haber acorralado al religioso y comentó: “Entonces, ¿qué hace con eso?”. Sin alarmarse el religioso siguió disfrutando su comida que, por casualidad, era una pescado conocido por tener muchas espinas. Él levantó la cabeza y señaló: “Señor, yo hago lo mismo que cuando como pescado: cuando llego a las espinas, las pongo a un lado del plato y sigo disfrutando mi comida. Yo le dejo las espinas a algún tonto que quiera chuparlas.”
  •  Medite en la Palabra de Dios. Las palabras de la Biblia son palabras vivas y llenas de sabiduría eterna, dentro de la cubierta de palabras humanas. Dios quiere que veamos más allá de las palabras humanas y comencemos a descubrir la gran riqueza de sabiduría aplicable a la vida que se encuentra en ellas. La meditación es una reflexión profunda, es contemplar con cuidado los dichos de Dios (Jos.1:8 / Sal.1:1-3).
  • Ponga en práctica lo que va entendiendo. De nada sirve saber algo y no aplicarlo a la vida diaria. Es como alguien que tiene la medicina para su enfermedad en las manos, pero no se la toma (Stg.1:19-25).
  • Finalmente, debemos tomarnos tiempos prolongados para el estudio de la Biblia. Este estudio se hace haciéndole preguntas al texto. Preguntas como por ejemplo: ¿Qué dice el texto sobre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo? ¿Hay un ejemplo que debo seguir? ¿Veo un pecado que debo evitar? ¿Hay alguna advertencia que debo tener en cuenta? ¿Hay un mandamiento que debo obedecer? ¿Contiene alguna promesa que puedo reclamar? ¿Hay algo que no entiendo y que debo aclarar con más estudio? ¿Hay algo sobre lo cual puedo o debo orar?


 MANOS A LA OBRA: Sigamos lo que nos enseña el apóstol Pablo en 2Timoteo 2:15:

“Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad” (NVI).



ASIMILANDO (2Timoteo 3:16-17)
(Escriba sus respuestas a continuación y úselas para el diálogo en un grupo pequeño de estudio bíblico)
 
¿Qué lecciones aprendió durante este estudio?

¿Qué pasos debe tomar para ser obediente a los mandatos de Cristo? Sea específico.

¿Cuáles desafíos cree usted que va a enfrentar en la aplicación de esta lección en su vida y ministerio?

Anote a continuación una petición de oración. Permita que otros cristianos oren con usted.

 CAPACITAR Y PREPARAR (2Timoteo 3:16-17)

Comparta con una persona lo aprendido en esta lección.
¿A quién le compartirá? ¿Cuándo le compartirá?

 REPORTE en la siguiente reunión: ¿Cómo le fue? ¿Qué preguntas surgieron? ¿Cuál fue la reacción / respuesta de la gente?

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