‘Porque
he bajado del cielo no para hacer mi voluntad sino la del que me envió’ (Jn.6:38).
Y
sucedió que cuando se cumplían los días de su ascensión, El, con determinación,
afirmó su rostro para ir a Jerusalén (Lc.9:51).
Jesús
tenía establecidas metas claras para su vida. Jesús conoció el propósito y la
misión divina para su vida.
Él sabía que había venido a salvar a los perdidos (Lc.19:10). El también
entendió que su misión no terminaba con su muerte y resurrección. La visión de Dios la encontramos en
citas como Apoc.5:8-11 y Mt.28:18-20, donde vemos que Dios quiere gente de todas las razas y naciones
adorándole en el cielo porque han sido comprados por la sangre del Cordero
(Sal.117 / Sal.67). Por eso se dedicó
Jesús a entrenar y a preparar a unos pocos hombres que iban a seguir y
completar Su trabajo (Mr.1:17 / Jn.17:18-21). Jesús no trató de adivinar el
plan de Dios para su vida, tampoco se la pasó experimentando para ver en qué
dirección finalmente iba a moverse. Desde un principio el entendió para qué es
que había venido a este mundo. Él entendió la razón del envío por parte de Su
Padre (Jn.3:16).
Todo lo que Jesús hizo lo hacía sometido a
la misión dada a Él por Dios el Padre (Jn.6:38). La voluntad del Padre era la misión a la que Jesús se sometió
totalmente. Esa misión se resume en los siguientes versículos: Is.61:1-2 / Lc.4:18-19
/ Mr.10:45 / Lc.19:10.
Jesús
tenía un sentido de destino.
El no esperaba que las cosas sucedieran a su alrededor. El más bien le daba la
dirección a su vida de acuerdo al plan de Dios para Su vida (Jn.4:3-4 (Lc.2:49
/ Lc.9:51). Por eso es que Jesús también
anima a planear bien los detalles de la vida, naturalmente planearlos de
acuerdo a los planes de Dios para nuestra vida (Lc.14:28 / Ef.2:10 / Ef.1:4 /
Rom.8:29). Además de tener un sentido de destino, Jesús también conocía el
producto que tenía que ofrecer (Jn.10:10). Él también sabía cuáles iban a ser
los resultados del cumplimiento de su misión.
La cosa de la visión
La Biblia
declara en Proverbios 29:18, "Donde no hay visión, las personas
perecen"
[a] Visión (‘chazon’ en hebreo) casi siempre significa
una revelación divina (Ez.12:21-25). La revelación de Dios da dirección y
propósito a la vida de todo creyente. Las causas para que un pueblo no tenga
visión pueden ser varias:
* La gente rechaza los mandamientos y la Palabra
de Dios (Os.4:6).
* El pecado impide que Dios hable con Su pueblo
(Amos.8:11-12).
* No hay quien predique la Palabra para que la
gente le siga y pueda llegar a tener una clara visión del plan de Dios para su
vida (Rom.10:13-15).
Mucha gente nos
invita a buscar y determinar nuestro propio destino, pero Dios nos llama a
vivir siguiendo Su voluntad y Sus planes para nuestra vida (Ef.2:10).
Sirviendo al estilo de Jesús comienza cuando nos sometemos a cumplir la misión
que Dios nos encarga en vez de estar buscando hacer realidad nuestra propia
agenda (Jn.6:38 / Sal.40:8 /
Jn.4:34 / Jn.8:29 / Jn.9:4). Para comenzar a vivir el destino de Dios para
nuestras vidas debemos comenzar teniendo una relación personal con Dios a
través de Jesucristo. Su destino para nuestras vidas lo cumplimos al ser Sus
seguidores.
Como servidores que queremos ser nos debemos
preguntar cuál es el llamado de Dios en mi vida y qué es lo que Dios quiere ver
completado a través de mi vida en este mundo.
