jueves, 3 de enero de 2019

El lugar mío . . .


". . . ¿Puedo acaso tomar el lugar de Dios? Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente" (Gn.50:19-20) NVI

José vivió momentos muy difíciles cuando los hermanos lo vendieron injustamente a los ismaelitas, cuando la mujer de Potifar lo acusó falsamente y cuando el preso al que le interpretó los sueños se olvidó de él (Gn.37 a Gn.50). Todas esas experiencias fueron suficiente causa para responder con venganza o amargura. José, sin embargo, venció la tentación de reaccionar con amargura y venganza.José no se dejó llevar por los sentimientos heridos, sino más bien se dejó regir por sus valores espirituales. No permitió que experiencias del pasado influenciaran su comportamiento y sus decisiones presentes ni su futuro – el respondió al mal que le fue causado haciendo el bien (Gn.50:19-21 / Rom.12:17-21). Porque José tomó su lugar siguiendo los mandamientos de Dios llegó a ser un instrumento útil en las manos de Dios.
"Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes" (Col.3:13) NVI

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