miércoles, 18 de febrero de 2015

Jesús venció las tentaciones



Jesús venció las tentaciones y nos da una ejemplo de cómo hacerlo nosotros también

 ‘Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que allí lo tentara el diablo’ (Mt.4:1) NTV ‘Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin embargo él nunca pecó’  (Hebr.4:15) NTV


(Hebr.2:18 / Mr.1:13 / Lc.4:1-13)

  
Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado (Mt.4:1). En las tentaciones que Jesús tuvo que enfrentar después de Su ayuno de cuarenta días, observamos en resumidas cuentas aquellos temas, que Él iba a tener que soportar y vencer durante todo Su ministerio.




El había recibido confirmación de su ministerio (Mt.3:16-17) y el poder para llevar a cabo el mandato divino (Mt.4:1), Él tenía ahora la capacidad y el poder para alimentar al hambriento, para sanar al enfermo y para resucitar muertos y ahora es llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado. La gran tentación que se presenta en momentos como estos tiene que ver con las preguntas: ¿Cómo usará ahora ese poder? ¿Usará ese poder para satisfacer sus propias necesidades o para glorificar a Dios? ¿Usará ese poder para impresionar a la gente o para lograr que los hombres le sigan o para hacer la voluntad de Dios? Cuando se presente la oportunidad, ¿usaría este poder para salvarse a sí mismo, o confiará enteramente en Dios y transitará por el camino de la cruz?



Jesús responde a las insinuaciones de Satanás con palabras del Deuteronomio (Dt.8:3 / Dt.6:16 / Dt.6:13). Éstos son pasajes claves de los cuarenta años que Israel pasó en el desierto y cuando Dios probó la obediencia de ellos (Dt.8:2). Jesús mostró que sí se puede vivir una vida que marca la diferencia. Al final vemos a un Jesús saliendo victorioso de esos momentos de lucha y de enfrentamiento con el diablo.


 ¿Por qué llevó Dios a Jesús a ser tentado? Lc.4:1



Jesús debía vencer primero en su vida personal al diablo, antes de poder vencerlo allá afuera en el ministerio. Si no vencemos al diablo en nuestra vida personal, entonces cómo vamos a vencer al diablo allá afuera en el ministerio para Jesús en un mundo contaminado. En el caso de Jesús vemos igualmente que esta tentación fue un momento que reveló claramente lo que había en el corazón de Jesús – Jesús quería agradar al Padre (Dt.8:2-3). El escritor del libro a los Hebreos nos dice que lo vivido por Jesús en la tierra lo lleva además a entendernos en nuestras situaciones y a poder ofrecernos verdadera ayuda en semejantes situaciones (Hebr.2:18 / Hebr.4:15). Jesús ahora nos puede mostrar el camino a la victoria.


¿Cómo venció Jesús las tentaciones? (Mt.4 y Lc.4)




Jesús se sometió a Dios (Mt.3:13-17). Esta condición hay que cumplirla en nuestras vidas si queremos ver que el diablo huye de nosotros. Vivir sometido a Dios es primeramente buscar vivir con una conciencia limpia y buscar la voluntad de Dios para cumplirla en el diario vivir (1Jn.3:21-22 / Ef.4:27 / Stg.4:7).



Jesús aplicó la Escritura a la tentación (Lc.4:4. 8.12). Para poder hacer esto debemos conocer las Escrituras. ¿Cómo nos podemos enfrentar al diablo si no nos llenamos adecuadamente con la Palabra de Dios? La espada del Espíritu es la Palabra de Dios (Ef.6:17). Los creyentes deben conocer muy bien la Palabra de Dios y tener cuidado de los que falsean las Escrituras a fin de cumplir los deseos de la pecaminosa naturaleza humana. El apóstol Pedro hace mención de aquellos que distorsionan las Escrituras para su propia destrucción (2Pe.3:16). Si Jesús usó las Escrituras para enfrentarse al diablo con sus mentiras y falsas interpretaciones de la Palabra de Dios, entonces nosotros debemos hacerlo igual.


 El resultado de vencer la tentación (Lc.4:14)



Jesús salió fortalecido y con autoridad, por haber vencido a Satanás en su propia vida. El poder del Señor estaba con Jesús para sanar (Lc.5:17 / Lc.6:19 / Lc.8:46)

  • Vencer las tentaciones produce fortalecimiento en la vida cristiana  (Stg.1:2-4 / 1Pe.1:5-7). Al igual que en el caso de Jesús, nuestra fuerza moral crece, así como vamos venciendo las tentaciones en nuestra vida.

 

ASIMILANDO (2Tim.3:16-17)

(Escriba sus respuestas a continuación y úselas para el diálogo en un grupo pequeño de estudio bíblico)



 

¿Qué lecciones aprendió durante este estudio?




¿Qué pasos debe tomar para corregir un comportamiento equivocado o un mal hábito? Sea específico.



 

¿Cuáles retos cree usted que va a encontrar en la aplicación de esta lección en su vida y ministerio?





 Anote a continuación una petición de oración. Permita que el grupo ore por usted.





 

CAPACITAR Y PREPARAR (2Tim.3:16-17)



Comparta con una persona lo aprendido en esta lección.

¿A quién le compartirá? ¿Cuándo le compartirá?






REPORTE en la siguiente reunión: ¿Cómo le fue? ¿Qué preguntas surgieron? ¿Cuál fue la reacción / respuesta de la gente?
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