jueves, 20 de noviembre de 2014

Sabiduría para la Vida - Arrepentimiento



"Los que encubren sus pecados no prosperarán, pero si los confiesan y los abandonan, recibirán misericordia" (Prov.28:13) NTV

1. Prosperar (tsaleaj en hebreo) significa triunfar, tener éxito, salir adelante o avanzar. El diccionario expositivo de Palabras del Antiguo Tetsamento de W. E. Vine en e-Sword dice al respecto: El término expresa la idea de una empresa de «éxito» (lo contrario de fallida) (Gn.24:21). 


El versículo en Prov.28:13 nos enseña que si no reconocemos nuestro pecado, y si no nos apartamos del mismo para buscar a Dios, entonces no prosperaremos (1Jn.1:8-10). De hecho vamos a experimentar todo lo contrario. David vivió algo de ese camino fallido y lleno de conflictos. En el Sal 32:1-5 lo relata.
* El verdadero gozo en la vida disminuye. Nuestra relación con Dios sufre.
* El cuerpo experimenta enfermedad, deterioro, cansancio.
* Emocionalmente se vive depresión, frustración.
* Nuestras oraciones se tornan inefectivas.
* Nuestro crecimiento espiritual se trunca.
* Nuestro servicio es infructuoso.
* No vamos a avanzar, tampoco truinfaremos en la vida, en el trabajo y en el ministerio 

2. Confesar significa reconocer los pecados y admitirlos delante de Dios y delante de gente (Stg.5:15-16). Es decir lo mismo que Dios dice (1Jn.1:9). Es estar de acuerdo con Dios. Es llamar pecado lo que Dios llama pecado. Y es decidir no continuar con el pecado (Sal.32:1-5). 
Nuestra confesión debe ir acompañada de un verdadero arrepentimiento que se manifiesta primeramente en alejarse del pecado y en un cambio de conducta (Lc.15:18-24 / Mt.3:6-10 / Lc.19:8). Un verdadero arrepentimiento se da cuando hay un cambio de pensamiento y corazón que llevan a un cambio de conducta. La manera bíblica para tratar con nuestros pecados es la confesión sincera de los mismos.

3. Recibir misericordia. Donde hay verdadero arrepentimiento y un sincero buscar a Dios se experimenta la misericordia de Dios y Su perdón (Sal.32:1-5 / 1Jn.1:9 / Lv.26:40-42 / 1Re.8:47-49 / Sal.51:1-5 / Lc.15:18-24). 

4. Sabiduría: Quien endurece su corazón y no teme a Dios va directo a graves problemas: "Benditos los que tienen temor de hacer lo malo; pero los tercos van directo a graves problemas" (Prov.28:14) NTV. Problemas como: esclavitud y adicción; vergüenza y culpabilidad; relaciones interpersonales rotas; familias destruidas; dolor mental, emocional y físico; pérdidas de vidas, de dinero, de trabajo, etc.; juicio y castigo de Dios, etc.
Los sabios confiesan rápidamente sus pecados cuando el Espíritu Santo los convence de los mismos (Jn.16:8) y se apartan de ellos. Sabiduría es no permitir que el corazón se endurezca y llegue a ser insensible y desinteresado a la obra del Espíritu Santo (Rom.2:5 / Prov.29.1). El temor por las consecuencias del pecado es buena base para dar pasos de sabiduría que nos ayudan a vivir una vida que marca la diferencia y que prospera (Rom.6:23 / Stg.1:15).
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