“En la antigüedad Dios
pasó por alto la ignorancia de la gente acerca de estas cosas, pero ahora él
manda que todo el mundo en todas partes se arrepienta de sus pecados y vuelva a
él”
(Hch.17:30) NTV
Mt.3:1-2 / Mt.4:17 / Mt.12:41 / Mt.21:29-32
/ 1Re.8:47 / Ez.18:30-32 / Ez.31:11 / Hch.2:38 / Hch.3:19 / Hch.11:18 /
Hch.20:21 / Hch.26:20 / 2Cor.7:10 / Hebr.6:1 / 2Pe.3:9 / Apoc.2:5
El arrepentimiento es la primer condición para entrar en el Reino de Dios
- El primer paso para llegar a ser un cristiano verdadero y un discípulo de Cristo es el arrepentimiento (Mt.3:2 / Mt.4:17 / Lc.13:5 / Mt.6:12 / Hch.2:38).
- El mensaje de Juan el Bautista fue claro: El que se arrepiente y ordena su vida con Dios, va a ver las bendiciones de Dios en su vida y va a ser una bendición para el mundo (Mt.3:2.11). Juan el Bautista fue un nuevo profeta con el mensaje de los profetas del Antiguo Testamento (Joel 2:12 / Is.55:7 / Ez.33:11 / Ez.33:15).
- El mensaje de Jesucristo era el arrepentimiento (Mt.4:17 / Mt.12:41 / Mt.21:29:32)
- Los apóstoles predicaban el arrepentimiento como primer paso para acercarse a Dios y conectarse con su Salvador (Hch.2:38 / Hch.3:19 / Hch.11:18 / Hch.20:21 / Hch.26:20 / 2Cor.7:10)
¿Qué es Verdadero Arrepentimiento?
El arrepentimiento es más que solamente decir: ‘lo siento’. Es mucho más que solo sentirse mal por haber cometido un pecado. Según la enseñanza de la Biblia el arrepentimiento es una nueva manera de pensar y una nueva manera de actuar. Es un cambio completo en el pensar y actuar. Es un orientarse hacia Dios.
[a] Una nueva manera de pensar:
Para vivir
un verdadero arrepentimiento debe
haber primero una nueva perspectiva en
cuanto al pecado, a Dios y el mundo. Comienza reconociendo y aceptando las
verdades de Dios plasmadas en la Biblia. Esta nueva manera de pensar lleva a
nuevas acciones, a una nueva conducta. El pecado no debe verse como simple
debilidad o una falla. El pecado debe reconocerse como tal y debe ser nombrado
respectivamente. No puede haber disculpas como: “Todo el mundo lo hace”. – “El
pecado ocurre en la carne, pero mi espíritu no tiene nada que ver con eso”. –
“Yo puedo pecar, importante es que me vuelva a parar” (Prov.24:16).
También hay
que entender que el pecado es un hecho
contra Dios (Sal.51:4 / Lc.15:21). Uno no solamente se arrepiente para
agradar al Pastor o a alguna otra persona. Se trata de arreglar nuestra
relación con Dios.
El pecado es un hecho contra sí mismo. El pecado de David no dejó su vida
intacta (Sal.51:8 / Sal.38:3-12). El hijo pródigo entendió que él mismo había
perdido; él no se sentía digno de ser llamado hijo (Lc.15:21). Lo que al
principio se ve tan lindo, al final es muy amargo (Prov.5:3-12).
[b] Una nueva manera de actuar:
Los judíos
entendían claramente lo que se esperaba de un verdadero arrepentimiento – ellos
debían dejar el pecado y buscar a Dios
(Ez.33:11 / Jon.3:10). No fue el ayuno, ni el vestirse de cilicio lo que
impresionó a Dios en el caso de los de Nínive, sino el que ellos se apartaron
del mal camino.
Dejar el pecado (2Cron.7:14 / Hch.14:15)
– debe haber una decisión clara de dejar el pecado y odiarlo, de dejar
cualquier hábito malo. No es suficiente llorar y estar tocado por la Palabra y
lamentar las consecuencia, debe haber una decisión con determinación a dejar lo
malo y caminar en un nuevo rumbo marcado por los mandamientos de Dios (Jn.8:1-8
/ Jn.6). Compare: 2Cor.7:9-10 / Lc.18:13 / Hebr.6:1 / Prov.28:13.
- Confesión del pecado (Lc.18:13 / Sal.32-5 / Lc.15:21 / Mt.3:6).
- Restitución (Lc.19:8).
- Eliminar los ídolos (1Sam.7:3 /Hch.19:19).
Debe haber un buscar
a Dios (Hch.26:20 / Lc.15:18) – dejar el egocentrismo y más bien
amar a Dios sobre todas las cosas; dejar la desobediencia y más bien obedecer;
dejar la rebelión y más bien someterse (Stg.1:21-25
/ Lc.6:47-48 // Dt.28 / Ex.15:26 / Sal.1:1-3
/ Sal.111:10 / Lc.11:28 / Mt.12:48-50.
- Obedecer los mandamientos de Dios (Mt.7:21-25)
- Servir a Dios (1Tes.1:9).
- Hacer buenas obras (Hch.26:20).
- Apartarse del pecado (Prov.28:13 / ¡Is.55:7!).
¿Cómo obtener una conciencia limpia?
