viernes, 22 de enero de 2016

La oración – conexión con Dios



“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O qué hombre hay entre vosotros que si su hijo le pide pan, le dará una piedra, o si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden?” (Mt.7:7-11).  LBLA


(Lc.18:1 / Jn.14:13-14 / Jn.15:7 / Jn.15:16 / Jn.16:23-24 / Stg.1:5-6 / Stg.5:15 / 1Jn.5:14-15)


El tema de la oración es un tema de gran importancia en la vida de un creyente y es un asunto clave en su relación con Dios. A través de la oración cooperamos con Dios y podemos ver cómo Dios interviene y cambia las cosas, las situaciones y las personas (Mt.9:35-38 / Mt.7:7-11 / Ex.2:23-25 / Ex.3:7-10 / Lc.11:1-13).  Pero la oración también cambia a los que oran. Si un creyente no ora está perdiendo una gran oportunidad de impactar al mundo y no permite que su propia vida sea tocada.



La oración es fundamental para mantener la relación personal con Dios, es la herramienta para acercarnos a Dios en momentos de estrés, de problemas, cuando el creyente tiene necesidad de dirección y provisión o cuando quiere dar gracias a Dios. No es algo opcional ni un “último recurso” para cuando hayan fallado todas las demás iniciativas. La oración eleva las actividades cristianas de la esfera de lo puramente humano a lo divino. Alguien dijo: ‘Cuando el hombre obra, él obra, pero cuando el hombre ora, Dios obra’.  Al tratar el tema de la oración debemos recordar que tenemos grandes promesas dadas por Dios referentes a la oración (Mt.7:7-11).



1. ¿Qué es la oración?


La oración es conversar con Dios. Al orar le damos a Dios el acceso a nuestras necesidades, sentimientos, peticiones, súplicas, acciones de gracias, como también a las necesidades de otros.  Para ello no es necesario usar palabras elocuentes o adornadas. No es necesario tener oraciones largas o con la gramática correcta. Podemos orar en inglés, español, hebreo o en otros mil idiomas o lenguas. Porque Dios sabe lo que necesitamos antes de que se lo pidamos. Orar es sencillamente conversar con Dios (Mt.6:8.32 / Sal.38:9 / Sal.69:17-19 / Lc.12:30).

En la oración  le pedimos a Dios por algo o le presentamos una petición por otra persona. La súplica es una oración intensa y urgente, pidiendo por la intervención divina (Filp.4:6). En la oración le damos gracias a Dios por Sus obras maravillosas, lo alabamos por Su amor y le presentamos nuestras peticiones. Se dice que la oración es el respirar del alma. La oración es la gran oportunidad que tiene todo ser humano para aprovechar las bendiciones de Dios (Ef.5:20 / Col.3:17 / Job 1:21 / Sal.34:1 / Hebr.13:15 / Sal.62:8 / Sal.118:5 / Sal.145:18 / Rom.12:12 / 1Tes.5:17-18).


Al acercarnos a Dios en oración y súplica (Filp.4:6), y si lo hacemos de acuerdo con las verdades y principios anotados en la Biblia, vamos a experimentar las respuestas de Dios. Es por eso que al orar es importante saber lo que la Biblia nos dice respecto a la oración, como también a la voluntad de Dios en las diferentes áreas de la vida. Orar de acuerdo con la Biblia es conversar con Dios con el conocimiento de quién es Dios y de cómo Él escucha y cómo actúa.



2. ¿Por qué orar?


Nosotros oramos porque tenemos un Dios que oye las oraciones y las contesta con gran poder. Dios quiere dar y contestar, si nosotros le pedimos (Mt.7:7 / Jn.14:13 / Ex.2:23-25 / Ex.3:7-10). Una de las características del Dios verdadero es que responde a las oraciones de aquellos que se acercan a El (1Re.18:20-40). Dios nos quiere revelar cosas grandes que no conocemos, eso sí, si nos acercamos a Él en oración (Jer.33:2-3). Los que le buscan a Él en oración no salen con las manos vacías (Hebr.11:6).


