"Los
que encubren sus pecados no prosperarán, pero si los confiesan y los abandonan,
recibirán misericordia" (Prov.28:13) NTV
1. Prosperar (tsaleaj
en hebreo) significa triunfar, tener éxito, salir adelante o avanzar. El
diccionario expositivo de Palabras del Antiguo Tetsamento de W. E. Vine en
e-Sword dice al respecto: El término expresa la idea de una empresa de
«éxito» (lo contrario de fallida) (Gn.24:21).
El versículo
en Prov.28:13 nos enseña que si no reconocemos nuestro pecado, y si no nos
apartamos del mismo para buscar a Dios, entonces no prosperaremos (1Jn.1:8-10).
De hecho vamos a experimentar todo lo contrario. David vivió algo de ese camino
fallido y lleno de conflictos. En el Sal 32:1-5 lo relata.
* El verdadero gozo en la vida
disminuye. Nuestra relación con Dios sufre.
* El cuerpo experimenta enfermedad, deterioro, cansancio.
* El cuerpo experimenta enfermedad, deterioro, cansancio.
* Emocionalmente se vive depresión,
frustración.
* Nuestras oraciones se tornan
inefectivas.
* Nuestro crecimiento espiritual se
trunca.
* Nuestro servicio es infructuoso.
* No vamos a avanzar, tampoco
truinfaremos en la vida, en el trabajo y en el ministerio
2. Confesar significa reconocer
los pecados y admitirlos delante de Dios y delante de gente (Stg.5:15-16). Es
decir lo mismo que Dios dice (1Jn.1:9). Es estar de acuerdo con Dios. Es llamar
pecado lo que Dios llama pecado. Y es decidir no continuar con el pecado
(Sal.32:1-5).
Nuestra
confesión debe ir acompañada de un verdadero arrepentimiento que se manifiesta
primeramente en alejarse del pecado y en un cambio de conducta (Lc.15:18-24 /
Mt.3:6-10 / Lc.19:8). Un verdadero arrepentimiento se da cuando hay un cambio
de pensamiento y corazón que llevan a un cambio de conducta. La manera
bíblica para tratar con nuestros pecados es la confesión
sincera de los mismos.
3. Recibir
misericordia. Donde hay verdadero arrepentimiento y un sincero buscar
a Dios se experimenta la misericordia de Dios y Su perdón (Sal.32:1-5 / 1Jn.1:9
/ Lv.26:40-42 / 1Re.8:47-49 / Sal.51:1-5 / Lc.15:18-24).
4. Sabiduría: Quien
endurece su corazón y no teme a Dios va directo a graves problemas: "Benditos
los que tienen temor de hacer lo malo; pero los tercos van directo a graves
problemas" (Prov.28:14) NTV. Problemas como: esclavitud y
adicción; vergüenza y culpabilidad; relaciones interpersonales rotas;
familias destruidas; dolor mental, emocional y físico; pérdidas de vidas, de
dinero, de trabajo, etc.; juicio y castigo de Dios, etc.
Los sabios
confiesan rápidamente sus pecados cuando el Espíritu Santo los convence de los
mismos (Jn.16:8) y se apartan de ellos. Sabiduría es no permitir que el corazón se endurezca y llegue
a ser insensible y desinteresado a la obra del Espíritu Santo
(Rom.2:5 / Prov.29.1). El temor por las consecuencias del pecado es buena
base para dar pasos de sabiduría que nos ayudan a vivir una vida que marca la
diferencia y que prospera (Rom.6:23 / Stg.1:15).
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