[b] Perecen (‘para’ en hebreo) significa que no hay dirección, no hay liderazgo, cada cual hace lo que
se le viene a la mente, desenfreno. El pueblo de Israel es un ejemplo
trágico. Dios había hablado de la tierra prometida, pero la mayoría no creía en
esa Palabra y rechazó la visión de Dios de un pueblo siendo prosperado por
Dios. Toda esa generación pereció en el desierto - menos dos hombres que más
allá de las circunstancias visibles y de las dificultades vieron la realización
de un sueño dado por Dios.
Dios tiene un
plan para cada uno de Sus Hijos (Ef.2:10 / Is.48:17 / Sal.32:8-9 / Is.30:21).
En todo el mundo existen creyentes que han nacido de nuevo, pero cuyas vidas
están exentas de dinamismo y propósito. La visión espiritual proporciona una
meta, representa un desafío y le da una estructura a la vida. Una visión dada
por Dios nos hace ver más allá de los problemas y de lo imposible (2Re.6:15-17).
La mira en lo temporal, terrenal, mundano y en las limitaciones nos lleva a la
capitulación antes de ser derrotados de verdad.
La perspectiva
espiritual comprende ver más allá del mundo natural hacía el mundo
espiritual. Es entender el propósito
divino de Dios y reconocer nuestra parte en Su plan. La visión espiritual proporciona una
imagen clara de lo que Dios quiere que hagamos particularmente o como iglesia.
La visión de Dios entonces gobierna cada paso de la vida cristiana hacia el
logro de esa meta.
El apóstol Pablo tenía la visión divina para su
vida. Él dijo: "No fui rebelde a
la visión celestial" (Hch.26:19).
Esta visión vino a ser la fuerza que gobernara la vida de éste hombre. Además reconoció que tener una visión no es
suficiente. Debía dar los pasos para lograr la realización de la misma. Una
visión puede permanecer "visionaria". Esto significa que ella nunca
se vuelve una realidad porque nunca se procede para cumplirla, es solo una
imaginación. Cuando Dios da una visión Él también da las estrategias
espirituales y prácticas para cumplirla.
Cuando Dios dio
la visión a Pablo, Él también le dijo los pasos específicos que debía tomar
para cumplir con esa visión. "Pero
levántate y ponte en pie; porque te he aparecido con el fin de designarte como
ministro y testigo, no sólo de las cosas que has visto, sino también de
aquellas en que me apareceré a ti; librándote del pueblo judío y de los
gentiles, a los cuales yo te envío, para que abras sus ojos a fin de que se
vuelvan de la oscuridad a la luz, y del dominio de Satanás a Dios, para que
reciban, por la fe en mí, el perdón de pecados y herencia entre los que han
sido santificados." (Hch.26:16-18).
El propósito de
esta visión recibida por Pablo era:
Hacerle ministro y testigo.
Su ministerio era para un grupo especial de
personas, los gentiles.
La meta que
debía alcanzar con la ayuda de Dios:
Abrir los ojos espirituales para que vean la
luz.
Liberación del poder de Satanás.
Que reciban el perdón de Dios.
Revelar la herencia espiritual que se adquiere
por la fe.
Reconozca que:
- La visión no puede ser algo que usted mismo se inventa, debe ser algo que Dios da. Esta visión se obtiene en la presencia de Dios (Neh.2:12 / Esd.7:27 / 2Cor.8:18). Hay que tomar tiempo para buscar de Dios y no necesariamente ir a buscar programas y métodos que otros han usado y que posiblemente les han ayudado.
- La visión muestra claramente lo que se quiere alcanzar y lo que se quiere ver al final como resultado o producto de la visión de Dios.
- El servidor con visión no quiere servirse a sí mismo sino más bien provee dirección al pueblo de Dios para que ellos lleguen a ser más como Cristo. Si el servidor busca algo menos que el cumplimiento de la visión de Dios, el líder no es un verdadero líder.
- La medida de un servidor cristiano es: ¿Posee la visión de Dios para la gente a la cual ha sido llamado? Visión es un requisito necesario para un liderazgo autentico.
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