El carácter de Dios nos debe motivar a orar con confianza, ya que Él es un Dios dador (Stg.1:5-6). Nuestro Padre quiere bendecir a Su pueblo con lo bueno.  Él no es avaro ni amargado. Dios da generosamente (Lc.11:10-13 / Mt.7:7-11). La oración es una señal de una relación viva con el Dios vivo. Además, podemos reconocer las siguientes razones para que todo creyente en Jesús practique la oración:

  • La oración es una orden de Dios, no una idea del hombre. Jesús nos llama a orar siempre, porque el esfuerzo no es en vano (Lc.18:1). La Biblia nos enseña a orar, no importa donde estemos, quienes somos, como nos sintamos. No hay excusas que valgan para disculpar nuestra omisión de orar (1Tes.5:17). Todo lo que nos preocupa, sea pequeño o sea grande, es motivo para orar a Dios (Filp.4:6). La iglesia tiene un ministerio importante en este mundo: ORAR (1Tim.2:1). Si el hombre quiere vivir una vida de victoria, debe aprender a orar y velar en oración (Ef.6:18-19 / Mt.26:41).

  • A través de la oración expresamos nuestra dependencia de Dios. Al orar estamos admitiendo que solos no vamos a ir muy lejos y que necesitamos de Dios. Los que no tienen necesidad de Dios no van a orar (Mt.6:9). En la oración estamos confiando en Dios. Jesús siempre dependía de Su Padre y esto lo demostró en Sus tiempos de oración (Jn.5:19,30 / Jn.8:28,38 / Jn.14:10).

  • La oración es el camino al gozo supremo (Jn.16:24). El que recibe un regalo o quien después de orar es sanado o ve cómo su petición a Dios es respondida por El de una manera maravillosa, se goza (Sal.55:22 / Filp.4:6-7).

  • La oración es un argumento claro en contra de las dudas (1Re.18:21-39). Con respuestas concretas a nuestras oraciones, las dudas tienen que huir (Hch.4:29-31 - Hch.5:12-16 / Dan.2:16-19,47).

  • La oración es un camino para recibir fortaleza espiritual (Hch.8:14-16 / Lc.21:36 / Ef.3:14-19).

  • La oración es la manera como el cristiano recibe provisión de Dios (Stg.4:2 / Mt.7:7).

  • La oración es el camino por medio del cual hacemos que la voluntad de Dios se haga en la tierra (Mt.18:18 / Lc.10:2). Nosotros, los seres humanos, somos administradores de esta tierra (1Co.4:2 / Mt.25:14s), y Dios quiere que nos preocupemos por la tierra (Gn.1:28 / Gn.2:15). El rumbo de una nación es influenciado enormemente por la oración de un hombre (Sal.106:23 / Dt.9:25-29 / Neh.1:4-11 / 1Tim.2:1-4). Dios siempre tiene el deseo de que se haga Su voluntad. El hace conocer Su voluntad y el creyente le da a esa, Su voluntad, la expresión a través de la oración (Ez.13:5). Cada uno tiene áreas de responsabilidad sobre las cuales puede influir con la oración: Su vida personal – la familia – la iglesia – la ciudad – la nación – el mundo.

3. ¿Cómo orar?


Cuando se habla de postura exterior en la oración debemos considerar que no existe una posición externa de más poder. En el momento de la necesidad lo importante es que nos dirijamos a Dios en oración. La siguiente ilustración nos puede ayudar a entender mejor este punto: Tres pastores estaban hablando de la oración en términos generales y sobre las posiciones más efectivas y apropiadas durante la oración. Mientras ellos hablaban un hombre trabajaba reparando el sistema telefónico en un lugar. Uno de los pastores argumentaba que la clave radica en las manos. El siempre unía las manos y las mantenía señalando hacia el cielo como una forma simbólica de adoración. El otro ministro sugirió que la oración verdadera se hacía sobre las rodillas. El tercero insinuó que ambos estaban errando y dijo que la única posición que valía la pena era la de orar estirado en el piso. A estas alturas de la conversación el reparador de teléfonos ya no podía aguantar la discusión. El intervino diciendo: ‘Yo recuerdo que la oración más poderosa que alguna vez haya expresado fue cuando estaba un día colgado patas arriba en un poste de alumbrado, suspendido 10 metros sobre el suelo’.

La Biblia nos enseña al respecto lo siguiente:



  • No son las muchas palabras las que impresionan a Dios. Pero esto no significa que no deberíamos orar mucho. Debemos aprender a orar específicamente, con verdadera necesidad, esperanza y fe (Mt.6:7 / Is.1:15). En muchas ocasiones Jesús hizo que la gente formulara sus peticiones específicamente (Mr.10:36, 47-51). También debemos nosotros saber lo que queremos de Dios. Una petición concreta, recibe una respuesta concreta.

