Jesús venció las tentaciones y nos da una ejemplo de cómo hacerlo nosotros también
‘Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto
para que allí lo tentara el diablo’ (Mt.4:1) NTV ‘Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras
debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos
nosotros, sin embargo él nunca pecó’ (Hebr.4:15) NTV
(Hebr.2:18 / Mr.1:13 / Lc.4:1-13)
Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado (Mt.4:1).
En las tentaciones que Jesús tuvo que enfrentar después de Su ayuno de cuarenta
días, observamos en resumidas cuentas aquellos temas, que Él iba a tener que
soportar y vencer durante todo Su ministerio.
El había recibido confirmación de su ministerio (Mt.3:16-17) y el poder
para llevar a cabo el mandato divino (Mt.4:1), Él tenía ahora la capacidad y el poder para alimentar al hambriento,
para sanar al enfermo y para resucitar muertos y ahora es llevado por el
Espíritu al desierto para ser tentado. La gran tentación que se presenta en
momentos como estos tiene que ver con las preguntas: ¿Cómo usará ahora ese
poder? ¿Usará ese poder para satisfacer sus propias necesidades o para glorificar
a Dios? ¿Usará ese poder para impresionar a la gente o para lograr que los
hombres le sigan o para hacer la voluntad de Dios? Cuando se presente la
oportunidad, ¿usaría este poder para salvarse a sí mismo, o confiará
enteramente en Dios y transitará por el camino de la cruz?
Jesús responde a las
insinuaciones de Satanás con palabras
del Deuteronomio (Dt.8:3 / Dt.6:16 / Dt.6:13). Éstos son pasajes claves de
los cuarenta años que Israel pasó en el desierto y cuando Dios probó la
obediencia de ellos (Dt.8:2). Jesús mostró que sí se puede vivir una vida que
marca la diferencia. Al final vemos a un Jesús saliendo victorioso de esos
momentos de lucha y de enfrentamiento con el diablo.
¿Por qué llevó Dios a Jesús a ser tentado?
Lc.4:1
Jesús debía vencer primero en su vida
personal al diablo, antes de poder vencerlo allá afuera en el ministerio. Si no vencemos al diablo
en nuestra vida personal, entonces cómo vamos a vencer al diablo allá afuera en
el ministerio para Jesús en un mundo contaminado. En el caso de Jesús vemos
igualmente que esta tentación fue un
momento que reveló claramente lo que había en el corazón de Jesús – Jesús
quería agradar al Padre (Dt.8:2-3). El escritor del libro a los Hebreos nos
dice que lo vivido por Jesús en la tierra lo
lleva además a entendernos en nuestras situaciones y a poder ofrecernos
verdadera ayuda en semejantes situaciones (Hebr.2:18 / Hebr.4:15). Jesús
ahora nos puede mostrar el camino a la victoria.
¿Cómo venció Jesús las tentaciones? (Mt.4 y Lc.4)
Jesús se sometió a
Dios (Mt.3:13-17). Esta condición hay que cumplirla en nuestras vidas si
queremos ver que el diablo huye de nosotros. Vivir sometido a Dios es
primeramente buscar vivir con una conciencia limpia y buscar la voluntad de
Dios para cumplirla en el diario vivir (1Jn.3:21-22 / Ef.4:27 / Stg.4:7).
Jesús aplicó la
Escritura a la tentación (Lc.4:4. 8.12). Para poder hacer esto
debemos conocer las Escrituras. ¿Cómo nos podemos enfrentar al diablo si no nos
llenamos adecuadamente con la Palabra de Dios? La espada del Espíritu es la
Palabra de Dios (Ef.6:17). Los creyentes deben conocer muy bien la Palabra de
Dios y tener cuidado de los que falsean las Escrituras a fin de cumplir los
deseos de la pecaminosa naturaleza humana. El apóstol Pedro hace mención de
aquellos que distorsionan las Escrituras para su propia destrucción (2Pe.3:16).
Si Jesús usó las Escrituras para enfrentarse al diablo con sus mentiras y
falsas interpretaciones de la Palabra de Dios, entonces nosotros debemos
hacerlo igual.
El resultado de vencer la tentación
(Lc.4:14)
Jesús salió fortalecido y con autoridad, por haber vencido a
Satanás en su propia vida. El poder del Señor estaba con Jesús para sanar
(Lc.5:17 / Lc.6:19 / Lc.8:46)
- Vencer las tentaciones produce fortalecimiento en la vida cristiana (Stg.1:2-4 / 1Pe.1:5-7). Al igual que en el caso de Jesús, nuestra fuerza moral crece, así como vamos venciendo las tentaciones en nuestra vida.
ASIMILANDO (2Tim.3:16-17)
(Escriba sus
respuestas a continuación y úselas para el diálogo en un grupo pequeño de
estudio bíblico)
¿Qué lecciones aprendió durante este estudio?
¿Qué pasos debe tomar para corregir un comportamiento
equivocado o un mal hábito? Sea específico.
¿Cuáles retos cree usted que va a encontrar en la
aplicación de esta lección en su vida y ministerio?
Anote a continuación una petición de oración. Permita
que el grupo ore por usted.
CAPACITAR Y
PREPARAR (2Tim.3:16-17)
Comparta con una persona lo aprendido en esta lección.
¿A quién le compartirá? ¿Cuándo le compartirá?
REPORTE en la siguiente reunión: ¿Cómo le fue? ¿Qué
preguntas surgieron? ¿Cuál fue la reacción / respuesta de la gente?
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