1Re.8:47 /
Neh.1:6 / Sal.32:5 / Sal.51 / Sal.19:12 / Prov.28:13 / Mt.3:6 / Hch.19:18 /
Tit.2:14
¿Qué hacer
si hemos violado parámetros de integridad y de pureza moral? ¿Cómo podemos
alcanzar una conciencia limpia para restaurar nuestra relación con Dios y con
el prójimo? Hay ciertos pasos que podemos tomar para alcanzar una conciencia
limpia y obtener perdón de aquellos a quienes hemos ofendido. La Biblia nos da
esperanza para una posible restauración (Gal.6:1 / Prov. 28:13 / 1Jn.1:8-10 /
Joel 2:12-13).
[a] Debemos primeramente confesar los pecados (2Cron.7:14 / Prov.3:5-6)
En
1Jn.1:8-10 el apóstol Juan sugiere tres pasos para obtener una conciencia
limpia:
[a] Reconocer el pecado.
[b] Confesar el pecado.
[c] Recibir el perdón de los pecados.
Dios perdona.
El llamado
de Dios a gente con problemas y con la relación con Dios quebrada es: “confiese
sus pecados”. El encubrir pecados trae dolores, problemas, derrotas, depresión.
Pero el confesar y dejar los pecados lleva a que seamos perdonados misericordiosamente
y a ser librados de una carga destructora y de la mala conciencia (Sal.32 /
Prov.28:13 / Stg.5:14).
¿Qué produce el encubrir pecados? ¿Por
qué es tan importante que confesemos nuestros pecados? Para poder contestar
estas preguntas solamente debemos pensar en una persona que en algún momento
robó la chocolatina que su madre le había prohibido, o en las cosas que alguien
le robó a la empresa donde trabaja, o en la persona que cometió un adulterio o
ha dicho alguna mentira para beneficiarse. Las consecuencias de ese pecado no
confesado se manifiestan de la siguiente manera:
- Influye negativamente sobre las relaciones humanas y en la relación con Dios. El chico que se robó la chocolatina de su madre o de su padre ya no puede estar frente a ellos de la misma manera que antes. Su conciencia lo culpa, no puede mirarles a los ojos. Adán y Eva no podían aguantar el encuentro con Dios (Gn.3:8).
- Encubrir cuesta mucha energía. Surgen depresiones a raíz del pecado no confesado. Eso fue lo que vivió David cuando quiso ocultar su adulterio con Betsabé (Sal.32). Cuesta mucha fuerza mantener algo encubierto, no importa si se trata de un robo de plata o que le haya dicho una mentira a alguien, o que haya cometido adulterio; constantemente tiene que estar pendiente a no ser sospechado o culpado de algo. Hay muchas disculpas y “explicaciones”. Surgen problemas sicosomáticos, temor, angustia.
- Encubrir impide una solución al problema. David experimentó liberación en el momento que fue confrontado y cuando permitió la confrontación con su problema. David confesó su pecado, pidió perdón y así recibió la ayuda que necesitaba (Sal.32 / Sal.38 / Sal.51). Los escribas no confesaron sus pecados cuando Jesús los confrontó, sino que más bien se retiraron y así no recibieron ayuda a su problema real (Jn.8:1-9 / Mt.21:29-32 / Mt.12:41).
- El no confesar los pecados abre puertas al enemigo. Después de confesar los pecados le quitamos al enemigo el derecho que le habíamos dado en el momento que permitimos el pecado en nuestra vida. Ahí es cuando podemos experimentar verdadera liberación (Ef.4:26-27).
[b] Debemos hacer restitución
La Biblia
nos llama a hacer restitución de cualquier mal que hayamos cometido contra una
persona o la propiedad de otros (Lv.6:1-5 / Nm.5:5-7 / Prov.6:30-31 /
Ez.33:14-15 / Lc.19:8-10). Cuando uno se hace culpable frente a otro, debe ir
donde la persona y ordenar su vida pidiendo perdón y haciendo restitución
(Mt.5:21-26).
La sociedad
se desintegra y se destruye mediante el pecado, y la restitución es el proceso
inverso de integración y restauración. Esta es una buena manera de testificar
del poder de Cristo que cambia a una persona, si ésta se somete a Él. También
es una señal de un buen comienzo como cristiano creyente y de una vida que
sigue a Cristo, demostrando humildad y generosidad pacificadoras.
[c] Recibir el perdón de Dios
Quien
confiesa sus pecados recibirá misericordia. Podemos contar con el perdón de
Dios (1Jn.1:8-9 / Sal.103:3 / Sal.130:4 / Hch.5:31 / Hch.13:38 / Ef.1:7 /
Is.43:25 / Is.44:22 / Is.55:7 / Mic.7:18 / Is.1:18-20).
Verdadero Arrepentimiento
Ejemplos:
- David (2Sam.12:13 / Sal.51).
- El hijo pródigo (Lc.15:18-21).
- Zaqueo (Luc19:1-10).
- Simón Pedro (Mr.14:72 / Lc.22:62).
Es nuestro deber.
- Todos hemos pecado (Rom.3:23).
- Dios tiene derechos legales sobre nuestra vida o Él nos ha creado (Sal.139:13). o Él nos ha protegido (Sal.121). o Él nos amó (Juan 17:23). o El dio a Su hijo por nosotros (Juan 3:16).
- Por nosotros dio Jesús Su vida en la cruz, para que a raíz de nuestro arrepentimiento se nos perdonen los pecados (Lc.24:47).
- A raíz de todo lo que han hecho el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo por nosotros, debemos entregar nuestra vida al servicio de Dios, comenzando con el arrepentimiento.
- La Biblia nos demanda verdadero arrepentimiento: Mc.1:15 / Hch.3:19 / Hch.17:30.26.20.
En el cielo hay gozo por cada pecador que se arrepiente
·
Compare: Lc.15:5-7,9-10,22-24,32
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