Consejos para orar específicamente:

    • Limpie sus oraciones de aquellas peticiones a las cuales no necesariamente espera una respuesta. No ore por simplemente cumplir con un rito. Tampoco use palabras religiosas como si con ellas pudiera impresionar a Dios.  No hay que usar muchas palabras ni vanas repeticiones (Mt.6:7-8 / Ecl.5:2).
    • Lea la Biblia y busque la voluntad de Dios. Orar no es discutir con Dios y tratar de convencerlo de nuestras opiniones.  Podemos orar siguiendo las verdades que nos enseña la Biblia.
    • Lleve un inventario de sus oraciones. Al llevar anotaciones sobre las oraciones y peticiones podemos más adelante revisar mejor el momento de las respuestas a esas oraciones. También llegan a ser esas anotaciones un repertorio de testimonios de la grandeza de Dios.
    • A veces es mejor orar menos, pero con metas claras, que hacer largas oraciones sin meta ni éxito.

  • Nosotros podemos saber que vamos a recibir lo que hemos pedido en oración, si oramos según Su Voluntad (1Jn.5:14-15). La lectura de la Biblia es importante para conocer la voluntad de Dios. Por eso podemos decir que una parte clave para orar bíblicamente tiene que ver con aceptar la Palabra de Dios (Jos.1:8). Hay muchas cosas de las cuales no encontramos necesariamente una dirección clara en la Biblia como por ejemplo: ¿Qué voy a predicar el próximo domingo? ¿Debo o no comprarme un carro nuevo? ¿Es la voluntad de Dios que haga este negocio? El Espíritu Santo nos ayuda en tales situaciones a entender cómo es que debemos orar (Rom.8:26-27).

  • Al conocer la voluntad de Dios podemos orar con confianza en el nombre de Jesús (1Jn.5:14-15). En temas de los cuales no estamos seguros cuál es la voluntad de Dios dependemos de las circunstancias y de impresiones que nos da el Espíritu que confirmen el asunto. Cuando oramos egocéntricamente o si no ponemos atención a las promesas de Dios no podemos esperar recibir algo del Señor (Stg.4:3).

  • Debemos orar con fe (Mr.9:23). Dudar del poder de Dios hace ineficaz la oración (Lc.1:37 / Stg.1:6-7). Ninguna cosa es imposible para Dios. La fe tiene que ver con nuestra relación con la Palabra de Dios y si creemos en Su veracidad (Mr.11:20-24 / 1Jn.5:14-15 /Hebr.6:15 / Rom.10:17). 
    • La fe es indispensable para agradar a Dios (Hebr.11:6). Debemos creer en la existencia de Dios (Sal.10:4) y creer que Él es remunerador de los que le buscan. Es esencial creer en Dios quien es bueno (Lc.18:1-8 / Stg.1:5). 
    • La fe también tiene que ver con creer en Jesús como Señor sobre lo visible e invisible y Señor sobre cualquier enfermedad y aún sobre la muerte (Mr.4:40 / Mr.5:34-36 / Stg.5:15).

  • Al orar debemos resistir al diablo. El diablo nos atacará con dudas y pensamientos negativos sobre Dios y Su Reino (Stg.1:6-8 / Stg.4:7 / 1Pe.5:8-9). No dé oportunidad al diablo con una vida desordenada (Ef.4:27 / 1Pe.3:7 / Mr.11:25).

  • Al orar debemos hacerlo en el nombre de Jesús (Jn.14:13-14 / Jn.16:24). Esto no es una fórmula mágica. Para poder orar en el nombre de Jesús es necesario saber qué es lo que el Señor quiere. Esto quiere decir que debemos orar según Su voluntad. 
    • Jesús nos ha dado una posición de autoridad y nos dio así el derecho como hijos de Dios que pertenecen a Su Reino, de usar Su Nombre (Lc.10:27 / Ef.1:18-23). Esa posición de autoridad la obtenemos al someternos a Dios (Stg.4:7). Al orar en Su Nombre, actuamos como personas que Él comisionó y a las cuales les dio autoridad y poder. Por eso no podemos orar ni ordenar en el Nombre de Jesús, si no estamos en la relación correcta con Dios. Tampoco podemos ordenar cosas que no están de acuerdo con la voluntad de Dios (Hch.19:13).

  • Orar en grupo (Mt.18:19 / Dt.32:30 / Mt.6:6). Orar a solas tiene su tiempo y lugar, como también orar en grupo tiene su tiempo, lugar e importancia.

  • Orar sin desfallecer (Lc.18:1-8). Esto significa orar hasta recibir una respuesta. Durante el tiempo de espera nuestra fe es probada. El que permanece fiel hasta el final va a recibir la recompensa. Orar continuamente sin desfallecer significa que es posible presentar una petición varias veces delante de Dios (2Cor.12:8 / Lc.18:1-8 / 1Re.18:42-43).

