Estamos de acuerdo, la muerte de Jesús es de suma importancia. Al estudiar la vida de
Jesús es maravilloso observar todo lo que El hizo durante Su ministerio en la
tierra: sanidades, liberaciones, dio de comer a los hambrientos, convirtió agua
en vino, caminó sobre las aguas y enseñó con autoridad la verdad de Dios. Pero
todo lo que hizo nunca hubiera sido suficiente, si no hubiera dado Su vida como
sacrificio para redención de los hombres (Mt.1:21 / 1Cor.15:3). Ninguna otra muerte puede darnos lo que nos da la muerte de Jesús. Su muerte cumplió con todos los requisitos divinos para redimir a la humanidad. Del correcto
entendimiento de la cruz de Cristo depende la salvación de las almas humanas
(Hebr.2:14):
Haciendo DISCÍPULOS, Desarrollando LÍDERES, Plantando IGLESIAS, Alcanzando NACIONES
sábado, 30 de marzo de 2013
miércoles, 27 de marzo de 2013
Ananías, un discípulo de verdad
De Ananías no leemos mucho en la Biblia. Sin
embargo, en Hch.9:10-19, leemos que él
era un discípulo que ministró a Pablo, y en Hch.22:12 dice el apóstol Pablo
que Ananías era un hombre piadoso o
devoto – estos dos aspectos son las marcas de un verdadero discípulo de Cristo.
Según el Nuevo Testamento son éstos los dos elementos clave que hacen de una
persona un discípulo de Cristo, el
carácter y la capacidad de servir al estilo de Jesús.
domingo, 24 de marzo de 2013
Carácter y Aptitud
CARACTER Y APTITUD (Sal.78:72):
Para
desarrollar el potencial que Dios ha colocado en cada uno de nosotros, quienes
somos discípulos de Cristo, y si queremos poder completar la tarea encomendada
por Dios (Mt.28:18-20), es necesario que trabajemos en cambiar personalmente, en
cambiar el carácter (viviendo en integridad, cambiando a la imagen de Jesús -
Gal.4:19), y también debemos poner atención en desarrollar el área de las
aptitudes (dones, capacidades, habilidades, conocimiento, etc. - 2Tim.3:16-17). Esos dos elementos deben estar en un
equilibrio sano para poder llegar a ser gente de influencia, así como Dios
quiere que lo seamos (Mt.5:13-16 / 2Tim.3:16-17 /2Tim.2:21 /Tit.2:24 / Tit.3:1
/ Hebr.10:24).
DAVID
De David se
dice que era perfecto en su corazón, su
carácter estaba marcado por la integridad y la sinceridad. Esta
característica de su corazón influyó en el manejo de su vida y en el gobierno
de la nación (su ministerio). David era un adorador de Dios, un hombre conforme
al corazón de Dios (Hch.13:22). El carácter bueno y una vida de integridad es
la base para el llamamiento y para el ministerio de impacto (Sal.101:1-8 /
1Re.9:4-5 / 1Re.15:5 / 1Tim.1:12). De David sabemos además que tenía aptitud, o
cómo lo dice Sal.78:72: 'guio al pueblo de Israel con la destreza de sus manos' (Sal.144:1 / Sal.18:34 / 2Sam.22:35).
ANANIAS
De Ananías
no leemos mucho en la Biblia. Sin embargo, en Hch.9:10-19, leemos que él era un
discípulo que ministró a Saulo, al
recién convertido, y en Hch.22:12 dice el apóstol Pablo que Ananías era un hombre piadoso o devoto.
Estos estos dos aspectos que aparecen en la vida de Ananías nos enseñan lo que
Dios espera de un cristiano. Según el Nuevo Testamento son éstos los dos
elementos clave que hacen de una persona un discípulo de Cristo: el carácter y
la capacidad de servir al estilo de Jesús. -
Creyentes en Cristo que viven en un balance sano, entre tener un carácter formado a la imagen de Cristo y las aptitudes ministeriales necesarias para servir / ministrar, son discípulos con un gran potencial para influir, dejan un legado, multiplican discípulos y llegan bien al final.
- Un creyente que solo tiene grandes aptitudes, pero que no tiene un carácter cambiado a la imagen de Cristo es una persona con un gran potencial para destruir vidas y organizaciones y, va a crear además todo tipo de caos.
- Un creyente que tiene un buen carácter, pero que le faltan aptitudes, un cristiano que no ha sido debidamente entrenado, va a ser un buen y agradable cristiano, pero también será un discípulo que no influencia mucho, su impacto va ser limitado.
- Un creyente sin carácter y sin respectivas aptitudes no va a ir muy lejos y no traerá los frutos que Dios espera de cada uno de sus discípulos (Jn.15).
Esforcémonos por ser discípulos de Cristo que reflejan la imagen de Jesús y que hacen el ministerio al estilo de Jesús, y para que así cumplamos el llamado de Dios: ‘Vayan y hagan discípulos a todas las naciones’
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