La importancia de escuchar y aprender de la Palabra de Dios es fundamental para cualquier discípulo de Cristo. En la vida cristiana, no solo se trata de oír las enseñanzas, sino de ponerlas en práctica y vivir de acuerdo con los mandamientos divinos. El escuchar debe convertirse en un compromiso a obedecer y a servir. La fe se fortalece al guardar y aplicar la verdad en nuestro día a día. A continuación, presento estos principios esenciales que nos guían en nuestro crecimiento espiritual:
“Llamó Moisés a todo Israel y les dijo: "Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos. Aprendedlos y guardadlos, para ponerlos por obra” (Deuteronomio 5:1) RV1995
- Ahora somos animados a aprender los mandamientos y decretos (Josué 1:8 / Salmo 1:1-3 / Proverbios 2:1-5 / Colosenses 3:16). Aprender es más que solo saber, es estar entrenado, adiestrado, acostumbrado para la acción. Es saber usar y aplicar la verdad en el diario vivir: "Que el mensaje de Cristo, con toda su riqueza, llene sus vidas. Enséñense y aconséjense unos a otros con toda la sabiduría que él da. Canten salmos e himnos y canciones espirituales a Dios con un corazón agradecido" (Colosenses 3:16) NTV.
- Además, somos llamados a guardar los mandamientos. Guardar tiene la idea de cuidar, proteger, vigilar. La doctrina sana y su enseñanza preservan la fe cristiana y animan a una vida que marca la diferencia y nos hace aptos para toda buena obra (2 Timoteo 3:16-17). También tiene la idea de retener (Génesis 37:11; 41:35 / Salmo 119:11 / Proverbios 3:1): "He guardado tu palabra en mi corazón, para no pecar contra ti" (Salmo 119:11) NTV.
- También somos llamados a obedecer los mandamientos. Si no ponemos por obra la Palabra de Dios, entonces todo lo arriba mencionado no tiene mucho valor (Josué 1:7 / Deuteronomio 29:9; 5:32-33; 6:6 / 1 Crónicas 22:13 / Mateo 7:24-27; 28:20 / 1 Juan 2:3-4): "Todo el que escucha mi enseñanza y la sigue es sabio, como la persona que construye su casa sobre una roca sólida. Aunque llueva a cántaros y suban las aguas de la inundación y los vientos golpeen contra esa casa, no se vendrá abajo porque está construida sobre un lecho de roca. Pero el que oye mi enseñanza y no la obedece es un necio, como la persona que construye su casa sobre la arena. Cuando vengan las lluvias y lleguen las inundaciones y los vientos golpeen contra esa casa, se derrumbará con un gran estruendo" (Mateo 7:24-27) NTV.
ASÍ QUE HAGAMOS LO QUE JESÚS NOS MANDÓ: “Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado” (Mateo 28:20) NTV.
El llamado a escuchar, aprender, guardar y obedecer la Palabra de Dios es un pilar central en el discipulado. No se trata solo de adquirir conocimiento, sino de vivir de acuerdo con los principios divinos que nos guían hacia un crecimiento espiritual auténtico. Al poner en práctica estos mandamientos, no solo fortalecemos nuestra propia fe, sino que también inspiramos a otros en su camino hacia Cristo. Así que, comprometámonos a ser no solo oyentes, sino hacedores de la Palabra, construyendo nuestras vidas sobre la roca firme de sus enseñanzas.
CONVERSEMOS:
[1] ¿Qué significa para usted "escuchar con atención" la Palabra de Dios, y cómo puede cultivar una actitud de escucha activa en su vida diaria?
[2] ¿De qué manera está aplicando en su vida diaria lo que aprende de la Palabra de Dios, y qué desafíos enfrenta al intentar obedecer sus mandamientos?
[3] ¿Cómo puede ayudar a otros a aprender y obedecer la Palabra de Dios, y qué impacto cree que esto tiene en su crecimiento espiritual?