  • Pidiendo cosas grandes de un Dios Todopoderoso (Stg.5:16-18). Elías era un hombre con una naturaleza como la nuestra. Hay gente que cree que la oración de un pastor o de alguna persona “espiritual” es más oída por Dios. A veces creemos que los hombres y mujeres de la Biblia eran “superhombres”. Pero esto no es así. Ellos eran personajes con debilidades y con puntos fuertes como nosotros hoy en día. Debemos entender que la oración de un hombre o una mujer común y corriente tiene gran alcance (1Sam.1:13-29 / 2Cor.12:10 / 1Sam.17:33-37,45).

  • Al interceder use la Biblia. La Biblia contiene muchas oraciones que nos ayudan a formular peticiones específicas para las distintas situaciones. Usándolas debidamente estaremos orando de acuerdo con la voluntad de Dios (Mt.6:5-15 / Jn.17 / Ef.1:15-23 / Ef.3:14-21). Está bien si oramos libremente, como también si oramos oraciones ya formuladas por otros. ¡Y la Biblia es un libro de oración! Interceda leyendo el periódico. Al leer el periódico vemos lo que está pasando en el mundo de hoy y podemos así interceder más específicamente.

  • Busque un lugar apropiado donde pueda estar orando sin ser interrumpido, donde pueda oír a Dios y orar concentradamente (Mr.1:35 / 1Re.18:42 / Ex.33:7-9).


4. ¿Qué impide que nuestras oraciones sean contestadas?


Jesús vivió una relación con Su Padre sin impedimentos. Él sabía que el Padre lo oía siempre, porque El no buscaba Su voluntad sino la del Padre (Jn.11:42 / Hebr.5:7). Al enseñarnos Jesús sobre la oración nos dice que nosotros podemos igualmente tener una relación íntima con el Padre celestial y en esa relación ver como nuestras oraciones son contestadas (Mt.7:7 / Jn.16:24).


El apóstol Pablo creía que las oraciones eran contestadas por Dios. Oraciones contestadas no son un asunto de suerte y casualidad (1Tes.5:17 / 1Tim.2:1 / 2Tes.3:1 / Col.4:3).


Algunos de los impedimentos en la oración están relacionados a continuación:
  • No recibimos de Dios porque no oramos (Stg.4:2). A veces la gente no ora por falta de la enseñanza correcta sobre la oración (Prov.29:18 / Prov.11:14). Jesús les enseñó a los discípulos a orar (Lc.11:1).
  • Nuestras oraciones no son contestadas si oramos con propósitos malos (Stg.4:2-3). Esos propósitos son como buscar el aplauso de la gente, enriquecimiento personal, etc. (Hch.8:18). El motivo correcto es que Dios sea glorificado (1Pe.4:11 / 1Cor.10:31).
  • El pecado afecta la efectividad de nuestras oraciones (Jn.9:31 / 1Tim.2:8). Algunos de esos pecados son: La falta de perdón (Mt.18:21-35), la falta de restitución (Mt.5:23-24), avaricia y codicia (Mal.3:7-10), el hablar mal de otros (1Pe.2:1). Cualquier pecado forma una barrera entre Dios y nosotros, e impide la acción de Dios (Is.1:15s / Is.59:1-2 / 1Pe.3:7).
  • Las dudas son un estorbo para que las oraciones sean contestadas (Stg.1:6). En el momento que Pedro se deja impresionar por las circunstancias comienzan los problemas (Mt.14:31).
  • Si la relación matrimonial está en desorden y hay peleas y malos tratos, esto impide nuestras oraciones (1Pe.3:7).
  • A veces queremos todo instantáneamente y no somos capaces de esperar en el tiempo que Dios ha provisto y nos desanimamos (Lc.11:5-8).

Consejos para eliminar impedimentos de la oración:


    • Confesando nuestros pecados (1Jn.1:9).
    • Apartándonos de los pecados (Prov.28:13).
    • Haciendo restitución (Nm.5:6-7 / Is.1:15s / Lc.19:1-10).
    • Recibiendo el perdón de Dios (2Cron.7:14 / Sal.32:5 / Is.43:25 / Is.44:22).

5. ¿Cuál es la importancia de la intercesión?


Una marca de la vida y del ministerio de Jesús fue y es su función de intercesor. Una y otra vez lo vemos intercediendo por los discípulos que él estaba entrenando para enviarlos al mundo (Jn.17:9 / Hebr.7:25 / Jn.14:16 / Jn.16:16). Jesús nos da un ejemplo de cómo debemos nosotros proceder.


