‘Porque
he bajado del cielo no para hacer mi voluntad sino la del que me envió’ (Jn.6:38).
Y
sucedió que cuando se cumplían los días de su ascensión, El, con determinación,
afirmó su rostro para ir a Jerusalén (Lc.9:51).
Haciendo DISCÍPULOS, Desarrollando LÍDERES, Plantando IGLESIAS, Alcanzando NACIONES