Tengan la misma actitud que tuvo Cristo
Jesús. Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo
cual aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la
humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció en
forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz
como morían los criminales’ (Filp.2:5-8) NTV
(Sal.40:6-8 /
Hebr.10:7-9)
Jesús mismo nunca pidió algo de sus discípulos que Él mismo no haya
hecho. Jesús pagó un precio alto, no solo al venir a este mundo dejando el
cielo, sino en todo su recorrido sobre la tierra. Él estaba enfocado en hacer
la voluntad de Su Padre y finalmente murió en la cruz en total obediencia a
Dios para así abrir el camino de la vida para aquellos que estaban perdidos en
el pecado, que se iban a arrepentir y creer en El (Lc.22:42 / Jn.6:38
/ Hebr.10:7-10).