El apóstol Pablo instruye a Timoteo y le escribe que una de las tareas principales de la iglesia es la intercesión (1Tim.2:1-4). La intercesión es un ministerio válido y clave en la Biblia (1Tim.5:5 / Lc.2:37 / Ef.6:18). La iglesia cristiana debe ser una iglesia que ora.

“El evangelismo sin intercesión es como un explosivo sin detonador. Intercesión sin evangelismo es como un detonador sin explosivos” (Reinhard Bonnke en Evangelismo con Fuego, Full FlameGmbH, 2003).

Razones para que cada seguidor de Cristo sea un intercesor:


  • Colaborar con Dios en la extensión de Su obra aquí en la tierra (Mt.9:35-38 / Rom.15:30 / Hch.4:23-31 / 1Tim.2:1-4).
  • Traer bendición sobre la vida de otros (Col.4:12 / Col.1:9).
  • Seguir el ejemplo de Jesús (Jn.17 / Lc.22:31s).
  • Cambiar la historia de una nación o cualquier circunstancia (Sal.106:23 / Ex.32:11,14 / Ez.13:5 / Ez.22:30).
  • La intercesión es parte de la responsabilidad y del ministerio de un servidor fiel de Cristo (Hch.6:4 / Hch.13:2 / Rom.1:9 / Ef.1:15s / Ef.3:14s / Filp.1:4 / Col.1:9 / Col.4:12).

Ejemplos de intercesión:

  • Abraham intercede insistentemente a favor de Sodoma, pensando en Lot (Gn.18:19-33 / Gn.19:27-29). Tres verdades en cuanto al arma secreta de la intercesión:
    • Dios busca a hombres que quieran orar por otros (Gn.18:17-21 / 1Tim.2:8).
    • Dios oye las oraciones de aquellos que interceden por otros (Gn.18:22-23).
    • Dios da respuesta a las oraciones de aquellos que oran por otros (Gn.18:23-32 / Gn.19:27-29).
  • Moisés intercedió fervientemente ante Dios por Israel, de otra manera Israel hubiera sido destruida (Ex.32:11-14,21-24 / Ex.33:12s).
  • Samuel también se destacó por ser intercesor por el pueblo de Israel (1Sam.7:5.8-9).
  • Elías suplica primero en contra del pueblo de Israel, ya que había desobedecido a Dios y después intercede en favor de él. Esta oración se usa en el Nuevo Testamento como ejemplo de una oración poderosa de intercesión (1Re.17:1 / 1Re.18:36-46 / Stg.5:17-18).
  • Pablo oraba por las iglesias que estaban a su cargo o de las cuales sabía que existían en el área de su influencia (Rom.1:9 / Ef.1:16 / 1Tes.1:2-3 / 1Tes.3:10 / Flm.1:4).
  • La intercesión es parte de la responsabilidad y del ministerio de un servidor fiel de Cristo (Hch.6:4 / Hch.13:2 / Rom.1:9 / Ef.1:15s / Ef.3:14s / Filp.1:4 / Col.1:9 / Col.4:12).

Alguien dijo una vez, que la oración es como el planchar de la ropa. Se tiene la ropa, una buena mesa de planchar y una plancha con todas las posibilidades técnicas y la persona que va a planchar sabe exactamente cómo hacer el trabajo y cómo es que todo debe funcionar. Pero si la plancha no tiene calor, entonces de nada sirve todo el esfuerzo de planchar. La ropa simplemente nunca se va a planchar. Es igual en la obra de la iglesia, podemos tener el “Know –How”, las condiciones exteriores, los programas, etc., pero si falta la oración intercesora, entonces falta lo esencial para el trabajo exitoso.



ASIMILANDO (2 Timoteo 3:16-17)

(Escriba sus respuestas a continuación y úselas para el diálogo en un grupo pequeño de estudio bíblico)


¿Qué lecciones aprendió durante este estudio?


¿Qué pasos debe tomar para ser obediente a los mandatos de Cristo? Sea específico.


¿Cuáles desafíos cree usted que va a enfrentar en la aplicación de esta lección en su vida y ministerio?


Anote a continuación una petición de oración. Permita que otros cristianos oren con usted.




CAPACITAR Y PREPARAR (2 Timoteo 3:16-17)


Comparta con una persona lo aprendido en esta lección.

¿A quién le compartirá? ¿Cuándo le compartirá?


REPORTE en la siguiente reunión: ¿Cómo le fue? ¿Qué preguntas surgieron? ¿Cuál fue la reacción / respuesta de la gente?

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